Capítulo 16

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Para tratar de despejar la mente voy a la improvisada pista de baile esbozando una sonrisa cuando veo a Pierre bailar junto a sus amigos.

—¡Pierre!— llamo su atención.

Me sonríe en grande sin dejar de bailar, me parece divertido verlo pasándola bien así que bailo con él.

Muevo mi cabeza de un lado a otro y subo los brazos al aire, bailamos por algunos minutos hasta que al girar la cabeza veo algo que no me gusta nada.

Cerca de las escaleras, a unos cuantos metros desde donde estoy, se encuentra la princesita riendo y hablando con un chico que no conozco, el chico se acerca a su oído y parece decirle algo divertido por lo que ella ríe.

Me da igual que esté claramente siguiéndole la corriente, que la vida es de ella y puede hacer lo que le salga de los ovarios.

Lo que me molesta y me pone los pelos de punta es cuando la princesita se distrae al pasar alguien, lo que el tío ese aprovecha para echar algo en la bebida que ella lleva en una mano.

Tenso la mandíbula porque sé que no se ha dado cuenta de nada, y sigue riendo y tonteando con el idiota que la mira ansioso.

No me despido de Pierre, simplemente camino de prisa hasta donde están sin que me vean. Cuando estoy lo suficientemente cerca logro ver que la princesita lleva el vaso a sus labios por lo que finjo que tropiezo haciendo que el líquido se desparrame, incluso un poco cae en su vestido.

—¿¡Pero qué mierda!?— chilla mirando su vestido asqueada.

Compongo una sonrisa burlona cuando me mira a mí, molesta.

—Oh, lo siento tanto. Estúpidos tacones.

La princesita gruñe tratando de limpiar su vestido con una servilleta que le entrega el tipo.

Centro mi mirada en él y le dedico una sonrisa coqueta.

—¿Por qué no vas a limpiar eso al baño? Yo me quedo con tu amigo, tranquila.

Ivy me mira con rencor al ver que el tipo ese deja de prestarle atención para centrarse en mí, que me acerco a su lado notando su mirada en mis pechos.

No pierdo la sonrisa coqueta ni siquiera cuando la princesita se marcha insultándome.

—Quiero ir a tomar aire, acompáñame...

Tomo su mano sin importar lo que diga y lo arrastro hacia la salida de la mansión.

Él, creyendo tal vez que es su noche de suerte y que hoy le toca acción, me sigue sin rechistar e incluso se apega a mi espalda.

Asqueroso.

Al estar fuera no me detengo sino hasta estar lo suficientemente lejos. Pego al idiota a la pared obviando la sonrisa lujuriosa que tiene pegada a los labios, sonrisa que se borra cuando llevo mi antebrazo a su cuello y aprieto con fuerza.

—¿Pero qué...

—¿Crees que está bien drogar a una chica, imbécil?— gruño acercando mi rostro al suyo.

Trata de apartarme de él pero en un rápido movimiento saco a mi bebé, la que me acompaña siempre que salgo.

Llevo mi cuchilla favorita a su cuello notando como el color parece abandonar su rostro al sentir el filo de esta. Aprieto un poco en su cuello, notando el sudor que baja por su frente y el temblor en su cuerpo.

—Te diré lo que harás: me entregarás el resto de la droga, te marcharás de este maldito lugar y no volverás a hacercarte a la chica en tu perra vida. ¿Queda claro?

St. Paul's School (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora