Capítulo 15

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En las praderas.
Cinco días después de la conquista de las hienas sobre el reino.

Aquella noche Kiara intentó tomar por la espalda a Esgath, la cual fue detenida bruscamente por otra hiena, esto no fue muy agradable para Esgath. Él ordenó sin pensar mucho que la golpearan sin parar hasta que diera la orden.
Kiara hizo un vano intentó por enfrentarse a todas, sin embargo, solo las hizo enojar, la golpearon con la cabeza y le dieron zarpazos en las patas y en el rostro, mientras ella lloraba por el dolor del cuerpo. La golpearon tanto que tenía heridas en casi todo su cuerpo, ella en verdad deseaba ver a su madre otra vez, quería sentir sus abrazos, quería huir de la Roca del rey y buscarla.
Todo lo que ha podido recibir son maltratos, Esgath no parece importarle esto, como era de esperarse.
Después de tanto la joven leona decidió no dar más problemas, ya que lo único que recibe son golpes y heridas, a todo eso, la noche que intentó atacar a Esgath, en verdad creyó que podría derribarlo y de esa manera amenazar con que lo mataría si hacían algún movimiento, cosa que no funcionó. Al día siguiente, él no habló con ella, lo hacía todos los días, cada vez que Kiara quería estar tranquila, llegaba Esgath y le hablaba de cosas que no tenían importancia, Kiara solo escuchaba sin decir algo, prefería dejarlo decir todo lo que quisiera para no tener posibles problemas hablando con él, sin embargo, algo que le extrañó a Kiara, era el hecho, de que en ningún momento le hablaba de sus planes o de la vida que tendría Kiara. Estaba comenzando a pensar que Esgath podría ser alguien diferente a los demás, pensaba que podría tener otras razones para mantenerla con vida, pero con los recientes hechos, está más que aclarado que no le importa en lo absoluto.
En la mañana, una vez que sintió fuerza para levantarse, salió de la cueva como siempre hacía, de cualquier forma, hay tantas hienas en cada rincón de la Roca del Rey que cualquier intento de escapar sería una perdida innecesaria de fuerza.
Esgath se mantenía todo el día todos los días observando como sus hienas recolectaban comida, o como salían grupos a buscar a Simba y a Nala, parecía que todo lo que él anhelaba era vivir una vida tranquila sin trabar demasiado, su vida a sido horrible desde su más tierna niñez, es de esperarse que ahora que es un adulto, quiera vivir lo que no pudo vivir de cachorro. Kiara ha podido analizar la personalidad de Esgath desde que le contó su historia, parece ser un tipo que cuando lo traicionan, odia a ese alguien que lo traicionó.
Talvez creyó que Kiara podría ser alguien con quien podría hablar de lo que quisiera, pero cuando lo intentó atacar, fue algo que de seguro afectó a Esgath.
Kiara llegó y se echó a su lado, Esgath quería que siempre de mantuviera a la vista, eso significaba que se mantuviera a su lado, se quedó observando hacia el horizonte, aquellos lugares que antes estaban llenos de animales, ahora estaban desolados, algo que nunca había visto antes, soltó un suspiro al pensar en eso.
Estaba empezando a pensar que talvez los leones no eran tan malos ¿Sabes? —mencionó Esgath sin verla.
Kiara volteó hacia él, con una mirada triste y lastimada.
Pero me he dado cuenta de que todos son iguales, malos y despiadados —dijo apretando los dientes.
— ¿Qué quieres de mí? En serio—preguntó Kiara.
—Cuando te ví por primera vez, cuando te observé con detenimiento, creí ver a alguien diferente—dijo él ahora sí mirándola.
Lo que decía era extraño, ¿Qué tenía ella que no tuvieran los demás leones?.
Tú, Kiara, tú eres la única de todos los leones que conozco, que no ha matado a nadie en toda su vida, alguien rebelde y curiosa de la vida —dijo Esgath describiendola.
A pesar de todo, lo que dice tiene razón.
Es por eso que me quedé contigo, no solo para alejar a tus padres, si no para intentar encontrar en tí la esperanza de que los leones no son malos—dijo Esgath algo triste.

— ¿Y la has encontrado?
—Por un momento, te observé de una manera tan diferente como observaba a todos los demás leones, pero hace poco me demostraste que no eres diferente, en cualquier momento te volverás como tus padres y matarás sin piedad a aquellos que no te agradan—dijo él.

El Rey León 3: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora