El amor perfecto

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Cierta monarca peliplata de ojos celeste, se erguía elegante sobre su asiento degustando el delicado té de hierbas que sailor Jupiter había preparado especialmente para la ocasión.
La guerrera del trueno y la centella había tenido la amabilidad de arreglar los jardines del palacio, manteniendo vivos a los rosales favoritos de la familia real.

Una vez a la semana, por lo menos, la Neo Reina Serenity hacía espacio en su agenda para tomar el té con la luz de la alegría en el palacio de Crystal, su primogénita, la princesa Lady Serenity; o como su versión pasada le gusta llamarla: Chibiusa.

Aunque ahora de chibi, no tenía nada, la pequeña Dama había florecido y se había convertido en una señorita hermosa llena de virtudes y gracia. Cómo era de esperarse, el cortejo no se había hecho esperar a pesar de los "discretos" celos del Rey Endymion que hacían lo posible para rechazar las ofertas y regalos de jóvenes en todo el reino.

Pero, ella sabía que a su hija solo le importaba un chico en todo el planeta; Helios, quién al parecer correspondía sus sentimientos. Le daba gusto que la pequeña Dama conociera el hermoso sentimiento del amor.

O casi hermoso.

-¡Es un tonto!, ¡No quiero volver a ver tu tonta cara de nuevo! -La reina dejó su taza sobre la mesa con clara sorpresa, toda la sofisticación que había construido por años se fue por la borda, y eso era bastante complicado de lograr en Serenity.

-Serenity, ¿Cómo fue tu encuentro con Helios? -preguntó amable mientras observaba a su hija sentarse con la misma molestia con la que tomaba la taza de té que le ofreció.

-No fue tan perfecto como creí, se la pasó en silencio la mayor parte del tiempo y cuando hablaba solo eran frases cortas y frías, ¡Es un, un...no lo sé!.

-¿Un antipático? -completó la peliplata con una sonrisa divertida provocada por la nostalgia que la situación ameritaba.

-¡Sí, justo eso! ¿Por qué no pudo ser perfecto como lo es mi padre contigo? -se quejaba angustiada, sorbiendo ruidosamente su te como una infante.

-¿Perfecto?, ¿Qué quieres decir? -bebió de su taza con mayor delicadeza que la de la menor.

-Papá siempre es elocuente contigo, te sonríe, te obsequia flores y joyas sin razón aparente y te expresa su amor todo el tiempo.

La pequeña Dama miró desconcertada como la siempre recta Neo Reina Serenity, estallaba en risas infantiles, burlescas, ante sus palabras. Lejos de enfadarla, le causó una tremenda curiosidad, a lo que su madre tendría que decir.

-Si, tu padre es así pero también tiene curvas que hay que tomar con cuidado y paciencia -pronunció calmando sus risas, ganándose un semblante confundido por parte de su hija.

-¿Curvas?, ¿De qué hablas madre?

-No estoy segura, es una metáfora de Sailor Uranus -se encogió de hombros sin tomarle importancia y Serenity no pudo evitar comparar el comportamiento de la reina con el de su enérgica versión del siglo XX. -Mi punto es, Endymion no es el romántico que ves todo el tiempo.

-Eso es imposible madre, incluso Darien es el novio perfecto en el pasado -la pelirrosa arrugaba el ceño con la confianza ciega de que su padre era la pareja perfecta y por ello de niña envidiaba a su madre.

-Oh, mi pequeña Dama, no debes dar por sentadas las cosas. Es Darien especialmente a quien me refiero. -Sonrió con los labios cuando la sorpresa adornó los ojos rubí de la princesa, tomó el sorbo final de su té y continuó hablando. -Creo que es oportuno contarte el cómo conocí a tu padre.

»Si lo recuerdo bien, fue al inicio de mi segundo año en la secundaria. Tenía una amiga que decidió llevarme a la joyería de su madre para levantarme el ánimo pues había reprobado un examen importante.
Recuerdo haber arrugado el examen y sin importar nada lo lancé hacía atrás deseando que se lo llevara el viento pero escuché a mis espaldas como alguien se burlaba de mí puntuación, me avergonzó el hecho de que alguien más que el profesor supiera mi terrible nota así que solo me disculpé por golpearlo con el papel.

¿Sabes que me dijo en respuesta? Me llamó descuidada y una cabeza de chorlito. En ese momento no me importó lo apuesto que, según mi amiga, lucía aquel día, para mí era y fué, un arrogante fastidioso de primera. Sin embargo ese fue el primero de muchos encuentros desastrosos que tuve con él.

Recuerdo la vez en la que estaba emocionada por una carta de amor que me habían dado, pero él no perdió tiempo para recalcar que el único interesado en mi sería algún prófugo de un manicomio.

Y esta la ocasión que incluso se llegó a burlar de la apariencia de Sailor Jupiter en su forma civil, se refirió a ella como "Popotitos".

-¿Lita? Pero si ella es adorable -interrumpió molesta Serenity al escuchar el comportamiento helado que la versión joven del Rey mantenía con su madre y sus amistades. No podía creer que se llevarán tan bien ahora.

-Lo sé, eso es lo que yo le dije, pero pareció no importar, uggh, ¿Quieres más té? A mí ya no me sabe tan bien. -Por más que sus acciones denotaban incomodidad ligera, la princesa del reino pudo notar perfectamente la emoción del enojo fluir en su madre como un manantial. Si el Rey apreciaba su seguridad era mejor no cruzarse por los jardines.
El relato de la Reina siguió con normalidad pero la pelirrosa entre más escuchaba, más se preguntaba, ¿Cómo es que su madre pudo llegar al hermoso matrimonio que tenía ahora?, ¿Había usado el cristal de plata para cambiarlo? No veía otro camino.

No resistió y le expresó sus dudas a la peliplata que solo sonrió con dulzura, y para la pequeña Dama fue obvio el cariño brillar en los ojos celestes de su madre.

-No usé el cristal, eso lo puedo asegurar, es solo que cuando abrió su corazón conmigo, el muchacho antipático se desvaneció dejando ver a un niño confundido y deseoso de respuestas sobre su pasado que no sabía cómo expresarse. ¿Cómo no caer ante tal muestra de inocencia?.
Quizás Helios tenga un problema similar, pero solo lo sabrás hasta que se lo preguntes.

Ante las palabras de la monarca, la princesa se quedó reflexionando los eventos pasados.

-Lamento lo que dije. -murmuró ella, recordando cómo se marchó molesta de regreso al palacio dejando al sacerdote con la palabra en la boca.

-¿No es mejor si se lo dices a Helios?

-Sí, tienes razón madre, ¡Gracias por el té! -se levantó sonriente y determinada. Maquinando como acercarse de nuevo a su querido pegaso.

La Reina le observó ir con paso apresurado a la salida del castillo, sus preocupaciones disminuían al saber que las sailor guardianas de la princesa eran una sombra que siempre la acompañaban.

Aquello no hacía más que hacerla sentir un dejavu de todo lo que tuvo que vivir para proteger el amor que construyó con Endymion.
Un hermoso y perfecto amor que ahora florecía como los rosales del jardín a pesar de los obstáculos que se le habían presentado.















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Holaaaaa soy yo de nuevo :b

Muchas gracias a todos y todas por su apoyo, en serio me están animando mucho para sacar una historia completa.

Solo es una idea, estamos consiguiendo ingredientes mientras.

¿Que les pareció el OS?

Para mí está bonis.

Las leo después , bai bai.

Voten y comenten uwu

Tomen awuita

Los tqm.

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