El grupo de 4 leones tuvieron un sueño pesado, debido a que se cansaron demasiado la noche anterior. Tama abrió los ojos, lo que vio fue la pared de la cueva, soltó un suspiro y se sentó, los demás detectaron su presencia y se levantaron también.
— ¿Dormiste bien? —preguntó Sarabi con los ojos casi cerrados
—Creo que sí —respondió suspirando
Sarabi frunció el seño al observar hacia afuera de la cueva, el sol le dió directo en el rostro.
—Espero que hayas dormido bien, porque hoy seguiremos caminando —le recordó Sarabi.
Eso la golpeó como si hubiese caído en un charco de agua, cosa que odia.
Ella se levantó y soltó un largo bostezo, estiró sus patas y giró su cuello, todo para despertarse un poco, Kovu y Kula se pararon.
Sarabi volteó a ver hacia afuera, después los miró a todos, respiró profundo y exaló.—Bien, escuchen —dijo ella—el camino será difícil, habrá muchas hienas tras nosotros —advirtió
Todos esperaron a que continuara, se tardó un poco.
—Pero estas hienas no nos llevarán la delantera por siempre —dijo ella —nosotros venceremos, no importa cuántos seamos ni cuánto tardemos.Aquellas palabras llegaron al interior de cada uno, dándole una pequeña esperanza de tener éxito ante algo que parece imposible de superar. Sarabi aún tiene la actitud de una reina, por lo que cuando todos sienten que ya no hay nada que hacer, ella sabe cómo arreglarlo, ella ahora es la líder de el grupo, la que sabe qué hacer cuando todo parece perdido.
Ahora era momento de seguir el camino hacia las montañas del sur.
Se sabe que hace años existieron leones que no pertenecían a ningún reino, eran un gran grupo que vivían en paz, pero cuando llegó el reinado de Scar, todo fue muy difícil para ellos, igual que a todos.
Tama creía que si seguían el camino por los bosques, lo único que encontrarían sería más problemas, en las lejanías sería más difícil escapar de las hienas, es un lugar que ellas conocen mejor que nadie.
Ahora que Esgath está mandando patrullas de hienas a maten a todo aquel que no esté de acuerdo con sus ideas, es obvio que cuando los encuentren lo primero que intentarán es matarlos. El hecho de que cada grupo tenga 15 hienas es lo que complica todo, si fueron menos en cada grupo sería más fácil deshacerse de ellas.
Era hora de salir y seguir el camino, todo el grupo salió, observando los alrededores de la cueva, parecía despejado.
—Vamos, salgan —dijo Sarabi.
Todos salieron y empezaron a caminar rápido, aún no corrían pero tampoco iban lento, por ahora caminaban al lado de uno de los bosques gemelos, era el que estaba al lado, tenían por delante una pequeña elevación en la tierra que se extendía hasta unos veinte metro delante de ellos. El sol empezaba a dar bastante calor, se sentía más pesados a causa de ello, pero no sé detuvieron, sabían que en algún momento iban a encontrar agua, cada cierto tiempo miraban hacia la Roca del Rey, ahora se miraba muy lejana, antes eso era malo, pero ahora eso es bueno.
Tama intentaba pensar un plan para poder recuperar la Roca del Rey, pensaba en cada uno de los detalles, todas las hienas y en cada uno de los rincones de todo el perímetro.
Pero hasta ahora no había encontrado una solución sin que implique morir en el intento, aquello la frustró, en verdad quería buscar una manera en la que todos salgan con vida, pero estaba empezando a tener que eso no fuera posible.
—Tama, ¡detente! —exclamó Kula, todos miraron hacia ella
Tama se detuvo rápido, se enteró de que casi cae de una pequeña montaña, ella soltó un suspiro de alivio.
—Gracias Kula —agradeció Tama
—Tienes que estar atenta, el mínimo error y podríamos morir —dijo de manera indiferente.
Le sorprendió bastante esa actitud, ella nunca había sido así, pero es de esperarse que todos tengan un cambio en su actitud, nadie podría seguir igual que siempre después de un suceso tan desgarrador como el de hace una noche. Tama respiró y exaló.—Lo siento, Kula, no volverá a pasar —se disculpó Tama
Kula la volteó a ver, simplemente asintió y siguió caminando.
Durante unos minutos, Tama estuvo observando a Kovu, se notaba que extrañaba a Kiara, Tama no puede decir que la extraña demasiado, pero lo que sucede es que ella junto a Kovu son de otra generación, pero tiene que admitir que la extraña.
Pero a alguien que sí extraña demasiado es a Nala, su mejor amiga, lamenta demasiado haberla dejado con ellos, ahora podría estar muerta, al igual que Simba.
Ella agitó la cabeza, en un intento de despejar su mente de pensamientos tristes, quería concentrarse en buscar una fuente de agua, ya tenía sed, bastante sed.
Siguieron avanzando hacia las montañas, cada vez se miraban más cerca, eso era algo bueno, si lograban llegar sin problemas podrían vivir allí durante un tiempo. Por fin encontraron muchos agujeros que a causa de la lluvia del día anterior.
El grupo entero corrieron a beber agua, aunque no lo pareciera, el sol estaba más fuerte de lo pensado. El agua estaba limpia, no debían preocuparse, aquello fue un gran alivio para todos, la sed los estaba matando.
— ¿Ya bebieron todos?—preguntó Sarabi
—Sí —respondieron todos
Sarabi asintió mientras continuaba caminando, faltaba como media hora para llegar a las montañas, nadie imaginaba que las hienas podrían ser criaturas tan peligrosas, si se les permite avanzar hacia otros reinos de volverán un imperio incapaz de vencer, ya era mucho haber perdido la Roca del Rey, sin embargo, aquello no fue suficiente para Esgath.
De repente, aparecieron hienas de entre algunos arbustos y se lanzaron sobre Sarabi, mordiendo sus piernas.
— ¡Aaah! —gritó Sarabi por el dolor.
Kovu sin pensarlo mucho se lanzó y embistió a dos hienas, tumbadolas al suelo, Tama y Kula corrieron y llevaron a Sarabi lejos de las hienas.
— ¡Son demasiadas!—gritó Kovu
—No podemos huir—respondió Tama —Sarabi está herida.
Estaban en una terrible posición, las hienas parecían furiosas.
—Puedo levantarme, debemos irnos —dijo Sarabi.
Tama y Kula asintieron y empezaron a correr hacia la montaña. Sarabi sufría a cada paso, esa hiena mordió su pata delantera derecha, casualmente la que usa como apoyo, podía correr pero más lento por el dolor.
Tama y Kula volteaban a verla constantemente, preocupadas por su estado.
Kuvu corría tras ellas, sin embargo, notó que las hienas estaban demasiado cerca de ellos, él pensó que lo mejor sería quedarse a enfrentarlas.
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El Rey León 3: La Historia de Nala
FanfictionEste es el desenlace de la historia. Nala y Simba deben enfrentar a un nuevo enemigo, el cual amenaza con destruir todo lo que conocen, Kiara podría tener hijos, el destino y la seguridad de las praderas está en sus manos.