Capítulo 24

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El sol de la tarde estaba empezando a desaparecer, el frío de la noche se estaba dejando notar.

Todo el día fue muy alegre, todos conversaron sobre todo lo que pasó, Nala siempre tuvo una sonrisa mientras escuchaba hablar a sus amigos, a quienes hace solo un día los creía muertos, por eso, su sonrisa no desaparecía.
Tama y los demás sintieron nostalgia mientras todos hablaban, era muy hermoso el momento, en verdad creyeron que jamás podrían volver a sentir eso, toda la situación apuntaba a que todo saldría mal, pero ahora todo está llendo perfecto.

El tiempo pasó demasiado rápido, ya había terminado el día.
Todos tuvieron su turno para contar diferentes cosas, tales como anécdotas y experiencias, aquello logró que todos los días que no se vieron se requieran.
Todos se extrañaban bastante, anhelaban ver un rostro familiar.
Lamentablemente ya era hora de dormir, todos lo necesitan.

—¡Oigan todos! —se escuchó una repentina voz que asustó un poco a todos.
Duermanse, necesitamos que mañana tenga energía, será un día duro —dijo el león antes de irse.
Tiene razón —mencionó Nala —vamos a dormir.

Todos asintieron con algo de frustración, pues no quería que el momento acabara.
En poco tiempo, todos estaban acostados. Ya habían olvidado cómo se sentía dormir con tranquilidad, sin el temor de que algo te pueda hacer daño mientras duermes.

Buenas noches a todos —dijo Nala antes de acostarse.
Buenas noches —respondieron.

Los sonidos relajantes de la noche, permitieron a todos que pudieran dormir con tranquilidad, todos se sentían muy nerviosos por lo que acontecerá al día siguiente, la batalla será muy dura, saben muy bien que podrían o no sobrevivir.

Aquello no dejaba dormir a algunos leones soldados, que tienen familias, temen morir en batalla y dejar en una profunda tristeza a sus seres queridos, esos leones, todos compartieron algo en común esa noche, pues ninguno de ellos podía dormir bien, todos se reunieron en las afueras de la aldea, como si se tratase de algo planeado. Mientras hablaban, trataban de prepararse mentalmente para lo del día siguiente.
Todos eran leones grandes, conocían su propia fuerza, pero pese a eso aún tienen miedo.

—¿Ustedes creen que sobreviviremos? —preguntó un león.
El león líder del grupo, después de escuchar eso, observó a sus compañeros, la expresión en sus rostros los delataba, estaban asustados, con algo de molestia miro fijamente al león y habló.

Mañana, todos nosotros salvaremos ese reino, y volveremos con nuestras familias sanos y salvos —dijo con mucha seguridad.
Todos voltearon hacia él, intentando creer en que tenía razón.
Desde pequeños hemos entrenado para esto, pasamos demasiados años de nuestra vida volviéndonos fuertes, ahora es el momento de demostrar nuestra verdadera fuerza.

Los murmuros de cada uno se empezaron a escuchar, él tenía razón, realmente no saben porqué se asustaron tanto, entrenaron específicamente para pelear contra las hienas, no podían perder esa batalla, no después de ese intensivo entrenamiento que ha durado desde que son adolescentes.

Tiene razón —esa frase se empezó a repetir varias veces hasta que todos sintieron esa confianza que habían perdido.

Todos regresaron a sus cuevas junto a sus familias, al verlos, muchos juraron no perder, lo harían todo por su familia y por los que necesitan ayuda.

El sol de la mañana hizo desparecer el fuerte frío que azotaba, el viento entró suavemente, moviendo el pelaje de los miembros sobrevivientes de "El reino de las praderas del sur" cómo es llamado por todos los que viven en esa zona.

El Rey León 3: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora