Capítulo 28 Final

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Justo en el instante en el que estaban acorraladas, Nala intentó ver qué pasaría después, quería saber si ellas lograrían salvarse, entonces sintió esos terribles dolores, los cuales no le permitieron hacer nada por su amiga. Fue entonces que todos los momentos en los cuales ella vió en el futuro, era porque temía por lo que sucedería después, allí se enteró de que tener esa habilidad no fue por simple casualidad, ella la desarollo por la terrible necesidad de saber qué pasaría.

Pese a esa habilidad logró advertirle sobre Kiara, en realidad ella nunca hizo nada, no fue ella quién la sacó de allí. Simplemente la ayudó con la ayuda de Shenzi, que realmente no fue tan difícil como creyó.
Entonces se dio cuenta de que cada vez que esa habilidad le advertía sobre algo malo, solo le estaba diciendo que lo podría hacer nada.

Aquella escena hizo temblar los cuerpos de todos, allí estaba Tama, no sabían con exactitud si aún estaba viva.
Nala al verla, corrió e inmediatamente le habló y la movió, en un intento de despertarla.

Tama, Tama despierta —dijo Nala con insistencia mientras lágrimas salían de sus ojos.
Tama abrió los ojos.
—Nala... —dijo susurrando.
—Tama, estás viva —dijo Nala sintiéndose aliviada.
— Me alegra... que estés... bien —dijo con una sonrisa.
—Llamen a Rafiki —dijo Nala con preocupación.
— Tama ¿Por qué lo hiciste? Las dos juntas podríamos haberlas vencido —le reprochó.
— De no haberlo hecho... las dos habríamos... muerto —dijo con dificultad.

Nala miró  su herida, ya habían llamado a Rafiki, él mandril llegó junto a Zazu, unos pocos minutos y después de un cortó tiempo de revisión, el se acercó a Nala.

— ¿Es posible curar la herida? —preguntó Nala.
Suspiróla herida es profunda, ha perdido mucha sangre, posiblemente dañó algún órgano interno, no creo que pueda salvarse.
— ¿No sé puede hacer nada? —le preguntó al mandril.

Él solo negó con la cabeza, entonces Nala se quebró en lágrima, Tama aún seguía despierta.

Nala... —dijo Tama
La leona de ojos azules de acercó a su amiga.
Por favor, no llores... soy feliz, por haber logrado... salvarte —mencionó ella.
—Tama —mencionó entre lágrimas.
—Lamento todo lo que hice, espero haberte pagado todo —dijo ella.
— Tú nunca me debiste nada, con tener tu amistad yo era feliz —dijo Nala intentado cambiar su pensamiento.
—Te lo agradezco mucho, ahora, por favor, no llores, prométeme que aprenderás de esto... recuerda que yo estaré bien cuando me vaya —dijo Tama.
— No quiero que te vayas —dijo Nala antes de abrazar a su amiga.

Tama sintió como las lágrimas de Nala mojaban su pelaje, se sentía tan mal que ya había aceptado que moriría pronto, lo que más le dolía era dejar a Nala, sabe muy bien que ella no lo superará fácil.

Todos lloraban por lo que estaba sucediendo, hasta los que juraban nunca llorar.

Te quiero amiga —susurró Tama —vive siempre tan alegre como tú eres, cuida a Kula, este solo es un tropiezo más del que te recuperarás.
Tama, ¿Por qué? —preguntó.
Nala, te agradezco... mucho que hayas sido mi amiga, ha sido todo un honor —dijo Tama.
La voz de Tama era cada vez más débil, la hora de acercaba.
No quiero que llores por mí, recuérdame siempre y nunca estaré lejos.
De pronto, empezó a sentir mucho cansancio, sus ojos ya no podían seguir abiertos, tenía tanto sueño.
Nala, le diré... a tu madre... que le mandas saludos.

Nala no podía evitar llorar, esa última frase la destrozó y al mismo tiempo la alivió.
Hace tan solo unos segundos, Nala sentía el abrazo de Tama muy fuerte, sin embargo, se dio cuenta de que, ella ya no estaba en este mundo. Nala rápidamente la miro, sus ojos estaban cerrados.

Tama —sin respuesta.
— Tama... amiga —aun sin respuesta.
—No, Tama —dijo abrazando su cuerpo.

Ella se quebró de nuevo, aquello sería todo un acontecimiento para la vida, su amiga de la infancia, con la que compartió tantos recuerdos, aquella que le enseñó lo que es verdad es la amistad.
Tama dio su vida por salvarla, aquello sería algo que Nala nunca podría pagarle.
Pocos minutos después, Rafiki confirmó su muerte, todos los presentes lloraron.
Se le hizo un reconocimiento a Tama y a todos los leones y hienas que dieron su vida para salvar la de otros, para devolverle la luz que había perdido.
Esgath junto sus hienas hicieron una reverencia hacia Tama, quién ahora protege a todos desde lo alto, observando atentamente cada uno de sus pasos.

Nala desde aquel día, supo por fin que todos los problemas que ella tuvo con esa habilidad de presenciar el futuro, fueron causados por sus propios pensamientos, por sus ansias de saber que pasaría, desgraciadamente nunca le ayudó tanto como a ella le hubiera gustado.
El día pasó, se enterraron a todos aquellos que murieron en la batalla, los cuerpos de las hienas fueron llevados al campo para que otros animales las comieran.
Shenzi, finalmente murió al darse cuenta de que había perdido, no por un golpe, murió al perder la razón para vivir.
El atardecer llegaba, fue un día realmente oscuro, Nala tuvo un nudo en la garganta, cada vez que observaba el cielo se preguntaba si Tama ahora la observaba, esperaba mucho que sí.
Tuvo mucho tiempo para hablar con todos, pero en especial, hablo con Kiara y con Kovu, quienes admitieron que habían procreado, Kiara dijo que ha estado embarazada durante un poco más de 2 meses.
Esta noticia no fue bien recibida por Simba, sin embargo, pasado un tiempo no tan largo comprendió y prefirió no dar más problemas, estaba orgulloso de que su hija fuera oficialmente una adulta.
Al final del día, antes de que el sol se ocultara, Nala observó el atardecer, y sintió un fuerte abrazo, era como si dos leonas la abrazaran.
Ella solo suspiró y les agradeció a las dos por haberla cuidado durante tanto tiempo.
Sarafina y Tama, las leonas que hicieron posible que Nala sobreviviera.
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FIN

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Bueno gente, aquí termina esta historia, ha sido un largo trayecto, me ha encantado mucho escribir esta historia.
Les agradezco mucho a todos su apoyo, sin ustedes esta historia probablemente no habría llegado tan lejos.
Aquí me despido pero no sin antes avisar que el epílogo será publicado muy pronto.
Cuídense mucho, usen la mascarilla y lavense las manos constantemente.

El Rey León 3: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora