Capítulo 26

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Aquel gran león, simplemente le pidió a Kiara que se fuera con ella, al ser tan repentino, no sabía qué decir, el león insistía, mantenía su mirada fija en Kiara, le pedía

Vamos, Kiara, tu madre te está esperando.
— ¿Mi madre? —preguntó ella incrédula.
Kiara se levantó, se acercó al león.

— ¿Cómo se llama mi madre? —preguntó Kiara.
Nala —respondió.
Eso le pareció suficiente a Kiara para saber si él era confiable.

Kiara volteó hacia Esgath, él no dejaba de mirarla, luego ella miró de nuevo al león.
Él viene conmigo —dijo.
Es una hiena —mencionó en tono molestia.
Él viene conmigo —aclaró Kiara.

Las hienas estaban comenzando a inquietarse, fue demasiado notoria la entrada de los leones.
Es hora de irnos, las hienas ya vienen —advirtió el otro león.

Como sea, solo vámonos —dijo.

Kiara volteó hacia Esgath, le indicó con la cabeza que lo siguiera, la hiena no lo pensó demasiado y siguió a su amiga.

Simba y Nala estaban preocupados, había pasado un tiempo desde que se fueron los dos leones.
Nala se sentía ansiosa, ya quería ver a su hija, ha pasado demasiado sin verla. No aguanta las ganas de verla, ella volteó a ver a su esposo, él también se ve ansioso.
De pronto, los leones regresaron, pasaron días, noches en las que ambos leones deseaban ver a su hija entre sus patas, fue tanto tiempo que ya se estaban acostumbrando a no verla, pero por fin el momento había llegado.

Allí estaba Kiara, por unos segundos nadie pudo hacer algo, se dedicaron a observarse, sin embargo, no pudieron evitar la necesidad de correr y abrazarse.
Simba, Nala y Kiara corrieron y se unieron en un cálido abrazo, aquel que nunca creyeron que fuera tan hermoso, tuvieron que separarse para entender lo que es la familia.

Papá, Mamá, los extrañé tanto —dijo Kiara mientras lloraba.
—Nosotros también te extrañamos, demasiado—dijeron Simba y Nala.
Kovu corrió hacia Kiara y también la abrazó fuertemente, ella le devolvió el abrazo también.
Pese a que era un lindo momento, aún había una sorpresa para Simba y Nala, una que seguramente no les gustaría nada.
Rey Simba, reina Nala, tenemos algo que mostrarles —dijo uno de los leones.
Entonces, ambos leones se apartaron y mostraron a quien era el protagonista de unas de las experiencias más terribles en sus vidas, Edgath, un asesino cruel y despiadado, él solo los miró, sin decir nada.

— ¿Que demonios hace él aquí? —dijo Nala muy enojada.
Es él —dijo Simba sorprendido.
— !Te mataré maldito! —gritó Nala corriendo hacia él.

Esgath solo desvió la mirada, cerrando los ojos.

¡Espera, mamá! -gritó Kiara protegiendo a Esgath.
Nala se detuvo en seco al ver a su hija.

Kiara, aléjate de él, es peligroso —dijo Nala.
No, no lo es—respondió.

Kiara, apartate —dijo Simba.

Kiara sabía que esto pasaría, no sería fácil convencerlos, aún no sabe siquiera si ellos van a aceptar dejarlo con vida, pero no logrará nada si no lo intenta.
Esgath, es una buena persona, tuvo malas experiencias solamente, perdió a su familia, fue asesinada por leones—esas palabras hicieron cambiar la expresión de todos— todo lo que él ha hecho fue por rencor y tristeza, en un intento por calmar el dolor de su corazón.

Simba no quiso escuchar más.

¿Eso significa que debemos perdonarlo por todos los animales que asesinó? —preguntó.

No les pido que lo perdonen, solo quiero que comprendan porqué lo hizo, él, en realidad es alguien sensible y amable, incluso trató de sacarme de las praderas, pero su plan fue frustrado por Shenzi —respondió Kiara.
De cualquier manera, él debe pagar por todas las cosas que hizo—dijo Nala con las garras afuera.

¿Entonces quieres matarlo? Sí lo haces, serás tan mala como él lo fue antes —le dijo Kiara de forma fulminante.
Nala suavizó su expresión, de hecho, todos lo hicieron, las palabras de Kiara comenzaban a tener sentido.
Debemos hacer justicia, no tomar venganza —mencionó Kiara.

Rey Simba, Reina Nala, en verdad lamento todo lo que hecho, quiero demostrar que he cambiado —dijo Esgath algo apenado.

Era increíble cómo toda esa actitud dominante y vencedora había cambiado tanto, lo veían como alguien imponente, malo y temible, todo lo que él decía hería los sentimientos de los demás, su expresión era seria.
Pero ahora, tenía la cabeza baja, una expresión triste y parecía asustado, alguien totalmente diferente.

— ¿Cómo piensas demostrar que has cambiado? —preguntó Simba.
Nala miró atentamente a Esgath.

—Los ayudaré a recuperar la Roca del rey y el reino de las praderas —dijo Esgath con total seriedad.

En la Roca del Rey.
Un par de grupos de hienas estaban preocupados, no podían creer cómo pudieron huir tan fácilmente, Shenzi estaba furiosa, había perdido su carnada. Sin embargo, había un grupo algo grande que no mostraba preocupación, pues eran las hienas que aún eran leales a Esgath, en cuanto tuvieron la oportunidad, escaparon sin que nadie los viera, habían visto a donde había ido su jefe y amigo.
Ellas ya no soportaban a Shenzi, apesar de que solo ha estado en el poder por un día, no saben realmente por qué lo ha hecho Esgath, de un momento para otro se pasó a bando contrario, sin embargo, ellos lo quieren mucho como amigo, así que se dirigen hacia su posición.

Una vez que todos llegaron, Simba inmediatamente avisó a todos, indicandolos como posibles amenazas, Esgath no tardó mucho en reconocerlos, entonces él impidió que les hicieran daño, de forma rápida y clara, explicó a Simba que podía confiar en ellos, también tuvo que explicarle a sus compañeros porqué hizo todo eso, ellos aceptaron sin demasiados problemas.
Ahora el grupo era aún más grande, las posibilidades de ganar eran aún más altas.
Nala pensó que podría ser el momento perfecto para tratar de ver el futuro, aunque sea unos instantes, quiere saber si su plan tendrá éxito, entonces, ella se concentró en lo que pensaba, ahora su misión era recuperar la Roca del Rey, alcanzó a ver a Shenzi, no era demasiado claro, también vió a muchas hienas en el suelo, aquello la alegró un poco, pero también vió muchos leones en caídos, no sabía si estaban muertos, a partir de eso no fue capaz de ver algo más, pero todo eso parecía indicar que sería una batalla equilibrada.
No será fácil, pero debemos hacerlo —dijo ella.
Todos dirigieron su atención a ella.
Por más loco que parezca, este día hemos demostrado que si superamos nuestras diferencias, todos podemos encajar en un mismo grupo, los leones y las hienas, unidos podremos vencer a Shenzi, si peleamos juntos, lo lograremos.
Todos comenzaron a murmurar, parecían convencidos, eso sacó le sacó una pequeña risa a Nala.
— ¿Crees que podemos confiar en ese maldi... en Esgath? —preguntó Simba.
—Ya vez como se puso Kiara, espero que sea verdad, de no ser así sería un error terrible —respondió
—Sí, cuando ella quiere algo lo consigue a como de lugar — mencionó Simba suspirando.

Nala lo miró, de nuevo estaba esa expresión de preocupación, no le gustaba para nada.
Kiara estaba platicando con Kovu, mientras que Esgath y las hienas planeaban su siguiente movimiento. Los leones del reino del norte ya estaban preparados.
Todo parecía ir bien.
Nala miró a Simba, el también la vió, ella solo asintió con la cabeza, indicando que la operación "Reconquista de las praderas", iniciaba oficialmente.
¡Leones, hienas!—gritó Simba.
Recuperemos esta tierra de las garras de Shenzi —gritó Nala junto a Simba.
— Empiezen a moverse —dijo el rey Barack.
La pelea será dura, Nala confía plenamente en que la pelea no será una en la que pierda más uno que el otro, no sabe si confiar del todo en Esgath, pero ahora ya no había tiempo de pensar, la Roca del Rey estaba enfrente de ellos.
Ahora solo queda rezar porque las cosas salgan bien.

El Rey León 3: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora