Darién & Serena

Pastel

Era una mañana soleada, los pájaros cantando , los autos andando y las parejas tomadas de la mano.
"Feliz día de San Valentín"
Se decían entre si los amigos y enamorados.
Todas las mujeres estaban extasiadas con los detalles que sus novios tenían con ellas. Bueno, casi todas, una rubia en particular no estaba ni siquiera con su novio.

— Serena, hija hace un día precioso ¿Por qué no sales con tu novio? —
La señora Ikuko trataba de animarla, pues no había salido de su habitación en toda la mañana.

— No puede mamá, dijo que tenía guardia en el hospital —
Serena, aunque comprendía, estaba muy triste por la negativa de su novio para salir.
Ikuko salió sin decir nada, desanimada al no lograr que su hija saliera a divertirse.

— Vamos Serena, no puedes quedarte a dormí todo el día ¿Por qué no vas a ver a alguna de las chicas? —
Luna de igual manera trataba de hacer levantar a Serena de su cama.

— Tienes razón Luna, llamaré a Rei —
"Lo siento Sere pero Nicolas me ha invitado a salir, mejor dile a Lita"

Con eso terminó su llamada y el cerebro de la rubia se iluminó por una brillante idea. Llamó a Lita y le pidió que llegara cuánto antes a su casa.

Apenas Lita puso un pie dentro de la casa de Serena, fue jalada por ésta hacia la cocina.

— Que bueno que llegas Lita, quiero que me ayudes a preparar algo especial para Darién —
La castaña estaba confundida cuando Serena la llamo diciendo que era urgente su presencia. Ahora entendía su "emergencia".

— ¿No vas a salir con él? —
La pregunta entristeció un poco a Serena pero rápido recuperó su sonrisa.

— No, me dijo que tenía guardia en el hospital. Asi que decidí sorprenderlo con un pastel —
El entusiasmo que reflejaba Serena era tanto que Lita no pudo negarse ante la petición de su amiga.

— Muy bien, haremos el mejor pastel de chocolate en la historia —

— Espera Lita —

— ¿Que pasa? ¿Acaso lo prefieres de fresa? —
Lita estaba extrañada por la interrupción de la rubia.

— No es eso, es que quisiera hacerlo yo misma. Pero con tu supervisión —
Aquella confesión  dejó enternecida a Lita, nunca había visto tal compromiso en alguien.

Comenzaron con la preparación del pastel, Lita ayudaba en lo que podía a Serena. El primer intento resultó fallido puesto que Serena había olvidado poner levadura  en la mezcla.
El segundo estaba crudo, el tercero se había quemado. Sin embargo Serena no se rendía, le entregaría un rico pastel a Darién si o si.

El quinto pastel estaba listo, Lita tenía miedo de probarlo ya bastante había tendido con los cuatro anteriores.
Con cuidado introdujo un pedazo a su boca y grande fué su sorpresa al degustar la exquisitez del pastel.
— ¿Y? Dime Lita —
Serena esperaba ansiosa la crítica de su amiga. Esta ocasión le había puesto todo el amor que sentía por Darién.

— Serena... Ésto es... ¡Lo mejor que he probado en mi vida! ¡Lo has logrado amiga! —
Ambas se abrazaron y decoraron el pastel con glaseado rosa y Serena colocó una nota encima del pastel.
Limpiaron todo y Serena fue a cambiarse de ropa.

— Muy bien, Lita ya me tengo que ir–

— Suerte amiga, cuéntame todo lo que pasó —

Se despidieron y Serena caminaba por las calles con una gran sonrisa en el rostro.
Hasta que chocó con alguien y por poco tira el pastel.

— ¡Oye fíjate por dónde vas! — le gritó la rubia un poco enojada.

— Perdona, no vi por dónde... ¿Serena? —