El sonido de la alarma me despertó. Con torpeza tanteé con la mano por la mesita de noche hasta que logré apagarla. El dolor de cabeza era punzante y no lo soportaba. Tan solo quería taparme y seguir durmiendo, pero no tenía más opción que levantarme, ya que justo ese día tenía un examen de psicología y no podía faltar. Me fui al baño y al mirarme al espejo, daba más miedo que la chica de la película The ring por haber dormido sin desmaquillarme. Me di una ducha rápida y me vestí escuchando los golpes y gritos de mi hermano a través de la puerta para que me diera prisa. Al bajar a la cocina ya tenía el café con leche servido y me sorprendió ver una pastilla para el dolor de cabeza justo al lado.
Todavía sentía las tostadas con mantequilla bajando por la garganta cuando ya estábamos en el coche y de camino a la universidad. Esperé a que Ian me dijera algo, ya que me imaginaba que Steve le había contado lo de anoche después de ver la pastilla, sin embargo, no me dijo nada al respecto y eso me extrañó bastante.
Aparcamos un poco más lejos de lo habitual por llegar más tarde y caminamos juntos hasta la entrada. Se despidió de mí con un beso en la mejilla y quedamos en que me esperaría a la salida, porque en el almuerzo tenía que terminar un trabajo.
Al llegar a mi taquilla, saqué los libros y me senté en uno de los bancos situados en los pasillos. Necesitaba repasar un poco antes de entrar en clase.
-¿También te toca examen verdad? -comentó Vega rompiendo el hielo y sentándose a mi lado con los brazos extendidos por detrás del respaldo del banco.
Le enseñe el libro con los apuntes marcados en color amarillo fluorescente. Arrugó la nariz y tras reírse nos quedamos en silencio. Era incómodo el no saber de qué hablar y me dio la sensación de que a ella le pasaba lo mismo. La miré de perfil disimuladamente. Los rayos del sol entrando a través de la ventana resaltaba su fina y delicada piel debajo de la capa de maquillaje que llevaba. Empecé a ver varias similitudes que anteriormente se me habían pasado por alto. Su nariz perfilada era como la de mi padre, sin embargo el rasgo de ojos se parecían a los de mi hermano y por lo tanto a los míos.
-Oye Samy... ¿Te gustaría ir conmigo a una carrera esta noche? -su pregunta me dejó desconcertada varios segundos por estar tan concentrada buscando las similitudes que teníamos.
-Está bien, pero ¿te molestaría si viniera mi mejor amiga con nosotras?
En otra ocasión le hubiese dicho un no rotundo, pero veía como se esforzaba para acercarse a mí y no podía negarme. A parte también quería aprovechar para intentar averiguar quien era el jefe de Jael y para eso necesitaba la ayuda de Karen. Se quedó pensativa y cuando estuvo a punto de abrir la boca, el timbre anunciando el comienzo del infierno sonó. Me levanté con rapidez para irme, pero su mano agarrando mi brazo me detuvo.
-A las nueve de la noche en el parking -dicho eso, giró sobre sus talones y se alejó perdiéndose entre la multitud de estudiantes que corrían a sus respectivas clases.
Las horas transcurrieron lentamente hasta que llegó la última hora, donde me tocaba hacer el examen. Me resultó sencillo, porque en la otra universidad íbamos más avanzados en esa materia y por lo tanto lo terminé antes de lo previsto. Con una sonrisa de satisfacción me encaminé a la salida para esperar a Ian. Tras varios minutos esperando y al ver que el conserje ya había cerrado la puerta, me senté en un bordillo.
-¿Te llevo? -levanté la vista al oír una voz grave. Mi sorpresa fue ver a Dylan frente a mí con las manos en los bolsillos- me viene de paso.
Vestía con unos jeans azules rotos de las rodillas y una chaqueta negra. El pelo lo tenía castaño claro y peinado perfectamente hacia atrás. El color de sus ojos eran azules y a diferencia de los demás no tenía ningún tatuaje. Me inquietaba su interés porque me había dado a entender en más de una ocasión que yo no era de su agrado.
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Juego Peligroso (Pausada)
Teen FictionSamy es una chica que siempre lo ha tenido todo. Sus padres deciden darle una pequeña lección para que aprenda a valorar lo que tiene. Un cambio radical en su vida que la hará entrar en un juego peligroso y nuevo para ella. ¿Será capaz de soportar...