Diario Capítulo-14

190 16 3
                                    

La mirada de mi padre era de confusión y tristeza. Sabía que le había dolido, al igual que a Tessa, enterarse de las amenazas de esta manera. De todo esto, lo único que tenía claro era que Steve me iba a tener que dar una muy buena explicación de el porqué había tenido que explicar lo ocurrido sin decirme nada. Me daba miedo que sufrieran por mi causa y lo que menos quería era ver la tristeza en la mirada de mi madre como la que tenía mi padre en ese momento. Opté por abrir la boca y negarlo todo, pero el timbre de la puerta me interrumpió antes de pronunciar palabra.
Apareció una mujer rubia de ojos azules muy bonita y por su expresión parecía muy enfadada. En ese instante
Aiden se disculpó y se levantó para ir a recibirla. Comenzando una discusión entre ellos.

–¡Te dije que me avisaras! ¡joder! —le reclamó la chica rubia.

–Cálmate, no te avisé porque aún no es seguro que sea él —le respondió con la mano en su brazo.

Me miró a mí y luego lo miró a él. De un manotazo le apartó la mano.

–Aún no me explico como te dieron la placa de policía, niñato. —bramó dirigiéndose a mí y sentándose donde estaba él antes.

No dijo nada, tan solo se cruzó de brazos y le hizo un gesto con la cabeza a Aiden para que hablara. Se sentó al lado de ella y carraspeó incómodo antes de seguir.

–Bueno, como te iba diciendo, necesito que me cuentes lo que te ha pasado. —prosiguió él adaptando su pose de policía.

–No ha pasado nada. —le respondí de manera cortante para terminar con el interrogatorio.

Me llamó la atención la forma como la chica puso los ojos en blanco y resopló con fastidio. Cuando se dio cuenta que la estaba observando, se levantó y se agachó a mi lado.

–Te lo voy a explicar de manera que lo entiendas. —me susurró para que solo yo pudiera escucharla —esta gente no se anda con tonterías, es decir que si no abres la boca, posiblemente tus padres y tu acabéis en una caja de pino ¿te queda claro ya o te hago un dibujito?

Al terminar la frase se sentó de nuevo y un escalofrío recorrió por todo mi cuerpo. Algo dentro de mí me decía que esa chica tenía razón. La rabia que expresaba no iba contra mí e intuía que sabía bien de lo que hablaba.

–He recibido tres notas con acertijos. —mi voz salía débil y temblorosa— aparte el otro día me dispararon desde un todoterreno negro.

Mi padre abrió la boca sorprendido, en cambio las miradas de complicidad entre esa pareja me hizo saber que sabían de quién se trataba. Me pidió que se las enseñara y me fui a buscarlas a mi habitación. Al regresar me quedé en el marco de la puerta escuchándoles.

–Ese hijo de puta va a ir a por ella. —escupió furiosa.

–Britt, la única solución hasta que lo detengamos es que tú hables con él. —propuso Aiden.

No quise seguir escuchando porque ya me estaba dando miedo toda esa situación. Entré intentando guardar la compostura y que no se dieran cuenta de que había oído su conversación. La sorpresa fue no ver a mi padre sentado en su sillón de siempre. Les entregué los papeles y al examinarlos detenidamente, ella se levantó y se fue sin decir nada. La chica llamada Britt parecía una bomba con piernas a punto de estallar.

–¿Sabéis quién es verdad? —me atreví a preguntar directamente.

Me aterraba su contestación, pero no podía seguir quedándome con la duda.

–Tenemos una ligera sospecha, pero no podemos hacer nada sin pruebas —me informó pensativo— hasta que pueda conseguirlas, tienes que evitar estar sola y si ves algo sospechoso me llamas ¿De acuerdo?

Juego Peligroso (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora