La vida es la que te pone entre la razón y el corazón. Era mucho más joven, estaba de camino a terminar mi carrera hasta que una oportunidad se presentó delante de mi; ir a otro país a estudiar mi maestría todo pagado, no me esperaba para nada, pero acepté. Conforme se acercaba el día de que me fuera se despertó una sensación dentro de mi que estaba ahí otras veces pero nunca tan potente, como un marinero en medio del océano, mi corazón soltó las anclas donde estaba, en mi ciudad natal, recordando cómo un un roble herido, la gente que conocí y la gente que olvide, cada recuerdo por mínimo que fuera, agregaba peso a los lastres que me impedían irme, mi corazón me exigía quedarme, pero mi mente quería irse. Por más peso que existiera, ese deseo inmaterial quería que me fuera, no por malicia si no por la razón, ya habría momento de volver a visitar a esa gente, pero tal vez no estaría la misma gente que conocí. Si me preguntas que hice te dire que ambas, iba y venía, tal vez dormí menos horas de las que son recomendables, pero lo prefiero mil veces más que la indecisión porque entre mi mete y mi corazón, estaba mi pasión.
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Silent words
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