Esgath ha estado preparando un plan de defensa para repeler a cualquier enemigo que se presente, y también un plan de escape para una emergencia.
Los recientes informes por parte de las hienas han indicado que ellos han sobrevivido cuando no deberían haberlo hecho, lograron escapar de los bosques gemelos, y la última vez que fueron vistos fue entrando a las lejanías, en dirección a las tierras del Norte.Aquellos que no pudieron asesinar a estos dos reyes fueron desterrados de inmediato, sin embargo, no despidió a Shenzi ya que ella es muy buena dirigiendo hienas al momento de un combate, le servirá mucho, Esgath sabe muy bien que ella odia a los reyes por haber sido malos con ella desde que la conocieron.
Todos estos problemas, lo han tenido muy pensativo en los últimos días, sin embargo, nada lo ha tenido tan preocupado, como un reciente acto de duda que tuvo en una situación en la que normalmente habría actuado sin pensar.
La princesa de las praderas, Kiara, rompió las reglas que Esgath aplicó para todos los habitantes de la Roca del Rey, cuando la mayoría de las hienas se descuidaron ella trató de escapar, cómo lo ha estado intentando desde que la tiene capturada.
Esa noche las hienas la lograron atrapar justo cuando podría haberse ido para siempre, Edgath se enfadó mucho con esto. Pese a que sabía que ella era necesaria para su seguridad, no podía contenerse más, todo su enojo, toda su ira, no podía esconderlo.
—Hienas—dijo Esgath —vamos a enseñarle a Kiara porqué no se deben incumplir las reglas.
Kiara estaba asustada, las hienas se estaban acercando, sin embargo, se asustó mucho más cuando Esgath se acercó a ella con las garras afuera.
—Ahora, ¡morirás! —gritó él muy enojado.
Justo en el momento en que la iba a atravesar con sus garras en el estómago, lo que dijo lo detuvo.
—Espera, no te acerques.
¡Estoy embarazada!—gritó con los ojos cerrados por el miedo.Esgath se detuvo de inmediato cuando escuchó eso, y no sabía porqué, nunca antes había sentido eso, el hecho de que esté embarazada no debería incluir tengo en su ser, él se sentía extraño, demasiado para su gusto.
Kiara abrió lentamente los ojos, cuando notó que la enojada hiena se detuvo.
—Jefe, ¿porqué se detuvo? —preguntaron las hienas muy confundidas.
Esgath se miraba asustado, no tenía esa mirada intensa de siempre, aquella que te intimida, se miraba vulnerable.
—Necesito tomar algo de aire —dijo para luego irse del lugar.Kiara estaba confundida, sabía perfectamente que eso jamás funcionaría con él, sin embargo, lo hizo, es muy extraño, ella pensaba que era alguien sin corazón. Pero parecía que el hecho de que ella esté embarazada tuvo algún efecto en él.
Ahora Kiara se sentía mal, al recordar que no le dijo a sus padres sobre su embarazo, lo consultó con Rafiki para confirmar si en verdad estaba embarazada, fue cuando él dijo que si.
Se siente muy agradecida con él por no decir nada.Todo eso ocurrió hace poco, Esgath indicó a sus hienas que trataran a Kiara igual que todos los días, no sale de la cueva sin su permiso, y come carne una vez en la mañana, una en la tarde, y una vez en la noche.
El tema lo tenía demasiado confundido, jamás había sentido algo así, ¿Acaso había sentido pena por ella? Estaba embarazada, por eso su estómago ha estado creciendo.Ahora cada vez que piensa en matarla, el recuerdo de que está embarazada no le permite actuar.
Necesita ordenar sus pensamientos.
Dos leones le quitaron la vida a sus padres, creía que eso había sido suficiente para borrar todo tipo de bondad que haya existido dentro de él, sin embargo, el pensar que si la mata, también matará a su hijo no le permite cumplir con el acto.Estaba demasiado confundido y eso no lo dejaba pensar con claridad, el plan de defensa y el de escape estaba en curso, pero ahora mismo no tenía la mente clara como para seguir planeando, necesitaba descansar.
Kiara estaba en la cueva, recostada en el suelo, observando con detenimiento hacia arriba, recordó cuando apenas conoció a Kovu, fueron los días más felices de su vida, y ahora, estaba embarazada de él, se sentó y observó su estómago, no sabe cuántos pequeños estén ahí dentro, pero lo que si sabe es que ya los ama aunque no los conozca. No sabe dónde está Kovu, tampoco sabe si está vivo, realmente no está enterada de nada, no sabe si sus padres, sus amigos, o su esposo están vivos, ciertamente ella aún tiene la esperanza de que algún día los volverá a ver.
Kiara volteó hacia los demás, estaban varias parejas de hienas hablando de distintos temas, por primera ver, vió sonreír a una hiena, producto de un mal chiste que contó la otra, fue la primera vez que no los vió como un animal salvaje, de esa manera logró darse cuenta de que ellas no son malas, si no de que no son comprendidas, los caminos y las desiciones que han tomado los llevaron a una vida de maldad y sufrimiento eterno, no es su culpa ser malos.
Y esto lo pudo comprobar cuando Esgath se detuvo justo cuando iba a quitarle la vida. No sabía exactamente porqué se detuvo, pero creía que aún existía bondad en él, de otra forma ahora mismo estaría muerta.Shenzi vió a Esgath afuera, estaba sentando observando las praderas como acostumbra hacer todas la tardes, ella se acercó y se sentó a su lado, las demás hienas le dijeron que fue lo que pasó con Kiara, quería hablar con él sobre eso, tenía curiosidad.
—Dia difícil eh —dijo ella.
Él soltó un suspiro pesado.
—No entiendo porque me detuve —lo dijo en un tono preocupado.Él no suele hablar de lo que siente, tampoco suele tener esa actitud tan calmada, todo el día, todos los días, se para regañando a sus hienas y amenazándolas de muerte, pero esto jamás lo había visto.
—Todos, en algún momento de nuestras vidas experimentamos esto, por más pequeña que sea, siempre existirá bondad en nuestro interior —dijo ella.
Esgath la volteó a ver.
—Es por eso que no matas a tus compañeros a menos que sea necesario, es por eso que no abandonas a tus compañeros a menos que sea necesario, es por eso que no matas si te das cuenta que eso está mal—dijo ella.
Aquello lo hizo pensar mucho como ha estado actuando toda su vida, a pesar de que la muerte de sus padres ocasionó un odio inmenso por los leones, se detuvo al sentir bondad.
—Espero que eso no me vuelva a ocurrir —dijo él preocupado.—Si sientes duda de lo que debes hacer, solo sigue lo que tú corazón te diga —dijo ella.
Ella se levantó y se fue caminando hacia dentro de la cueva, dejándolo solo con sus sentimientos encontrados, el viento sopló fuerte, ocasionando que sintiera frío, el sol estaba ocultándose.
Ahora estaba en duda, no estaba seguro de si todo lo que ha estado haciendo con su vida a estado equivocado, no está seguro de lo que quiere hacer, todos su vida ha querido asesinar a los leones del mundo para que paguen por lo que le hicieron a sus padres, sin embargo, puede que la manera en la que ha intentado vengarlos no ha sido correcta, tal vez la venganza no es el camino correcto.
Volteó hacia el sol.
—Es muy hermoso —dijo él para luego irse caminado hacia dentro de la cueva.
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El Rey León 3: La Historia de Nala
FanfictionEste es el desenlace de la historia. Nala y Simba deben enfrentar a un nuevo enemigo, el cual amenaza con destruir todo lo que conocen, Kiara podría tener hijos, el destino y la seguridad de las praderas está en sus manos.