Capítulo 1

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4 años después de el final de la guerra.

Kiara y Kovu se casaron, el amor que sentían el uno por el otro era indescriptible, Kiara amaba a Kovu como nunca antes.
Simba y Nala seguían siendo unos buenos reyes, siempre mantenían la paz y el equilibrio entre los animales, eran encargados de que no hayan conflictos entre animales.
Kiara aún no pensaba tener hijos, quería estar sola con Kovu por un tiempo más ya que eso sería una gran responsabilidad.
Nala se sentía muy orgullosa de Kiara, eligió a alguien bueno para ser su pareja.
Kiara se convertiría en reina solo hasta que la reina actual muera, por esa razón, Kiara va a esperar hasta que eso suceda, ella espera que eso no sea pronto, aún quiere vivir muchas cosas tanto con Nala como con Simba, perder a alguno de ellos provocaría un dolor que Kiara sabe que no podría resistir.
Nala por su parte tenía amigas, Tama, Kula, Sarabi, y las demás leonas, ella no soportaría perder a nadie, es algo cierto, a nadie.
Durante los últimos dos años, muchas de las leonas se fueron a un viaje con Nala a otros reinos para conocer a otros leones, sería un proceso que duraría unos meses, por lo tanto Nala no estuvo por 5 meses en la Roca del Rey, mientras ella estaba con las leonas, Simba se quedó, él no es alguien que le guste mucho salir de su casa.
Ahora ya 5 leonas se enamoraron de leones, Tama por fin consiguió a alguien que la amara, era algo que Simba no le podía dar, sin embargo, ella no perdió la esperanza, y logró emparejarse con un león.
Al momento de su boda, el león juró eterna lealtad a su pareja, el engañar a su pareja sería un delito penado con el exilio. Les advirtieron que si no estaban realmente enamorados de las leonas que no de casaran.
Después de resolver cualquier problema, no hubo inconvenientes a la hora de casarse, los leones se fueron con su pareja a la Roca del Rey.
Nala estaba muy felíz por Tama, resolvió un problema que estuvo con ella durante 14 años.
Ahora las cosas son más tranquilas, Tama ya decidió tener hijos con su pareja, Kula por su parte aún no quiere esa responsabilidad.
Sin embargo, solo había alguien que no estaba felíz por completo, Sarabi, ella se sentía mal por ver a muchas leonas felices con pareja, y ella perdió a Mufasa, pero no era un problema grave, ella siempre hablaba con Simba para sentir apoyo moral.
Durante las tardes, Nala se queda a ver el atardecer y reflexionar sobre toda su infancia, aunque no fue una buena infancia, por alguna razón la tranquilizaba bastante.
Aquello se volvió una rutina para Nala, es algo bueno para ella.
Justamente estaba haciéndolo.
Mamá—dijo su hija
—Kiara, es bueno verte—dijo Nala
— ¿En serio? Nos vemos todos los días—dijo Kiara
—Es cierto, lo que sucede es que no resistiría que te alejaras de mí—dijo Nala abrazando a Kiara
—Sabes, yo tampoco lo resistiría—mencionó Kiara
—Sí—dijo Nala
—Bueno, ¿Qué hacías?—Preguntó Kiara
—Solo pensaba, el atardecer mantiene muy tranquila—dijo ella
—Bien, entre en cuanto puedas—dijo Kiara
—Está bien—dijo Nala
Kiara sonrió y se fue caminando hacia adentro de la cueva.
Papá y yo te esperaremos hasta que llegues—agregó Kiara antes de entrar
—Claro, ahí estaré—dijo Nala.
Kiara asintió y entró a la cueva.
¿Dónde está tu madre?—Preguntó Simba
—Ella vendrá pronto, está afuera meditando—dijo Kiara
Bien—dijo Simba
— ¿Tu madre está bien?—Preguntó Kovu
—Claro, ella está bien—dijo Kiara—Vamos a dormir
Kovu asintió y se acostó junto a Kiara.
Simba los observó y se sintió muy bien por ellos.
Luego Nala entró a la cueva.
Nala, ya regresaste—dijo Simba
—Sí, solo estaba afuera—dijo Nala
Simba sonrió y abrazó a Nala.
Te amo—dijo Nala
—Y yo a tí—dijo Simba
Los dos se acostaron en el suelo juntos,  muchas leonas ya tenían pareja, esos leones ahora viven en la Roca del Rey con los demás, cada uno son buenas personas.
En la mañana había que empezar la cazería, los nuevos leones iban a ayudar, de hecho, solo sería uno.
Ese león era el esposo de Tama llamado "Sirhan", él se ofreció para ayudar.
Nala se despertó justo al amanecer, convocó a las leonas que iba a necesitar y, posteriormente a Sirhan.
Cada una de ellas estaban muy cansadas, preguntaron porqué tenían que levantarse tan temprano.
Nala les dijo que las necesitaba para una tarea importante, era la reina, por lo tanto no debían quejarse demasiado.
Al poco tiempo Nala y las demás leonas de fueron junto a Sirhan.
Sirhan esta es tu primer cazería, por favor has lo que nosotras te digamos—dijo Nala
—Por supuesto reina Nala—dijo Sirhan
—Vamos, en verdad quiero que todos y todas me llamen Nala—dijo Nala
Sirhan asintió sonriendo ante el comentario de Nala.
Ya estando adentrados en la pradera, se encontraron con un grupo de gacelas, el objetivo de Sirhan era acercarse por detrás de las gacelas y asustarlas, para que posteriormente corran hacia donde están las leonas.
El plan se ejecutó con éxito, Sirhan logró asustar a las gacelas y las leonas lograron capturar a 6 de 8.
Todas lo felicitaron por su gran trabajo.
Lo hiciste muy bien Sirhan—mencionó Nala
—Gracias—dijo Sirhan
Nala junto con Sirhan y las demás leonas se fueron caminado hasta la Roca del Rey.
Ella se sorprendió mucho por la gran destreza que tuvo Sirhan al realizar su tarea en la caza.
Al llegar, Tama corrió hasta Sirhan y lo abrazó.
Te amo—dijo Tama
—Y yo a tí Tama—dijo Sirhan
Solo había pasado una hora desde el amanecer y Tama notó cuando Sirhan se fue, por lo que ella se despertó.
Nala se fue con Simba a tratar de dormir un poco más ya que se fueron muy temprano.
Simba seguía durmiendo.
Nala sonrió y se acurrucó en su melena.
Al abrir los ojos de nuevo, por alguna razón no era raro pero era medio día.
— ¿Por qué nadie me despertó?—se preguntaba ella
Todo su cuerpo se sentía muy ligero y no sentía nada de cansancio, de hecho, se sentía con ganas de correr.
Ella volteó a ver a su alrededor, y lo que vio fue algo que la asustó.
Ella vio a su madre frente a ella, sin embargo, al instante ya no estaba.
Creí que ya lo había superado—dijo Nala en su mente
Ella agitó su cabeza y siguió su camino hacia afuera.
Se miraba un día muy hermoso.
Todos estaban afuera tomando el sol.
Nala se acercó a Simba.
Hola Simba—dijo Nala
— ¿Por qué no la protejiste?—Preguntó Simba sin voltear a ver
— ¿Qué? ¿A quién?—Preguntó Nala desconcertada
Simba la volteó a ver, él tenía los ojos llorosos.
Él no dejaba ver a Kiara, la cual estaba muerta.
No, no ¿Qué sucedió?—Preguntó Nala casi llorando
—Tú no la protejiste, permitiste que la lastimaran, todo es tu culpa—dijo Simba
— ¿Qué?—Preguntó Nala
De repente todas las leonas rodearon a Nala.
Todo es tu culpa...todo es tu culpa—repetían todas
— ¡No! ¡No! ¡Noooooo!—Gritó Nala
Nala abrió los ojos de nuevo, Simba estaba con ella, Kiara y Kovu estaban durmiendo.
Ella soltó un suspiro de alivio.
Sin embargo, Nala rápidamente recordó las ocasiones en las que ella estaba en una situación horrible.
Recordó cuando soñó con que su madre moría, y cuando soñó que Tama la atacaría, cosas que paulatinamente se volvieron realidad.
Ella comenzó a respirar con intensidad, sentía una opresión horrible en su pecho, su garganta dolía, ella comenzó a llorar.
Nala se fue corriendo hacia afuera, allí dejó salir todo lo que tenía.
Las lágrimas salían como cascadas.
Lo que acababa de soñar la conmocionó mucho.
Por favor, por favor no, esto no puede ser posible—dijo Nala entre lágrimas
En Tierras Lejanas.
Jefe solo una pregunta—dijo una hiena
Esgath lo volteó a ver.
Habla de una vez—dijo Esgath sin mucho interés
— ¿Cómo exactamente vamos a derrocar a Simba y a Nala?—Preguntó la hiena
—Lo que voy a hacer es tomar como rehén alguien de ellos y si no me entregan su reino lo mataré—dijo Esgath sonriendo
—Por supuesto, gracias por responder mi pregunta—dijo la hiena
—Como sea, lárgate—dijo Esgath.
—Como usted desee—dijo la hiena retirándose
—Creo que ya tengo una idea, lo mas preciado son los hijos, y los dos reyes solo tienen una hija—pensaba Esgath
Él soltó una pequeña risa malvada.
Si son lo demasiado tontos, podrían perder a su hija—pensó Esgath sonriendo
La vida de Kiara, ahora está en peligro.

El Rey León 3: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora