La noche no es sólo un invento, tomen asiento que la historia comienza; en un mundo donde la luz primaba por envían de todo, la vida no existía, los dioses rebosaban del poder que les fue concebido, paseaban por allí creyendo en su supremacía, un día se encontraron a algo más que a alguien, cuando atacaron solo pudieron huir de miedo, no era malo ni bueno, pero era rechazado, el era Dremer, el Dios de la oscuridad, ni tenía que pelar porque la ausencia de energía existe hasta el último momento y después de el. Los dioses se escondían de el, dejando sus creaciones de lado, hasta que Horena, la diosa de la luz más joven, decidió enfrentarlo. En medio de un vacío, rodeados por la creación de Dremer, lo agujeros negros, se pusieron frente a frente, Horena acompañada por el primordial, la luz que inicio el universo, una identidad omnipotente, se enfrentaron mutuamente, los asteroides que chocaban contra Dremer fueron repelidos por los agujeros negros, el primordial disparaba sus rayos de luz contra Dremer, el universo se empezó a achicar cada vez más, los dioses de la luz escaparon lejos de ahí, cuando Dremer, herido por las quemaduras y Horena, por los vacíos, se enfrentaron mutuamente, hasta que todo se consenso y se expandió, el universo de la luz y la ausencia de la misma había nacido, somos hijos de enemigos.
ESTÁS LEYENDO
Silent words
CasualeNo borres nada y no dejes de escribir. Si la historia te gusta vota, comenta y comparte. Gracias por su apoyo.