Capítulo 23

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DOS SEMANAS DESPUÉS.
[Sábado 10 de Julio de 2027]

-Alexander Bondoni.

Una vez la puerta de mi habitación es cerrada, puedo recargarme en ella para recuperar todo el aire que perdí al emprender mi huida de la cocina, antes de que mis padres se dieran cuenta de mi presencia.

Bien. Desde hace días había notado el raro comportamiento de mis padres, entendía perfectamente bien que algo había o estaba pasando con ellos dos, más sin embargo, no había podido descubrir que era lo que se traían entre manos.

No hasta ahora.

Ambos llevaban casi una semana actuando demasiado extraño, se dedicaban disimuladas miradas que me eran imposibles descifrar, cuando nos reuníamos podía percibir cierto nerviosismo provenir de ambos,  a veces me pedían los dejara hablar a solas y de un momento a otro parecían tener mucha confianza en el otro.

Está semana hubieron veces en las que, al llegar del colegio junto a Gianna, me encontraba a mi papá Emilio en casa platicando cómodamente con mi papá Joaquín; también en algunas ocasiones mi papá Emilio llegó a aparecerse en  empresa para reunirse con mi papá aún cuando no era un día en el que tuvieran acordada una cita para ver como iba el diseño de su traje, fueron más de seis veces y en cada una de ellas llegó con un enorme ramo de flores en sus manos, flores que al final del día terminaban en un hermoso florero con agua ubicado en el recibidor de mi casa.

El repentino cambio de actitudes que tuvieron ambos fue muy extraño, su repentino acercamiento y la excesiva confianza que de un día para otro mi papá Joaquín comenzó a tenerle a mi papá Emilio, también eran algunas situaciones extrañas que se dieron en estas dos semanas.

Por momento podía jurar que ambos se comportaban un poco cariñosos, llegando hasta el punto de que me hicieran creer que parecían novios.

Según la descripción que mi abuela Niurka me dió sobre su relación y las actitudes que ambos tenía al inicio de esta, puedo apostar que ahora se estaban comportando remotamente parecido a como lo hacían en esos tiempos. Mi abuela me había contado que al principio de su relación mi papá Emilio solía darle pequeños detalles a mi papá Joaquín, que siempre lo iba a visitar a su casa, cada que podía le decía cosas bonitas y siempre buscaba la más mínima oportunidad para estar pegado a él como pulga.

Eran muy cariñosos y parecían estar muy enamorados, aunque sólo al principio pues , según mi abuela, después de unos meses pudo notar que algunas cosas cambiaron y finalmente después de un año se enteró que habían terminado de una muy mala manera.

Regresando al tema principal, todo parecía ser de esa forma hoy en día, se portaban muy lindos con el otro y mi papá Emilio era muy detallista con mi papá Joaquín, era prácticamente igual, con la única diferencia de que ahora no se besaban ni abrazaban como en esos tiempos en los que eran novios.

O bueno, al menos yo creí que no lo hacían.

Edel: ¿Qué te pasó? -cuestiona levantándose de la cama para acercarse a mí con una expresión confundida en su rostro-

En estos momentos agradezco mucho el haberlo invitado a hacer una pijamada y a quedarse el fin de semana conmigo. Será una gran ayuda. Al principio de había negado a quedarse todo el fin de semana pues le daba vergüenza con mi papá, pero con un par de pucheros y algunos dulces pude convencerlo de pedirle permiso a sus padres, aunque al final tuve que hacerlo yo porque a él le dió pena.

Última OportunidadDonde viven las historias. Descúbrelo ahora