Emma Swan se encontraba aprensiva aquella mañana de diciembre. Faltando apenas diez días para Navidad, la joven apenas conseguía dormir de tanta preocupación y nervios por aún no saber muy bien qué hacer con el libro que ya estaba terminado. El último capítulo ya se lo había enviado a Mary Margaret, quien le escribió un texto-que bien podría haber sido un testamento-felicitando a Swan por la escritura y su impecable trama. La profesora se sentía orgullosa de ella, y aunque quería contarle lo de la editorial que estaba planteándose invertir en la obra, tenía que controlarse para poder darle esa gran sorpresa.
Los editores ya habían leído capítulo tras capítulo, sin embargo los estaban releyendo otra vez en su conjunto para poder analizar la historia con más claridad y tomar la gran decisión, de la que Mary no tenía dudas de que sería positiva.
Agarrando un ejemplar del libro en las manos-que Emma había mandado a imprimir y encuadernar en una imprenta-, Swan pasaba la punta de los dedos por la ondulación de las hojas, y sentía su corazón encogerse ante la posibilidad de que eso no saliera bien.
Ruby, su mejor amiga, ya tenía un ejemplar en casa, y estaba devorando el libro, y decía que le estaba encantando, cosa que dejaba a Emma más confiada. Su madre se negó a leerlo, dijo que aún no estaba preparada para tal acto, al contrario que Archie, que le suplicó a Ruby que lo leyera rápido, para que se lo prestara cuanto antes.
Emma se sentía feliz y realizada por haber alcanzado su primera meta. La primera de todas, la que con mucho empeño, vigor y fuerza de voluntad haría que todos sus grandes sueños se realizaran.
―¿Sabes? Esa relación de Petra con Colleen es definitivamente mi meta en la vida―Ruby apareció de la nada en el cuarto de Emma, juntándose a la amiga que estaba sentada en el poyete de la ventana del cuarto.
―¿La ficticia o la real?―le hizo espacio para que se sentara y preguntó cabizbaja, pero con una pequeña sonrisa en los labios
―¡Ah, para con eso! La real superará a la ficticia―dijo sacando el libro del bolso y dejándolo sobre el regazo de la rubia ―Lo he terminado. Es maravilloso, Emma. Nunca he sido fan de la lectura, pero la manera en que lo has escrito es tan...Perfecto. Nunca he leído algo tan bueno en mi vida.
―Gracias, Ruby―Sonrió sinceramente y agarró las manos de la amiga ―¿Sabes? Aún no le he contado a Regina que lo he acabado de escribir. Y ya hace cierto tiempo lo que lo acabé.
―¿Y por qué no se lo has contado?
―Porque estoy esperando a que todo salga bien. Desde el día en que acabé el último capítulo, he estado contactando con editoriales por email, pero no llega ninguna respuesta. Me estoy desanimando.
―¡No puedes desanimarte, Emma Swan! Mírame―Ruby levantó el mentón de la amiga, obligándola a mirarla a los ojos ―Nadie ha dicho que esto sea fácil. No puedes rendirte ahora. ¡Siempre has corrido detrás de lo que has deseado! ¿Por qué esto ahora?
―Inseguridad, creo. No sé si mi libro está a la altura de esos que vemos en las librerías―Emma suspiró, triste
―¡Venga, ya! ¿Estás de broma, Emma? Solo porque algunos trabajos tengan más reconocimiento que otros no significa que sean mejores. Escucha, tu libro no agradará a todos, pero es porque ese público no es el público diana al que va dirigido. Agradará a las personas que se identifiquen con él. Por ejemplo, este libro nunca le gustaría a mi madre, que solo lee sobre asesinatos, naufragios, muertes trágicas...―soltó una risita nerviosa―Así como los que ella lee no te gustarían a ti. Para todo hay un público, y el tuyo será el mejor. Confía en mí, ¿ok? ¡Deja ya esa inseguridad y que se te meta en la cabeza que eres sensacional!
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Exchange aunt
FanficTraducción del fic portugués del mismo título de moonparrilla. Emma Swan es una joven de veintiún años que está a punto de realizar su mayor sueño: ir a Londres a hacer un curso de iniciación a la literatura inglesa durante diez meses. La joven se...