Capítulo 29

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Reviso una y otra vez el papel que está entre mis manos. Busco algún detalle que se me escape, algún error, y me alivio al no encontrarlo.

Recojo mis cosas, tomo el papel y me levanto para entregar el exámen de trigonometría con una sonrisa confiada. El profesor hace una seña hacia la puerta en silencio, así que salgo.

Como aún queda una hora para ir a almorzar, y todos están en sus salones, decido ir a buscar un traje de baño e ir a la piscina techada.

Guardo mis cosas en el casillero, voy a mi habitación y me pongo un traje de baño amarillo bastante simple bajo el uniforme. Tomo una toalla y bajo a la piscina, la que se encuentra desierta, menos mal.

Me quito la ropa rápidamente y la dejo en un rincón para no mojarla, hago una coleta en mi cabello y me lanzo en el agua.

Nado unos minutos tratando de agotar mis extremidades. Doy fuertes brazadas y salgo de vez en cuando a tomar aire, pero tengo la mente siempre concentrada en el ejercicio físico.

O eso trato.

Porque aunque trate no puedo dejar de pensar en lo que pasó el viernes, madrugada del sábado, luego de la junta en casa de Lara.

—¿Estás bien?

Cierro los ojos y niego, dejando que un sollozo escape de mis labios.

Liam no pregunta nada más, simplemente envuelve sus brazos a mi alrededor y me pega aún más a su cuerpo. Me acurruco en su pecho sintiendo poco a poco la tranquilidad que me brinda, además de seguridad y protección.

—¿Mejor?— murmura cuando me nota más calmada. Deja leves caricias en mi espalda para relajarme.— Sé que es difícil, Hela, pero es momento de que lo aceptes.

Aunque su voz sale con suavidad y dulzura no puedo evitar tensarme y tratar de apartarme de él. No me lo permite, me sujeta con aún más fuerza.

—Hela...

—No quiero. No lo haré, Liam.— murmuro comenzando a enfadarme.

—No puedes seguir así. Mira cómo te pones solo de nombrarlo o pensar en él, debes tratar de aceptar que no está. Terminarás destruyéndote si sigues permitiendo que esta mierda te supere.

Cierro los ojos con fuerza porque sé que lleva razón. Pero es que no puedo evitarlo, pensar en él me pone mal. Recordarlo.

—¿Y crees que yo quiero que esto pase?— aparto la cabeza solo para mirarlo a los ojos con dolor.— ¿Crees que me gusta no poder recordar lo bueno que era mi padre sin que duela? Odio esta mierda tanto como tú, Liam, odio empañar su recuerdo de esta manera. Pero diablos... no puedo. No puedo evitar amargarme al recordar, y me odio por eso. Papá era el mejor hombre que conocí, y me decepciono de mí misma al no poder recordarlo por eso, dejando que el dolor me gane.

La cosa es esa. No puedo pensar en papá sin llenarme de amargura. No puedo recordar su risa sin imaginar su rostro pálido y desfigurado. No puedo recordar su risa sin pensar en el silencio mortal en que me lo entregaron. Y me duele. Por eso trato de no pensar en él, por eso evito hablar de él en general.

Y me odio a mí misma por eso.

Liam me mira con tristeza. Eso me jode aún más.

—No quiero tu maldita lástima.— gruño apartándome y lo miro molesta.— No la necesito.

Liam suspira.— Lo sé. Tranquila, ven aquí. Eso, respira. Cuenta hasta a diez. 1... 2... 3... así, tranquila. Estoy aquí. Siempre estaré aquí.

St. Paul's School (Terminada)Donde viven las historias. Descúbrelo ahora