Sueños robados

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Adoraba soñar con su querido Darién, acompañándola en citas encantadoras y perfectas. Dónde todo era hermoso.
Las velas iluminando la mesa donde reposaban sus ricos platillos y el exquisito vino blanco en finas copas de cristal. La música como fondo, ella enfundada en un vestido hermoso y su novio con un traje blanco que solo realzaba su belleza natural.
Si, todo era tan perfecto en sus sueños, hasta que no supo en que momento o como pasó en que todo parecía resquebrajarse a su alrededor, como el vidrio de una ventana. Hasta ver todo obscuro. Estaba sola en aquella oscuridad. No escuchaba nada, no sentía nada solo veía una cosa. . . Oscuridad.

"Dónde estoy" "¡Darién!" "¡Darién! ¿Dónde estás?"

- no. . . ¡No! . . . ¡Darién! - despertó en medio de la madrugada, asustando a Luna en el proceso y haciendo que la gata se preocupara por el semblante aterrado que mostraba la rubia. Serena ni siquiera respondió los cuestionamientos de su consejera, solo se concentraba en lo extraño que fue para ella tener esos sueños, si es que se le podía llamar así. Después de unos minutos tranquilizándose decidió que no era algo por lo que debía alarmarse, de cualquier forma tenía escuela y no quería otra sanción por parte del profesor por su retraso.

A la mañana, hizo uso de toda su fuerza de voluntad para salir de la cama y arreglarse para la escuela. Con pereza se levantó, lavó sus dientes y se colocó su uniforme. Pero al momento de peinar su cabello sintió, o más bien dejo de sentir, que lo deseaba arreglado. - ¡Serena vas a llegar tarde! - Luna la devolvió al mundo real, el cuál no se dio cuenta que había dejado por algunos momentos, tomó su mochila bajando apresuradamente las escaleras, tropezando al final con su cabello y con el dolor en su trasero que ya le era familiar.

- Hola Serena - saludaba Mina cuando las dos se encontraban corriendo en dirección a la escuela, pero solo recibió un leve asentimiento de su cómplice en lo exámenes, no le pareció extraño pues las dos iban con los minutos contados para no quedarse tiempo extra en la sala de tortura, es decir, salón de clases.

-Profesor nos. . . permite pasar - Pedía Serena con la voz agitada, dejándose en evidencia frente a sus amigas que las miraban con una sonrisa divertida desde sus lugares.

- Llegan tarde, y según el reglamento deben ser sancionadas. . .-

- Pero profesor, aún están dentro del rango de tolerancia - defendió Amy para no perder más tiempo en la clase, además, ya se las cobraría con los estudios para el examen de álgebra. El profesor las dejó pasar de mala gana no sin advertir que sería la última vez que hicieran aquello. Ambas rubias se sentaron en sus respectivos lugares mirando con agradecimiento a su amiga peliazul. Amy les sonrió y volvió a enfocar la mirada en la explicación que habían interrumpido sus queridas amigas.

Cuando el primer receso llegó, las chicas estaban sentadas comiendo su almuerzo y hablando de notas y trivialidades. - Agh, tonto cabello - se quejó Serena cuando estaba degustando un rico rollo de atún y por accidente un cabello se coló en su bocado.

-Es cierto Serena, ¿Por qué tienes el cabello así? - Preguntó Lita algo curiosa por el nuevo peinado en su amiga, o mejor dicho, la falta de este.

- Seguro que se le hizo tarde y olvidó peinarlo - junto a Mina se unieron pequeñas risillas burlescas, incluso Serena reía un poco pero se calmó para revelar algo que dejaría pensativas a sus amigas. - No fue eso, sólo no. . .¿Cómo decirlo?. . . Creo que no me importó si mi cabello estaba recogido o no- Lo dijo con una tranquilidad que las chicas cruzaron miradas confusas entre sí por la respuesta de su amiga, no les molestaba eso pero el peinado de bombones era tan característico de ella que no acostumbraban verla de otra forma. Decidieron en silencio, cada una, que lo dejarían pasar. Seguro eran imaginaciones suyas.

Darién & SerenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora