La angustia creció cuando ella pronunció esas palabras que la condenaban como en su momento condenaron a mi hermano. Me costó aguantar las lágrimas y no sacarla de allí a la fuerza para que no lo hiciera, pero me detuve cuando recordé lo peligroso que sería hacerlo. No podía dejar de imaginarla a ella en el mismo sitio en el que vi a Ian malherido y en venta como un trozo de carne. Negué con la cabeza para quitarme esas ideas y me convencí a mí misma que tenía que confiar en ella y que todo iba a salir bien.
El King Kong sin pelo asintió y volvió a chasquear los dedos. Unos segundos después, apareció una chica con una falda corta y un top diminuto que apenas le tapaba la dignidad. Por un momento nuestras miradas se cruzaron y no me podía creer verla allí, vestida de esa manera y con algunos moratones que se le notaban, a pesar de llevar kilos de maquillaje. Vega me dio una mirada como diciendo "Mantén la compostura" cuando se dio cuenta que se trataba, ni más ni menos, que de "Erica"
Cerré los ojos para tranquilizarme y cuando los abrí, ella estaba repartiendo las cartas, con las manos temblorosas.
Los otros dos jugadores que estaban en la partida anterior, se levantaron de la mesa y se sentaron en otros taburetes para presenciar la partida.Cuando estaban a punto de empezar, el camarero que nos había atendido en la barra de abajo, entró y le dijo algo al King Kong sin pelo que le hizo sonreír y mirar en mi dirección.
–Tengo un mensaje para ti ¿Samy? —dijo recalcando mi nombre con retintín. Se relamió los labios y dejó las cartas encima de la mesa. Se levantó para acercarse a mí, observándome fijamente— al parecer te has portado bien y te van a dar una pequeña recompensa —Su sonrisa maliciosa se ensanchó cuando vio mi cara de confusión— me han dicho que tienes una sorpresa en el callejón y que mañana recibirás nuevas instrucciones —Me dio nauseas al sentir su aliento nefasto cerca de mí cara y lo peor vino después, cuando levantó su mano y me acarició la mejilla con sus gruesos y largos dedos de una manera que me dio repulsión— pronto nos volveremos a ver preciosa.
Por instinto giré la cabeza bruscamente y su reacción fue reír a carcajadas, que resonaron por toda la habitación.
–La partida queda cancelada, así que ya podéis iros —anunció en voz alta dándose la vuelta y dirigiéndose a la puerta seguido de Erica.
Me levanté para ir al lugar donde él me había dicho, pero la mano de Vega me detuvo de la muñeca.
–Nunca debes demostrar que estás desesperada o se aprovecharán de eso como hicieron con Ian —me explicó adelantándose a mis movimientos de salir corriendo— vamos a salir de aquí de forma tranquila.
Asentí y haciendo caso a sus consejos, salimos del local lentamente, aunque por dentro los nervios me estaban carcomiendo.
–Todo esto me da muy mala espina —opinó ella cuando estábamos a punto de entrar en el callejón— nunca dejan ir a una persona tan fácilmente, como dijo Dylan.
Era evidente que le preocupaba, pero estaba demasiado ansiosa para pensar en eso en ese instante. No me importaba nada más que volver a ver a mi hermano. Caminamos hasta la parte más oscura mirando de un lado a otro buscándole.
–Samy —su voz era débil, pero para mí fue como escuchar una melodía celestial— no deberías de estar aquí.
Le había echado tanto de menos que no lo pensé dos veces y me arrodillé a su lado para abrazarle. Él me acarició la espalda con dificultad y susurró algo que no logré entender, pero preferí que guardara las fuerzas hasta que estuviese en condiciones.
De un momento a otro alguien me apartó de él con delicadeza y al percatarme que se trataba de Steve, respiré aliviada. Este último ayudó a mi hermano a levantarse y a mantenerse de pie durante unos segundos para estabilizarse un poco antes de comenzar a caminar. Estaba tan golpeado que le dolió hasta cuando le pasó el brazo por encima de sus hombros. Me puse al otro lado y entre los dos le llevamos hasta el coche. Vega no dudó en ponerse al volante y conducir a toda velocidad hasta el primer hospital que vimos.
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Juego Peligroso (Pausada)
Teen FictionSamy es una chica que siempre lo ha tenido todo. Sus padres deciden darle una pequeña lección para que aprenda a valorar lo que tiene. Un cambio radical en su vida que la hará entrar en un juego peligroso y nuevo para ella. ¿Será capaz de soportar...