Capítulo 26

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POV DE ROSIE DANIELS


Miro fijamente a Justin dormido y trato de pensar lo que iba a decir cuando se despierte. Había estado sentada en la silla frente a su cama toda la noche y no había dormido.

Un golpe repentino en la puerta me saca de mis pensamientos.— Oh, cállate. —Siseo, no queriendo que Justin se despierte todavía mientras corro escaleras abajo. Entro al vestíbulo justo a tiempo para ver a Harold dejar entrar al Sr. Clark.

—Sr. Clark. —Mantengo mi voz cortada y sin emoción al igual que Justin cuando habla de negocios. Se vuelve hacia mí y parece un poco sorprendido de que no estuviera con mi vestido de volantes y coletas habituales. Estaba vestida con una bonita blusa y pantalones negros con los rizos sueltos. Me sentí como una mujer por una vez, pero debajo estaba rogando que volviera a la normalidad.

—Sra. Daniels. —Dice dándome la mano.— ¿Dónde está Marie? —Pregunta mirando a su alrededor.

—Justo por aquí. —Le digo, tratando de mantener el ceño fruncido al pensar en ella. Lo llevo al vestíbulo donde Marie se sentó en uno de los sofás; Su rostro estaba manchado de lágrimas y su equipaje a su lado.

—Marie... —Dice en un tono de desaprobación mientras ella se pone de pie, haciéndola gemir. Miro hacia otro lado y evito sentirme mal. Lo intentó y tuvo éxito en arruinar mi relación, así que se lo merece.

—Sra. Daniels, estoy muy triste. —Comienza, pero levanto una mano.

—No quiero escucharla. Váyase ahora, por favor. No puedo mirarla por más tiempo. —Digo, haciéndole mirar de reojo: "estás tan en problemas".— Le mostraré la puerta. —Yo digo, haciendo exactamente eso.

—¿Dónde está el Señor Bieber? ¿Sabe sobre esto? —Pregunta, haciéndome parar en seco.

—El Señor Bieber está dormido en este momento y él no tiene nada que decir sobre este asunto ya que quiere mantener su polla unida a su cuerpo. —Le doy una sonrisa falsa mientras ambos se encogen.

Las comisuras de mi boca se deslizan un poco hacia arriba cuando escucho a Emily y Harold reprimir una carcajada mientras limpian la cocina, pero me detengo.

—Y aquí está la puerta. —Le digo, abriéndola y mostrándola.

—Marie, ve a poner tus maletas en el auto. También hay un hombre en el asiento delantero que quiere conocerte. —Le dice Clark a Marie. Ella asiente tímidamente y sale corriendo.

—Le deseo la mejor de las suertes. —Murmuro mientras el señor Clark se ríe torpemente.

—Que tenga un buen día, señorita Daniels. —Dice, dándome la mano otra vez.

—Usted también. —Digo en un tono final que básicamente decía 'vete a la mierda de mi casa'.

Cuando él se aleja, cierro la puerta pero curiosamente miro por la ventana. Un grito aterrado se escapa de mi boca cuando veo quién es el hombre en el asiento delantero.

Maestro.

Abrí la puerta de un tirón, lista para gritarles para que volvieran, pero ya se habían marchado. Mi corazón late con fuerza un millón de veces por minuto y pude sentir un ataque de pánico. ¿Lo que acaba de suceder? Espero que solo esté alucinando.

—Ahí estás, nena. Me preguntaba dónde estabas. —Dijo con una sonrisa, envolviendo sus brazos alrededor de mi cintura y picoteando mis labios.

No lo beso ni le devuelvo el abrazo, pero él no se da cuenta mientras gruñe y se frota la cabeza nuevamente.— Princesa, ¿Sabes si tenemos más píldoras para la migraña? Me desperté y mi cabeza me palpitaba. Ni siquiera me puse boca abajo. —Hace pucheros y se frota la barriga.

Daddy's Girl ©® DDLG | Spanish version |Donde viven las historias. Descúbrelo ahora