Capítulo 11

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Durante toda mi vida, creí que mi destino era ayudar a quienes amo, eso me hizo querer aprender cada vez más de mi mejor amiga, aún cuándo la odié durante doce años, siempre deseaba poder ser tan valiente como ella. Pasé tanto tiempo apoyándola cuando creyó que Simba había muerto, la apoyé cuando su madre fue asesinada, Scar nos hizo sufrir mucho durante años, Zira nos dió pocos problemas.
Pero nunca imaginé que podría existir alguien como esa aterradora hiena.

Nadie creyó que algún día podría ocurrir algo tan trágico como lo que ocurrió esa noche. Todos estaban tan acostumbrados a una rutina que creyeron que así sería hasta el día de su muerte, sin embargo, esto no fue así, en vez de eso, 8 leonas fueron brutalmente asesinadas, las que sobrevivieron lo hicieron porque tuvieron suerte.

Tama estaba rodeada por hienas junto a Sarabi, Kovu y Kula, sin parar siguieron luchando contra las hienas, sin embargo, si no hacían algo morirían, todos se sentían muy aterrados, nunca habían estado en una situación tan fea como esta.
Kovu era el único que podía hacerle frente a varias hienas a la vez, lamentablemente no era el mismo caso para Tama y las demás, su cuerpo era un poco más débil que el de los machos, por lo cual Kovu es el más fuerte del grupo, cada hiena era muy costosa, cada vez llegaban más, no sabían que hacer.
Fue entonces cuando escucharon algo que los sorprendió, entre el bullicio que había, se escuchaba a una leona gritar.

— ¡Vayanse! ¡Huyan de aquí!—gritó Nala desesperada
Aquellas palabras tan angustiadas no permitían que pensaran con claridad, el hecho de abandonarlos sería su fin, cada uno de ellos sabía que hacerle caso no era una buena opción.
¡Tienen que irse! , ¡Ahora! —insistió desesperada
Aunque tampoco era una gran opción quedarse, estaban en total desventaja, pese a que lo que estaban a punto de hacer les dolía más que nada, decidieron correr sin parar, lejos, sin mirar hacia atrás, esperando que en algún momento todo esto pueda detenerse. Tama, ella estaba muy dolida, Nala era su mejor amiga, el hecho de abandonarla de esa manera provocó que se quebrara en lágrimas.
Ella miró a sus lados, allí estaban sus tres compañeros, aquellos que no parecían inmutarse con nada, a pesar de estar en un peligro grave, deseaba estar tan tranquila como ellos.
Pero, ¿Cómo podría estar tranquila? Después de ver algo que dejaría a alguien traumado de por vida, ¿Cómo lograría Nala escapar con Simba?.
Mientras más pensaba en todas las posibilidades, más se daba cuenta de que no tenían posibilidades, fue por aquello que ella no tuvo la fuerza para no llorar, a pesar de ser alguien que siempre alenta a los demás para poder hacer frente a sus problemas. Ella creyó que jamás iba a estar en una situación así, fue ahora que de dió cuenta de que necesitaba la ayuda que había dado, necesitaba el consejo de Nala.
Siendo un grupo tan grande de hienas era difícil esconderse, duraban poco tiempo antes de necesitar correr de nuevo, el único lugar que quedaba, eran los bosques gemelos, dos gigantescos bosques que estaban al lado uno del otro. Aunque cada uno se  separan con una cantidad de 15 metros de distancia. Pero no importaba cuánto lo pensara, Tama no lograba entender como alguien apareció de la nada y eliminó todo lo que había sido paz en un abrir y cerrar de ojos, debía ser alguien muy listo, logró idear un plan perfecto para tomar la Roca del Rey sin demasiados problemas, eso le recordó a Scar, era muy parecido a él.
Ella observó hacia el frente, a lo lejos se miraba el gran bosque, ya estaban cerca, pero por alguna razón no se sentía a gusto con la idea, ¿Pero por qué? Era algo que podría subir mucho la probabilidad de sobrevivir a las hienas. Estaba pensado que talvez podría no ser una buena idea entrar a ese bosque, aunque las lejanías estén después, allí hay muchos más peligros.

¡Oigan! —exclamó Tama.
Todos voltearon hacia ella, sus rostros estaban tan deprimidos que le quitaron las ganas de hablar, pero de cualquier forma lo tenía que hacer.

Podría no ser una buena idea ir a ese bosque —dijo Tama.

Sarabi tenía lágrimas en los ojos, se volteó hacia ella y se acercó lentamente, aquello hizo que Tama retrocediera.
— No podemos quedarnos en las praderas, es demasiado peligroso —dijo antes de empezar a sollozar—puede que hayamos perdido a Simba y a Nala.
Todos siguieron caminando hacia adelante, con la mirada baja, recordando a cada segundo que habían sido derrotados, pero el problema no era que habían sido derrotados, el verdadero problema era la forma en la que perdieron, sin nada de esfuerzo, una hiena les arrebato todo un reino. Pero Tama no quería perder la esperanza, aún quería evitar entrar en el bosque, por alguna razón sabía que no era buena idea.
Por favor, tenemos que quedarnos en las praderas —corrió y se puso frente a ellos,—si vamos al bosque todo se complicará. La preocupación se notaba en su rostro.
¿Qué sugieres? —preguntó Kovu
Una sonrisa se marcó en su boca, por fin alguien la escuchaba.
—Miren —señaló hacia unas montañas al sur de los bosques,—debemos ir allí—dijo Tama
Sinceramente ella no estaba segura tampoco de que allí no fuera más peligroso, pero sí sabía que si se iban hacia las lejanías, sería su fin.

Sarabi soltó un suspiro pesado, se acercó a Tama y con la mirada le señaló las montañas.
¿Cómo puedes asegurar de que allí no es peor que las lejanías —preguntó volteandose hacia ella.
—Porque en las lejanías hay más depredadores que aquí —respondió segura.
Sarabi soltó de nuevo un suspiro, asintió un par de veces con la cabeza y levantó la vista.
—¡Bien, cambio de planes! —exclamó Sarabi —nos vamos hacia las montañas del sur.
Aunque no parecía una buena idea, todos sabían que no podían esperar mucho en las lejanías, estarían condenados, eso es seguro. Mientras caminaba, Tama reflexionaba sobre todo lo ocurrido, el paso tan rápido del tiempo, tantas experiencias, sin embargo, ahora mismo no sabe que es lo que pasará. Por ahora cree que Nala murió junto con las demás leonas, aquello casi le sacó una lágrima, no lo logró, ya que tampoco tiene garantizado que Nala murió, espera con todo su corazón que este con vida, al igual que Simba, de quién estuvo enamorada por mucho tiempo.
Pasó el tiempo, y la Roca del Rey empezaba a verse pequeña, eso indicaba que estaban lejos, sus patas estaban muy cansadas, aunque no lo pareciera, ese lugar montañoso estaba más lejos de lo que de pensaba, si intentaban calcular el tiempo, faltaría una hora para llegar.
De pronto, se sintió un ambiente frío, el viento movía fuerte el pelaje de cada uno, la noche impedía ver con claridad, pero sabían que se acercaba una tormenta, la lluvia estaba cerca.
Corran, debemos llegar a un lugar cerrado —dijo Kovu
Todos corrieron lo más rápido que pudieron, recorrieron gran parte de lo que les faltaba para llegar, pero lograron encontrar una cueva abajo de una pequeña montaña, lo suficientemente grande para 6 leones, era bastante grande.
Todos sacudieron su pelaje, se mojó mucho con la lluvia, aunque hacer eso cerca de alguien es como mojarse de nuevo.
Tama se echó sobre su espalda y miró hacia el cielo de la cueva, ella soltó un suspiro.
— ¿Alguien tiene una idea de cómo resolveremos esto? —preguntó Kula
Tama volteó hacia ella, pero no quería responder, ahora mismo no quería pensar más en ese tema.
—No lo sé —dijo Sarabi casi susurrando.
Aquella respuesta solo hizo que Kula se echara al suelo, y nadie podría juzgarla, de hecho, nadie podría juzgar a alguien.
Deberíamos dormir —mencionó Kovu.
Las tres chicas asintieron, Kovu asintió también, todos se acostaron en un extremo de la cueva e intentaron dormir, la lluvia era fuerte, tenían la esperanza de que en la mañana todo estuviera despejado.
El plan de ir a las montañas parece ser una buena idea, sin embargo, ese lugar está siendo habitado por animales que podrían estar dispuestos a matarlos sin piedad, pero Tama sabía que algo así podría ocurrir, pero ella simplemente no ha perdido la esperanza, siguió esa enseñanza que le dejó su amiga Nala.

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¡Hola a todos! Es un gusto estar aquí con ustedes de nuevo, hasta aquí dejo este capítulo, lamento la tardanza, pero como dije en mi anterior capítulo, no tendré tiempo, pero bueno, espero que me comprendan.
Déjame un comentario sobre que te pareció este capítulo, dame un voto si crees que lo merezco.
Sin más que decir.
Nos vemos en el próximo capítulo.

El Rey León 3: La Historia de NalaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora