Llegó ese momento donde la cuerda de la paciencia y la tolerancia se había roto del todo. Ian tenía razón en decir que no se preocupaba por mí, sino por demostrar el poder que tenía sobre nosotros y eso fue el detonante para que yo tomara esa drástica decisión. Las manos me sudaban y las piernas me temblaban con cada paso que daba para salir de la cocina, porque no tenía intención de retractarme.
-¡Si sales por esa puerta, olvídate de que tienes familia! -gritó mi padre furioso, tras dar un golpe en la mesa que me sobresalto.
Me paré en seco y me giré para mirarlo directamente a los ojos. Me olvidé por completo que en esa mesa había más personas las cuales se mantenían entre incrédulas e inmóviles con mi reacción, pero estaba en ese punto donde todo me daba igual. Por unos instantes de lucidez mis ojos se desviaron hacia mi madre quien lloraba desconsoladamente.
-Lo siento mamá -fueron las únicas palabras que pronuncie antes de seguir yendo hacia las escaleras.
-Por favor, ves al examen y luego hablaremos con calma -agrego ella en un intento fallido para apaciguar el ambiente. Su voz se quebró en un acto desesperado al ver que no pensaba detenerme- cariño, hazlo por mí.
Cerré los ojos con fuerza para aguantar las ganas de llorar al escuchar sus súplicas. Ella estaba en medio de un fuego cruzado entre mi padre y yo. Era consciente de todo el dolor que le estábamos causando con nuestros problemas y por eso asentí para que supiera que iba a hacer el examen.
Quería cumplir su deseo, porque si algo tengo claro era que en esa casa no me sentía cómoda y la mejor manera de acabar con ese tormento, era independizarme. Me asustaba la idea de salir por esa puerta y enfrentarme al día a día sin las comodidades que estaba acostumbrada, pero la necesidad de tomar las riendas de mi vida era más fuerte que cualquier temor.
Con la mochila colgada en el hombro me subí a mi coche y conduje hasta la universidad. Por el camino aún escuchaba la voz angustiada de Nana "Niña por favor no lo hagas, es peligroso que estés sola"
Aparqué en uno de los pocos aparcamientos que quedaban libres y me quedé con las manos aferradas al volante, asimilando todo lo que había pasado.-¿Te vas a quedar ahí toda la mañana? -inquirió Vega burlona dando golpecitos en el cristal que me sacaron de mis pensamientos- si no te das prisa llegarás tarde.
Parpadee un par de veces antes de reaccionar y bajarme del coche. Caminamos hacia el edificio con las miradas curiosas de algunos alumnos que pasaban por allí. Al principio pensé que eran imaginaciones mías, pero al cruzar el pasillo para llegar a mi taquilla los cuchicheos cada vez eran más notorios, de manera que me llegué a sentir incomoda.
-¿Por qué nos miran? -le susurre mientras dejaba las cosas dentro- desde que hemos llegado somos el centro de atención.
-Bienvenida al mundo de los chismes sin fundamento -respondió levantando los hombros restándole importancia. Me miró y puso los ojos en blanco al ver mi confusión- algunos dicen que intentaste matar a tu hermano y no habías vuelto porque estabas encerrada.
Me lo decía con tanta tranquilidad que comprendí que ella estaba acostumbrada a ese tipo de comentarios malintencionados. En cambio, para mí, era duro escuchar esas cosas tan horribles, porque jamás me había visto envuelta en ningún escándalo y mucho menos en acusaciones tan descabelladas.
Me mordí el labio indignada y respiré profundamente antes girar la cabeza en dirección a esos alumnos que aún seguían mirándome con curiosidad.-¿Qué tanto me miráis? -vocifere con los puños apretados- Si queréis os doy una foto qué dura más
Cerré de un portazo la taquilla y me fui dando zancadas hacia la clase donde tenía que hacer el examen, escuchando las carcajadas de Vega detrás de mí.
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Juego Peligroso (Pausada)
Teen FictionSamy es una chica que siempre lo ha tenido todo. Sus padres deciden darle una pequeña lección para que aprenda a valorar lo que tiene. Un cambio radical en su vida que la hará entrar en un juego peligroso y nuevo para ella. ¿Será capaz de soportar...