Diario Capítulo-5

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Con miles de personas que hay en el universo y justo se tenían que conocer ellos dos. Mi suerte estaba del revés últimamente y sería la leche si quedaran para tomar un café. No sabía si alguien me había echado una maldición, porque pasé de no conocerlos, hasta verles en la sopa.

–Hola Vega, sí, mucho tiempo. —respondió apretando mi mano con fuerza sin llegar hacerme daño.

–Vamos chicos sentaos un rato con nosotros. —nos invito dejándonos espacio entre ella y Jael— será interesante.

Mientras ellos hablaban, el orangután mal vestido no me quitaba la vista de encima y eso me hacía sentir incómoda.

–Tenemos cosas que hacer. —rechazo Steve sutilmente la invitación— otro día mejor.

Nos dimos la vuelta para marcharnos, pero me paré en seco cuando le escuché reír.

–Déjalos, no ves que tienen miedo. —soltó Jael de golpe.

Miré a Steve y el negó con la cabeza al adivinar mis intenciones. Él se equivocaba, no era miedo, era pavor lo que sentía, pero mi orgullo era demasiado grande para dejarle ganar tan fácilmente. Era consciente de que me estaba poniendo a prueba, para saber hasta dónde era capaz de llegar.

Cerré los ojos y le rogué que me siguiera la corriente. Él aceptó de mala gana y nos sentamos de manera que Steve quedó al lado de ella y yo al lado de él.

–Me dijeron que tuviste problemas en la discoteca. ¿Qué te pasó? —preguntó Vega directamente— Tienes que tener cuidado hay gente muy peligrosa por allí.

Me sorprendió porque en su voz no había ni un ápice de burla, si no todo lo contrario. Sonó como si de verdad le importará mi seguridad y eso me confundió bastante.

–Tuve que lidiar con un borracho asqueroso, eso es todo —respondí tajante.

El teléfono de Steven sonó interrumpiendo la conversación. Pude divisar el nombre de Tessa en la pantalla.
Habló unos segundos y al colgar me dijo que ya nos teníamos que marchar.

No me dirigió la palabra en todo el tiempo que estuvimos recogiendo y limpiando el comedor, ni en el trayecto hacia casa. No comprendía porque cambió de forma radical conmigo y tampoco quise preguntarle.

El domingo me quedé en la cama y sólo me levanté cuando mi madre vino a mi habitación. Charlamos un poco sobre cómo nos fue el día anterior y me comentó que tenía un caso muy importante, de un hombre que había asesinado a varias personas. Al parecer era un mafioso muy conocido y sin escrúpulos. La querían coaccionar, ya que ese día se celebraba el juicio, pero ella ya estaba acostumbrada a ese tipo de amenazas. Aún así, siempre se iba preocupada.

–Procura no salir hasta tarde. —avisó dándome un beso en la frente— Ya sabes que tengo que ser precavida cuando tengo un juicio.

–Vete tranquila, dudo mucho que hoy salga. —dije para que se calmara.

Siempre se comportaba así, cuando se trataba de alguien peligroso. La reputación de ella era brillante y por eso le tocaba los casos más difíciles.

Apenas salió por la puerta, bajé a la cocina para comer algo y así estirar un poco las piernas. Me encontré con Steve vestido con vaqueros ajustados y una sudadera con capucha. Miraba por la ventana pensativo, con una taza en la mano.

–Hola —saludé preparándome un sandwinch— ¿Dónde está Tessa?

–Se fue a ver a mi madre. —respondió cortante.

Le bloqueé la puerta con mi cuerpo al ver las intenciones que tenía. No le iba a dejar salir sin que me diera una explicación.

–¿Sé puede saber que demonios te pasa conmigo? —pregunté sin rodeos— Desde ayer me estás evitando.

Sus ojos mostraban una mezcla entre enfado y decepción.

–¿Por qué dejaste que te provocará para caer en su juego? —inquirió negando con la cabeza.

No entendía nada de lo que me estaba diciendo. ¿De qué juego me estaba hablando?

–¡Yo no estoy jugando a nada! —rebatí con los dientes apretados— No quise demostrarle que le tengo miedo.. Eso es todo.

Suspiro y asintió, como si entendiera todo. Miró mi cuello que aún tenía el corte y se pasó las manos por el pelo.

–Vega era mi novia. —soltó de golpe.

Se me quedó la cara en plan. "Si claro y los unicornios bailan flamenco" pero al ver lo serio que estaba, me di cuenta que no me estaba mintiendo.
¡SU NOVIA! ¡Era como si me acabarán de decir que pato Donald era novio de Bambi!

–Ahmm ¿y? —agregue queriendo saber más.

–Pues llego Jael y se enamoró de él. —añadió como si le doliera cada palabra que decía— Para él es todo un juego, espero que no caigas tu también. —advirtió haciéndome a un lado para irse.

En ese instante comprendí lo mal que se debió haber sentido al estar allí sentado junto a su ex. La culpa me atormentaba y quería arreglar un poco la metedura de pata. Pensé bien como hacerlo y se me ocurrió una idea. Lo busque por toda la casa, pero no le encontré, así que fui al único lugar que no había buscado. "Su habitación" (Entré como si no hubiese puerta a las que uno debe tocar si está cerrada) Mi boca se quedó en forma de "O" al verle tan solo con una toalla enrollada en las caderas. Sentí como mis mejillas se calentaban. Le di un repaso de arriba abajo sin dejar un solo detalle. ¡Agüita! ¡Yo me caso! Pensé al ver su cuerpo marcado y varios tatuajes en los brazos

–Cuando termines el repaso, ¿Me puedes decir que haces aquí? —inquirió con las cejas levantadas.

Sentí la garganta seca y no sabía si podría pronunciar palabra, sin que me saliera la voz como si hubiese estado aspirando helio. Carraspeé y tragué antes de abrir la boca.

–Venía a pedirte perdón. —respondí mirando hacía la ventana— y quería saber.. si tú, querrías venir al club, allí hay piscina.

–Me parece un buen plan y por lo otro no te preocupes. —contestó restándole importancia con una sonrisa- Nos vemos en veinte minutos en la cocina.

Me fui directa a mi habitación y abrí el cajón donde tenía los trajes de baño. Opté por uno de color negro con motitas blancas. Mientras me estaba cambiando tarareaba una canción que había escuchado en la radio, hasta que escuché un estruendo espantoso que provenía de mi ¿Habitación?  Asomé la cabeza con miedo por si había entrado alguien. Vi todo el suelo lleno de cristales y la ventana rota. De puntillas para no cortarme, me acerqué al ver algo abultado y me agaché. Al tenerlo en mis manos, pude distinguir que se trataba de un papel envuelto en una pierda. Al abrirlo me di cuenta que había algo escrito.

"Si a este juego no quieres jugar, muy mal lo vas a pasar"

Dedicado a;
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Juego Peligroso (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora