Higanbana (epílogo)

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Nota al principio.
Preparen uno que otro pañuelito.
























..

Un molesto ruido comenzaba a despertarla del hermoso sueño que estaba teniendo; soñaba que era una princesa con un hermoso vestido blanco con perlas y bailaba con los príncipes más guapos de la región. Uno de aquellos príncipes era especial para ella, así lo sentía en el sueño.

Pip-pip

Ahí estaba otra vez ese molesto ruido que la había sacado de su lindo sueño.
Tal vez era la alarma de la mañana, aunque su alarma sonaba más bien como una campana furiosa que intentaba levantarla, está alarma era más pacífica.

Pip-pip

Abrió los ojos con dificultad, tenía que levantarse y apagar ese ruido molesto, después bajaría a desayunar con Sammy, papá Kenji y mamá Ikuko para irse a la escuela.

Lo primero que vió fue el techo de la habitación, tan blanco e inmaculado que lastimaba un poco su vista. Eso era extraño para ella, su habitación era toda color rosa con estampillas que compraba al salir de la escuela; definitivamente esa no era su habitación.

¿Dónde estaba?

—¡Despertó! ¡Kenji, Serena despertó! —gritó Ikuko con evidente emoción, no entendía la razón por la que su madre estaría tan feliz de su despertar, casi siempre es una cara enojada por su pereza la que se encuentra en las mañanas.

La mujer de cabellos lavanda, se acercó a la rubia acariciando su cabello y rostro con ambas manos, así de cerca, Serena podía notar las lágrimas acumuladas en los ojos cansados de su madre.
¿Por qué estaba tan cansada?, ¿Fue con su padre a alguna de sus elegantes fiestas?

—Hija mía, ¿Cómo te sientes?. —No entendió la pregunta, ¿Se enfermó?

—¿Qué sucedió mamá?

Ikuko de inmediato hizo una mueca triste en cuanto la escuchó, quitó sus manos de su cabello y las puso sobre su su brazo. Ahora que obervaba, tenía una de esos tubos delgados en su brazo que le vió usar a algunos enfermos cuando visitó a su madre en el nacimiento de Sammy.

—Tuviste una pelea, te desmayaste y te trajeron al hospital, los doctores dicen que te faltan cosas en la sangre pero Darien cree que-

—¿Darien?, ¿Quién es Darien? —interrumpió a Ikuko, ese nombre no le sonaba para nada, pero sentía que era importante saber de él.

La mirada confusa de su madre confirmó lo anterior, ¿Tenía que conocer al hombre que ella mencionó?
Tal vez era un doctor amigo de sus padres que conocieron en sus fiestas, quizás era eso. Entonces no importaba mucho como ella creía.

La puerta se abrió de golpe y por ella entraron dos personas, una de ellas la conocía perfectamente.

—¡Papá! —alzó los brazos pidiendo un abrazo sin saber con certeza que la había llevado a hacer aquello, sentía que tenía una relación aún más cercana con su padre.
Kenji se acercó gustoso a abrazar a su pequeña hija, desde que recibió la llamada de su esposa había corrido por los pasillos como loco para ver a su bebé despierta después de dos días.

Serena se sentía feliz, tenía a sus padres con ella y a pesar de no recordar lo que la trajo al hospital sentía que no le faltaba nada más.

—Despertaste Sere. —La rubia miró a la otra persona que había entrado con su papá; era moreno, delgado, alto, cabello negro, bien parecido y tenía unos bonitos ojos azules. Era muy guapo, traía puesta una bata blanca encima así que asumió que era el doctor que la atendía.

Darién & SerenaDonde viven las historias. Descúbrelo ahora