Capítulo 10

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Las praderas estaban invadidas por hienas, siendo un ejército enorme no tardaron en mandar tropas a buscar comida, asesinando a cada animal que se oponga a ellos, mientras las hienas hacían su trabajo, los animales se preguntaban la razón de la repentina aparición de estos depredadores, les preocupa lo que les pueda haber pasado a los reyes, ya que todos saben que ellos en ningún momento aceptarían que las hienas entren en territorio de las praderas, siendo una especie que siempre amenaza el ciclo de la vida, no comprenden lo que está sucediendo.

En la Roca del Rey.

El dictador Esgath observaba con detenimiento como todo su ejército estaba dando el mensaje deseado a todos los animales de las praderas, su meta estaba apunto de cumplirse, pero de alguna manera había una pequeña preocupación rondando entre sus pensamientos, ¿Podría ser que Simba y Nala, o el otro grupo de leones le causen problemas? Aunque parecen ser un problema del cual no se debería preocupar, podrían causarle problemas. Pero teniendo patrullas de hienas por todas las praderas, si ellos se atreven a entrar al territorio de las praderas serán asesinados por las patrullas de inmediato. Él se fue caminando hacia adentro de la cueva, las dos hienas que protegen la entrada de hicieron a un lado para permitirle entrar, una vez que él estaba adentro las dos hienas cerraron la entrada de nuevo.
Hola querida Kiara, ¿Cómo has pasado la noche? —preguntó Esgath con una sonrisa.
En la madrugada.
Kiara estaba echada en un rincón de la cueva, habían más de 10 hienas vigilando que no intente escapar, ella intentó huir, sin embargo, las hienas la detuvieron y la golpearon sin parar, ella intentó defenderse, pero por la fuerza de los golpes ella estaba perdiendo el conocimiento, fue hasta que apareció Esgath quien dió la orden para que pararan, Kiara estaba jadeando por el dolor.
Esgath soltó un suspiro falso.
Es por esta razón que no debes intentar huir querida —dijo Esgath.
Ella lo observaba horrorizada, era cierto que él la salvó, pero también fue quien dió la orden para que matarán a su familia, ella retrocedió mientras la hiena se acercaba.
En el presente.
Kiara retrocedió hasta que topó con la pared, Esgath con una pata levantó el rostro, ella le intentó dar un zarpazo, él solo se apartó.
Kiara, necesito que te lleves mejor conmigo —mencionó Esgath.
— ¿Por qué querría llevarme bien contigo? —preguntó ella indignada.
Y era verdad, ¿Porqué querría llevarse bien con ese mounstro, siendo el que asesinó a casi toda su familia, el que probablemente mató a sus padres, no tiene razones para querer tener una buena relación con él, pero mientras más de acerca, más se siente asustada.
Bueno, porque te necesito con vida, y no quiero tener que matarte —dijo sintiéndose muy tranquilo con sus palabras.
— ¿Tú... me matarás? —preguntó Kiara, la verdad ya no le importaba cuál sería su respuesta, si sus padres y Kovu murieron ya no tiene razones para vivir.
—Solo si tú me obligas —respondió él levantándose.
Esgath se fue caminando hacia afuera de la cueva, el día apenas comenzaba, ella esperaba mucho que este terminara. Se sentía sola, a pesar de estar rodeada de hienas, quería ver a sus padres, abrazarlos y decirle cuánto los ama, necesitaba verlos, sin embargo, ahora mismo podrían estar muertos, aquello le sacó las lágrimas.
Pensar que talvez ya no va a ver de nuevo a su padre o a su madre la destrozaba. Recordó todas las ocasiones en las que fue rebelde y no hizo caso a lo que ellos le decían, la única impresión que les dió todo este tiempo fue desepcionante, jamás pudo demostrar que podía ser mejor, que algún día podría ser una buena reina, solo les dió una mala impresión de su persona. Kiara ahora es prisionera en su propio hogar, ella se quebró en lágrimas, importandole poco lo que los demás piensen de ella, las hienas se empezaban a molestar, mientras ella sollozaba haciendo ruido, todos tenían ganas de callarla.
Una hiena se hartó.
Es suficiente, la callaré de una buena vez —habló la hiena mientras se dirigía hacia Kiara.
— ¡Alto!—gritó Esgath
La hiena dirigió su mirada a su líder, realmente se asustó, pero no podía entender porqué le habló con ese tono, solo es una leona.
Dime una cosa —dijo Esgath arrinconando a la hiena — ¿Cómo te sentirías si estuvieras prisionero rodeado de un montón de enemigos —preguntó.
— Eeeh... Pues... Yo.. —tartamudeó nervioso.
Esgath sonrió, pero rápidamente su expresión cambió a una de enojo.
Ahora quiero que dejes en paz a esa miserable leona, la necesito con vida —dijo Esgath muy enojado.
La hiena solo asintió muy asustada, no entendía el porqué de su enojo.
Bien —agregó Esgath antes de salir de la cueva.
Kiara solo observaba la situación, aunque seguía llorando, le sorprendió la actitud de Esgath, ¿Tendrá sentimientos? Eso sería imposible, a pesar de que ha dicho que solo la quiere viva para mantener alejados a los reyes, ella piensa que podría tener otras razones.
Esto fue lo único en lo que pensó durante el transcurso de la mañana, intentando buscar otra razón para que la tenga allí con vida, ya que no es lógico que siga con vida, si ella fuera él, ya estaría muerta. Si lo que quiere es demostrar que tiene poder simplemente pudo matar a todo su clan, de hecho eso hizo, y después matarla. De esa forma, estando muerta junto con las demás leonas, sus padres habrían entendido. Sufrirían mucho y sin razones para vivir no le darían tantos problemas, porque según lo que ha escuchado aún están con vida, de esto se enteró cuando Shenzi regresó muy cansada con sus hienas, le dieron la noticia de que no pudieron atrapar a sus padres.
Ella soltó un suspiro de alivio cuando escuchó esa noticia, eso le dió una pequeña esperanza de ser rescatada, recordó la expresión de dolor y miedo de su madre, cuando se despidió de ella prometiendole que la van a salvar. Justo en ese momento ella sentía tanto miedo, deseaba correr hacia ella para recibir ese cálido abrazo que tanto ama, sin embargo, estaba inmovilizada las hienas no le permitían realizar esa acción. Después de ver a sus padres correr y unos momentos después ser perseguidos por las hienas, decidió que lo mejor era no resistirse y dejar que se la lleven.
Ella estaba pensando en eso mientras observaba las interminables discusiones entre las hienas, preguntándose el porqué de aquel alboroto.
Ella soltó un suspiro, estaba echada observando hacia afuera de la cueva, el cielo estaba nublado, de pronto, escuchó como su estómago sobaba, y no era para sorprenderse, no ha comido desde ayer en la noche, de hecho, una de las peores noches de su vida.
Esgath no parecía estar pensando en alimentarla, solo se mantenía sentado en la punta de la Roca del Rey, observando el desastre que todo su ejército estaba haciendo, ella no tenía permitido salir de la cueva, nunca antes se había sentido tan cautiva.
Pero poco después, pareciendo que le habían leído la mente, Esgath entró y se dirigía hacia ella. Kiara se levantó y retrocedió rápidamente, aunque no parecía tener intenciones de hacerle daño no confiaba en él en lo más mínimo.
Él soltó un suspiro, parecía ser por la actitud de Kiara.
¿Podrías dejar de hacer eso? —preguntó
Kiara sin responder solo intentaba alejarse de él.
Debes tener hambre —dijo él y después dos hienas llevaba un animal muerto — ¿Comerás esto? —preguntó
Kiara no quería comer eso, sin embargo, deseaba verse fuerte, pero si no comía algo moriría, soltó un suspiro y atrajo el animal hacia ella.
Esgath asintió y se fue caminando de la cueva, ella vio a todas las hienas, mirándola con odio. Pensó que lo mejor sería comer rápido la carne del animal antes de tener más problemas con las hienas. Comerse aquel animal fue algo que le ayudó mucho a Kiara, tenía que admitirlo, desde la mañana sentía hambre, pero no dijo nada.
Kiara estaba acostada observando el cielo de la cueva, la tarde se estaba tornando muy aburrida, estar así sin poder hacer nada era feo, siendo Kiara alguien que le gusta mucho mantenerse en movimiento, lo mejor que pudo hacer ese día es no seguir lamentando la muerte de las leonas, a pesar de que hay como 10 hienas vigilandola ella solo las ignoraba, se mantenía caminado por la cueva, intentando distraerse.
Esgath de nuevo entró a la cueva a buscar a Kiara, esta vez no retrocedió y se paró firme frente a él, intentado decirle que no es débil.
Él solo la observó y asintió con la cabeza.
¿Necesitas algo? —preguntó la leona.
—Dejaré que salgas por un momento de aquí si prometes no intentar huir —dijo Esgath.
¿Debía prometerlo?
¿Qué posibilidades tenía de poder escapar?
Esas dos preguntas llegaron al instante, su semblante mostraba preocupación. De cualquier forma, si intenta huir hay demasiadas hienas como para poder lograr algo.
Lo prometo —dijo Kiara.
Esgath sin decir nada salió de la cueva, las dos hienas que protegen la entrada se hicieron a un lado para permitirle pasar, Kiara salió pretendiendo verse tranquila, sin embargo, se asustó cuando vio que podrían hacer más de 100 hienas en la Roca del Rey, era exagerado.
¿Qué quieres de mí?—preguntó— Pudiste matarme junto con las demás leonas —dijo Kiara buscando una respuesta a esa duda que la ha estado molestando.
— ¿Sabes? Si respondo a tu pregunta te enojará mucho la respuesta —dijo Esgath desinteresado.
Se notaba a siempre vista que quería evadir el tema.
Quiero que me respondas, no me importa si es algo que me va hacer enojar —habló Kiara
Esgath se volteó hacia ella.
Te necesito para prevenir que tus padres regresen si es que están vivos —dijo Esgath
— ¿De que hablas?—preguntó ella
—En el caso de que tus padres sobrevivan, en algún momento vendrán por tí, si hacen eso yo no lo permitiré —dijo él acercándose a Kiara —si ellos regresan yo amenazaré con matarte—dijo Esgath con una sonrisa.
Tenía mucho sentido, si sus padres regresan él los puede amenazar con que la matarán si se acercan demasiado, era muy simple.
Siendo sincera, ella ya no tenía ganas de seguir con esa conversación, hablar con él solo la hace sentirse peor. Kiara se echó a su lado y se quedó observando las praderas.
Cuando era un cachorro... —dijo Esgath
Kiara volteó hacia él, parecía que le iba a contar su historia, no podía simplemente irse o pedirle que se calle.
"Yo vivía con mi padre y mi madre, todo era muy felíz, pero un día, mientras jugaba con un amigo en un prado, aparecieron dos leones, yo corrí tan rápido como pude y me escondí atrás de mi madre, ella me dijo que me tranquilizara, que todo iba a salir bien, sin embargo, poco después los dos fueron asesinados brutalmente por esos dos leones, mi amigo fue alcanzado mientras trataba de huir y lo asesinaron de inmediato, mi madre me dió la oportunidad de huir, yo observaba como mis padres eran arrastrados por esos leones, yo me fui de ese lugar y con el corazón destrozado lloré durante días, hasta que me encontró un grupo de hienas que me dieron la bienvenida a su familia, estás hienas me dijeron que habían sufrido el mismo destino que yo, me crié junto a ellos hasta ser adulto, fue entonces cuando yo me separé de ellos y viajé por algunos meses, después de encontrar un lugar para vivir, me dediqué a buscar hienas que se quisieran unir a mi causa, la cual era eliminar a todos los leones del mundo y poder vivir en paz. Pasaron 5 años para que yo pudiera conseguir lo que quería.
Pasé demasiados años de mi vida entrenado, hasta que un día supe de cierto león que asesinó a su hermano y junto con un enorme grupo de hienas reinó durante muchos años, yo no quise ponerle interés al tema en ese entonces, pero pasaron los años y volví a recibir noticias, informándome que el reinado de ese león había terminado, todas esas hienas fueron expulsadas de las praderas, entonces era la oportunidad perfecta para que esas hienas se unieran a mí, durante unos doce años las seguí entrenado, por fin tenía tantas hienas que me seguían que eran como un ejército.
Cómo ya se estaba haciendo costumbre, una hiena me informó de que un grupo de leonas se había peleado con el grupo de las praderas y que poco después fueron vencidas.
Fueron tantas noticias sobre la roca del rey y las praderas que el interés por ese lugar despertó en mi, hasta que ví que ellos podrían ser el primer blanco para empezar a cumplir mi sueño. Fue hasta ayer en la noche que mi cometido se empezó a cumplir".
Aquella larga historia le llegó al corazón a Kiara, no era de sorprenderse que se volviera una persona mala, tener una infancia horrible es algo de lo que Kiara no sufrió.
Ella no dijo nada ante lo que dijo Esgath, solo le demostró que si lo escuchó con la mirada.
De repente, desde lejos venía corriendo una hiena, parecía ser una hiena mensajera, rápidamente llegó dónde estaba Esgath.
Señor, hemos avistado al grupo de leones al sur del gran bosque —dijo la hiena muy cansada.
—Muy bien, convoca a un grupo de hienas que sepan luchar bien y envíalos a que asesinen hasta el último de ellos —dijo Esgath
La hiena solo asintió, y fue con las demás hienas.
La vida de Kovu corre peligro, aquello hizo sentir mal a Kiara, sin decir nada se fue caminando hacia adentro de la cueva, con un pesar enorme en su corazón.

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Hola a todos los que siguen mi historia, los quiero mucho, les agradezco el apoyo que me dan en cada capítulo, lo aprecio mucho.
Bueno también les quería decir que apartir de este capítulo ya no voy a actualizar la historia tan rápido como siempre, ya que está semana empiezo a estudiar, que triste. Pero bueno, prometo que intentaré actualizar mi historia lo más rápido que pueda.
Déjame un comentario sobre que te pareció este capítulo y dame un voto si crees que lo merezco.
Sin más que decir.
Nos vemos en el próximo capítulo.

El Rey León 3: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora