Diario capítulo- 47

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Tenía curiosidad de saber cómo sabía mi nombre, sin embargo, cuando estuve a punto de preguntarle, se despidió con un guiño y un "nos vemos" antes de desaparecer por la puerta con una toalla en los hombros.
A pesar de todo, sus palabras me reconfortaron y me dieron el pequeño empujón que necesitaba.
Decidida me puse la ropa que me habían dado y guardé la que llevaba anteriormente en una taquilla. Me recogí el pelo en una coleta alta, antes salir del vestuario.
Con los puños apretados y el cuerpo temblando como una gelatina, crucé el gimnasio hacía la sala donde estaban los ring. Al llegar estaban los mismos chicos de la última vez entrenando y otros más jóvenes, los cuales me miraron de reojo.
Subí las escaleras y cuando entré, no fue a Britt a la que vi, si no a la desconocida del vestuario.

–Al final te has decidido a venir —comentó sacándose los guantes y secándose el sudor con la respiración entrecortada —mi nombre es Aby y te ayudaré con el entrenamiento.

–Pensé que Britt se encargaría de eso —le respondí confundida.

Esperé a que me diera una explicación del por qué no había venido y averiguar hasta qué punto sabía sobre mí, ya que según Jhon nadie estaba al tanto de ese asunto.

–¡Joder! ¿Aún no habéis empezado? —interrumpió Britt incrédula y con las facciones endurecidas —no estamos aquí para tomar café, así que daros prisa.

La primera semana hicimos la misma rutina que consistía en correr alrededor del gimnasio con Aby. Tras eso seguíamos con los estiramientos, sentadillas, abdominales y por último flexiones.

–¡Levanta el codo! ¡no dobles la muñeca! ¡Separa las piernas para tener equilibrio! ¡Controla la respiración! —gritaba Britt sentada en una silla mientras yo golpeaba el saco por primera vez.

Entrenar con ella fue muy duro por su carácter fuerte, pero gracias a eso gané resistencia, velocidad y reflejos.
Durante un par de meses solo estuve concentrada en aprender y trabajar en una tienda de ropa a media jornada. Eso fue bueno para mantener la mente despejada y no pensar en Jael de quién no había vuelto a tener noticias.
El trabajo me lo ofreció Vega al saber de mi situación crítica. La tienda era de una amiga de ella y no me hizo falta ni currículum ni experiencia por el simple hecho que éramos hermanas. Con ella volví a tener contacto, después de que nuestro querido hermano la llamará preocupado por mi desaparición repentina.

En principio pensé que los entrenamientos serían aleatorios, pero me equivoqué. Casi todos los días me recogía Jhon en la parte de atrás del edificio. Teníamos que hacerlo de forma sigilosa para evitar que alguien nos siguiera, así que siempre conducía por caminos de tierra poco transitados.

Uno de los días que me vino a recoger me animé a preguntarle quién era Aby. Me sorprendió saber que era ni más ni menos que su hija.
Me explicó que ella quería seguir sus pasos y ser policía, después de que un hombre matara a su madre. Al llegar a la adolescencia llena de rabia comenzó a entrenar horas y horas, mientras sus amigos salían a bailar y tenían sus primeros romances.
También me dijo que no sabía nada de la operación que estaban llevando a cabo, para obtener pruebas porque intentaría inmiscuirse y eso la podría ponerla en riesgo debido a su carácter impulsivo.

–¿De qué conoces a Britt? —inquirí aprovechando el momento de sinceridad para sonsacarle información. Me miró de reojo y sonrió con amargura.

–Fue la primera víctima del hombre que mató a mi esposa —me confesó con un nudo en la garganta sin apartar la mirada de la carretera— y aunque está bajo tierra, tiene varios discípulos que le están siguiendo los pasos.

Mientras mi mente procesaba esa historia llena de dolor y resentimiento, comenzó a llover. No era una lluvia normal. Se desató una tormenta tan fuerte que no lográbamos ver la carretera y los relámpagos parecían como si varias cámaras nos tomaran fotos con el flash activado.
En cuestión de segundos los caminos se convirtieron en barro, por lo tanto, no tuvo más opción que volver a la carretera principal antes de quedarnos atrapados.

Juego Peligroso (Pausada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora