Capítulo 20

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Por suerte, esa extraña leona lo ayudó desde que fueron atrapados por los leones de ese lugar, le dio comida cuando todos decían que lo mejor era dejarlo morir de hambre, mientras eso ocurría, Kovu pensaba seriamente en aquella noche que tuvo con Kiara, la noche en la que seguramente habría marcado un cambio radical en sus vidas, la noche en la que ambos se convertirían en padres. Se había apareado con ella, sin decir nada a nadie, solo él y ella lo sabían, los dos estuvieron de acuerdo, no había problema alguno, sin embargo, Kiara decidió mantenerlo en secreto, por el bien de su relación, lo más probable era que Simba no lo aceptara, y por consiguiente, echara a Kovu de las praderas. Todo eso lo pensaron muy bien, fue algo que los dos amaron mucho hacer, una sonrisa se marcó en los labios del león.
Sin embargo, esa sonrisa se desvaneció al recordar la terrible situación en la que estaban Las Praderas, en manos de ese sujeto llamado Esgath, se enteró de su nombre através de una conversación entre dos leones, ahora lamentaba mucho haber huido así, sin hacer nada por Kiara, se sentía culpable, al no haber hecho nada por salvarla.
Posiblemente ahora esté muerta, posiblemente jamás podrá ver a sus hijos. Lágrimas se desplazaban por las mejillas del león, mientras este apretaba los dientes por el enojo que eso le provocaba. De pronto, escuchó pasos, rápidamente se volteó y se acostó dándole las espalda a quién fuera el que llegó.
—Kovu, soy Shaira, la leona que te ha alimentando —dijo una voz femenina.
Él, sin saber si confiar aún, se volteó lentamente y la miró a los ojos.
Ella retrocedió un poco por la impresión que le dio esa expresión llena de dolor, angustia y enojo.
¿Por qué lo hiciste? Yo jamás pedí tu ayuda —dijo él directamente.
—Ahora mismo deberías decir gracias, probablemente estarías muerto sin mí —regañó ella.
—Yo jamás pedí tu ayuda, ¿Por qué lo hiciste? —preguntó de nuevo.
— Por qué era lo correcto, mi gente, te quiere muerto, y quieren usar a tus leonas como juguetes sexuales, nunca soportaría ver a alguien sufrir de esa manera —dijo ella casi apunto de llorar.
Kovu trató de suavizar su mirada, ella parecía muy aturdida, puede que lo que está diciendo sea verdad, pero aún no está seguro del todo.
Kovu soltó un suspiro.
De cualquier forma —llamó su atención —estoy agradecido contigo, de no ser por ti, puede que ahora estaría muerto.
—Hice lo correcto —dijo ella —con eso tengo suficiente.
Kovu le regaló una sonrisa, la cual hizo que la leona sonriera también.
Al día siguiente, Shaira logró hacer que los guardias se distrajeran, de una manera en la que sólo tipos como ellos, sucios y pervertidos, podrían caer.
Nos vemos en unos días, por ahora solo... —se acercó a ellos invadiendo su espacio personal —dejenme la salida y si no dicen nada, les daré todo mi cuerpo.

Ambos leones se fueron caminando, con una lujuriosa sonrisa, habiendo caído totalmente en su trampa.
Kovu al ver que esos leones se fueron, corrió rápidamente hacia Shaira.
¿Qué les dijiste? Parecían muy felices —dijo Kovu extrañado.
—Les dije lo que querían escuchar —dijo ella muy tranquila.
Kovu aún sin entender por completo, se acercó más a ella.
¿Cuál es el plan después de atravesar esa salida? —preguntó Kovu.
—Cuando salgas de aquí, ve colinda abajo, y cuando llegues escondete en el arbusto más grande que veas, espera a que tus amigas lleguen —dijo ella.
—Te agradezco mucho todo lo que haces por nosotros —agradeció Kovu.
—De nada, ahora ve, no hay mucho tiempo—insistió ella.
Kovu asintió, y comenzó a correr.
¡Kovu!gritó ella.
Él se volteó.
Cuando veas a tus amigas, ve junto a ellas al norte de las praderas, cruzando las lejanías, allí encontrarás un reino donde te prestan su ayuda, a tí y a los tuyos —dijo Shaira.
Kovu asintió y siguió corriendo estaba muy agradecido con ella, lamentablemente olvidó preguntarle su nombre, pero de cualquier forma, nunca olvidará todo lo que hizo por ella.



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Tama, Sarabi y Kula corrían hacia abajo de la montaña, Shaira los había ayudado demasiado para que fuera en vano. Se sentían muy felices de saber que Kovu, creían que había sufrido un destino peor a ellas, Shaira las logró sacar de un infierno.
Esperan poder honrar a Shaira, aunque puede que no muera, pasará años deseando morir cada segundo, ese lugar parecía un lugar donde solo quieren a las leonas para usarlas como juguetes que pueden usar.
Tama estaba llorando, le duele mucho que alguien tan bueno, tenga que vivir ese destino.
Las tres pararon cuando vieron a Tama llorar.
Nada de lo que le suceda a ella, será tu culpa, ella lo decidió —mencionó Sarabi.
—Sí, Tama, ella dijo que con el hecho de ayudarnos, sería feliz, sin importar lo que le pase —dijo Kula.
Tama se limpió las lágrimas, asintió con la cabeza mientras más lágrimas caían. Todas empezaron a correr de nuevo, ya sabía que no era su culpa, pero de cualquier forma, lo que le ocurrirá a Shaira, le parte muy profundamente el alma.

Ella es una mujer fuerte, se nota a simple vista, puede que se salve de alguna manera.

Una vez que llegaron hasta abajo, buscaron por todas partes a Kovu, no había señales de él. Pero de repente, salió de entre los arbustos un león, todas recuperaron la sonrisa cuando vieron que era Kovu, corrieron y le dieron un fuerte abrazo.
Tama, Kula, Sarabi —dijo él muy feliz.
—Shaira tuvo la razón todo el tiempo —dijo Tama sonriendo.
—Ella me salvó la vida, a todos —mencionó Kovu.
Todos bajaron la mirada sutilmente, demostrando que sentían mucho haberla abandonado de esa manera.
Ahora, debemos irnos, su sacrificio no será en vano —dijo Kovu tratando de subir el ánimo de los demás.
Todas asintieron, empezaron a correr, no sabían realmente a donde ir, sin embargo, Kovu recordó lo que Sharia había dicho. Era irónico, donde creyeron que sería más seguro, fue una equivocación, donde creyeron que sería más peligroso, será su mayor logro.
Chicas —dijo Kovu llamando su atención.
Ellas se detuvieron y voltearon hacia él.
Ya se a donde debemos ir —dijo Kovu.
— ¿A dónde? —preguntó Sarabi.
—Antes de abandonar el lugar, Shaira me dijo que pasando las lejanías encontraríamos un lugar en donde nos prestarán ayuda —dijo él con mucha ilusión.
— ¿Estás seguro? —preguntó Sarabi sin confiar mucho.
—Ya vez lo que nos pasó por ir donde creíamos más seguro —mencionó Tama
—Pero está vez, estamos seguros porque alguien nos dijo a donde ir, no fue por una corazonada —dijo Kovu.
Sarabi y Tama no estaban muy convencidas, pues no quieren vivir eso de nuevo. Sería la mayor tragedia.
Creo que deberíamos intentarlo —dijo Kula —recurden que fue Shaira quien nos sacó de ahí, ahora nos dio un lugar a donde ir, de no ser seguro, no nos lo habría dicho.
Era demasiado peligroso, sin embargo, ¿Que otra opción tenían? Volver a las praderas no es una opción, los bosques gemelos es un lugar encerrado, podrían haber hienas o algún otro animal hostil.
El único lugar seguro parecía ser ahí, lo dijo Shaira, deben confiar en ella.
Tama se dijo a sí misma que confiara en ella, les salvó la vida, y aún las sigue ayudando cuando no está cerca.
Muy bien, vamos hacia el Norte de las lejanías —dijo Tama con confianza.
Ella empezó a caminar, los demás la siguieron, intentando tener un poco de fé en que está vez no será algo malo de nuevo.
El día fue muy cansado, les llevó bastante tiempo llegar a las lejanías, cuando estaban dentro, ya era de noche, decidieron caminar un poco para intentar encontrar un lugar seguro para pasar la noche.
Todos estaban muy cansados, pero en el camino lograron encontrar a una cebra, le comida favorita de Nala.
Todos recordaron aquella época donde Sarafina disfrutaba ver a su hija feliz al saber que comerían cebra.
Nala tiene muy buen gusto.
Por fin, después de días de desesperación, tenían esperanza, Shaira logró lo que para ellos habría sido imposible, estaban muy agradecidos con ella, pese a que están intentando no pensar en ello, ella no sale de sus cabezas, y eso solo por el hecho de no haberla llevado con ellos.
Continuamente se repetían que había sido su decisión, pero no es algo fácil de superar.
En la madrugada, Tama observaba el cielo nocturno, la luna brillaba y las estrellas le daban tranquilidad, un fresco viento movió su pelaje, al día siguiente sabrían de una vez por todas si al lugar que van es una salvación, u otra trampa mortal de la cual no podrán salir.
Sin embargo, muy en el fondo, todos creen que cuando lleguen al ese lugar, será una salvación.

El Rey León 3: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora