Capítulo 5 -parte 2

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«El encuentro de dos personalidades es como el contacto de dos sustancias químicas: si hay cualquier reacción , ambas se transformarán»

(.....)

Cierro los ojos dejando que la música se mezcle en mi organismo. Mis caderas se mueven al compás de la canción que retumba por las paredes. Los cuerpos sudorosos de los demás se chocan contra mí pero yo no les doy importancia, llevo la boquilla de la segunda -y posiblemente última- cerveza de esta noche a mis labios y me la bebo de golpe.

Sigo moviéndome hasta que un torso duro se pega contra mi espalda, siento un escalofrío cuando unas manos grandes acarician mis caderas y se sitúan ahí firmes. No me aparto, sino que me pego más a quien sea que es. Sigo bailando, ahora arrumándome al chico, me muevo de arriba a abajo restregando mi culo a su pelvis. Siento su respiración en mi nuca, a la vez que continúa moviéndose con las manos en mis caderas, ahora tratando de guiarme en el baile contra su polla dura y firme.

Abro los ojos cuando sus manos suben por mi vientre hasta detenerse bajo mis costillas, acaricia con sus dedos el contorno de mis senos antes de girarme a mirarlo.

Lo miro a los ojos, tiene unos ojos preciosos. Sin dejar de escrutarnos con la mirada seguimos bailando pegados el uno al otro, ajenos al resto de los presentes.

Me mira fijamente, observa mis ojos, mis labios, baja hasta mis senos que sobresalen por el vestido y se relame los labios. Vuelve a mirarme a los ojos y los veo más dilatados. Sonríe de manera arrogante, ante lo que alzo una ceja divertida. No lo había visto antes por aquí, por que estoy segura que si lo hubiese visto no me olvidaría de un tío como él.

—¿Quieres algo de beber, muñeca?— acerca sus labios a mi oido, ante lo que ruedo los ojos sin que pueda verme.

—Quiero besarte.— le digo ahora yo acercándome al suyo, entrelazo mis brazos detrás de su cuello para pegarnos más y dejo mis senos pegados a su pecho.— O podemos ir directamente a tu habitación, muñeco.

Muerdo el lóbulo de su oreja antes de separarme para ver su rostro. Bajo la vista a sus labios y relamo los míos.

Solo eso fue necesario para sentir sus labios contra los míos en un beso apasionado, cierro los ojos para disfrutar de sus labios. Suaves, aunque exigentes. Se mueven sobre los míos como si fuese lo único que necesitase, muerde mis labios suavemente para que los abra y le dejo, luego de soltar un jadeo.

Su lengua juguetea con la mía a medida que el beso sube de intensidad y sus manos se mueven por mi espalda enviando corrientes de placer que se concentran en mi coño. Siento su erección contra mi vientre, lo que solo logra ponerme más cachonda de lo que ya estoy. Gruñe sobre mis labios cuando mi lengua acaricia la suya, una de sus manos sube a mi cabeza para profundizar aún más el beso mientras que la otra baja directamente a mi trasero para acercarme más a su polla.

Vale, que me han besado mucho a lo largo de mi vida. He besado muchas bocas, he dado muchos besos, algunos han sido mejores que buenos, otros no lo han sido tanto. Me he liado con muchas personas; todos ellos tenían diferentes formas de besar. Lento, suave, exigente, salvaje, aburrido. Pero nunca me había tocado un tio que me calentara sólo por tener su lengua en mi boca.

Antes de separarnos chupo su labio inferior, tiro de él un poco y abro los ojos. Nos quedamos mirando mientras jadeamos.

—Vamos a beber algo— murmura el chico, antes de coger mi mano y arrastrarme por la pista hasta la barra.

Alzo una ceja mirando su espalda, luego ruedo los ojos.

St. Paul's School (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora