29

6 2 0
                                    

Solía ser el rey de reyes, tengo que admitirlo no era el mejor, gobernaba de forma implacable, era bueno, solía definir el rumbo de las batallas y cambiar el destino de mis enemigos, pero esos tiempos han pasa, no puede con la corriente, mis caballeros reposan en bosques encantados, mis castillos son reliquias y recordatorios de lo que no se debe hacer, mis enemigos se dieron cuenta que caería solo, no se equivocaron, vi el piso desaparecer de mis pies, mis esperanzas reposaban en un montón de piedras. Fui desterrado y alejado, perdí mi hogar pero eso me obligó a pelear, me obligo a redefinir mis lealtades, porque ahora yo no era dueño de la iglesia ni del gobierno, porque mis palabras reposan como una advertencia, que tenía que perder, ya había pisoteado mucha gente, tal vez era hora de que fuera el pisoteado, ayude cuanto pude, el rey antiguo fue pereciendo lentamente, mientras energía yo, los misioneros eran dioses para mi, mis riquezas era un escudo, una espada y un mapa. Los santos serán extraños en un tiempo, ya viene siendo hora de que pelee por lo que es justo, no volveré porque alguien está en mi puesto, acabe con aquellos que creen que matar esta bien, atravesé a la caballería y batallé con los gigantes de acero, y finalmente me vi reflejado, yo ordenando y pidiendo pero nunca siendo ordenado, aquel infame rey era yo, así que esta noche aunque me costó la vida, se que el mundo estará en paz de nuevo, mi muerte es solo el inicio de una nueva época.

Silent wordsDonde viven las historias. Descúbrelo ahora