Toco el timbre nuevamente cuando tardan en salir.
Cruzo los brazos sobre mi pecho y apoyo mi peso en mi pierna derecha, esperando.
Cuando pasan dos minutos y nadie sale comienzo a desesperarme, así que abro whatsapp y envío un audio a Pierre:
Sonrojos, cariño mío, llevo esperando quince minutos que levantes ese culo y vengas a abrirme la puerta.
Pulso para enviar en el momento que la puerta se abre.
El suspiro de alivio muere en mi garganta al ver quién me abre.
—Buenas... busco a Pierre.— me remuevo en mi lugar, incómoda.
Él se queda igual de sorprendido que yo al verme ahí. Aprieta el agarre de la toalla en su cintura y se sacude el cabello, logrando que pequeñas partículas de agua mojen mi rostro.
—Ah, eh... pasa, Pierre baja de inmediato.
Asiento, se hace a un lado y yo entro en lo que parece ser el vestíbulo del lugar.
Los dos nos quedamos en silencio. Yo mirando a mi alrededor incómoda por su mirada puesta en mí, y por las gotas de agua que caen de su cabello a su cuerpo tapado solo con una toalla.
—Si hubiese sabido que tú eras a quien esperaba habría bajado antes, lo siento.— el timbre ronco de su voz hace que me fije en él.
Le sonrío quitándole importancia.
—No pasa nada. ¿Pierre va a tardar mucho?
Miro hacia las escaleras curiosa, y me siento sobre el sillón negro de la sala cuando me hace una seña para que lo haga.
—Debe estar por bajar. Ese idiota no había bebido en su vida, mucho menos había tenido su primera resaca.— bufa rodando los ojos. Suelto una leve risita al oír que Pierre bebió anoche, no creí que llegara tan lejos.— Como sea, ni siquiera tenía por qué estar ahí ayer, Pierre no pinta nada en ese tipo de lugares.
Alzo una ceja.
—¿Por qué no? Cualquier persona que quiera pasarla bien puede ir a una fiesta, no hay un estereotipo de gente apta o no para ir.— me encojo de hombros.— Y fue porque yo lo invité, cosa que me alegra porque por lo que ví la pasó genial.
Se queda callado al notar la nota de emoción en mi voz. Pierre aprovecha ese momento para bajar las escaleras y me es imposible no hacer una mueca al verle pálido y desganado.
—Ya estás aquí.— su voz difónica hace que me sienta mal, al igual que su estado deteriorado.— Esperaremos a Thea y nos pondremos a repasar.
—¿Estás loco? Pero mírate, sonrojitos, estás hecho mierda.
Lo tomo de la mano preocupada y hago que se siente en el sofá, suspira desganado y me mira irónico antes de acomodar sus gafas.
—Gracias, eso me hace sentir muchísimo mejor.
—De nada. Diría que me arrepiento de haberte invitado pero sé que la pasaste bien, así que me felicito a mí misma.— le guiño un ojo cómplice, contenta al ver su sonrojo.— ¿Puedes hacerle una sopa? A mí siempre me hace sentir mejor cuando estoy resacosa.
Giro a mirar al chico, quien se ha quedado mirandonos de brazos cruzados. Al sentir mi mirada puesta en él alza una ceja.
—No se va a morir por una resaca.— pone los ojos en blanco.
—No, pero yo sí recuerdo la primera vez que desperté con resaca y fue una mierda. Debemos terminar un trabajo y si Pierre se siente mal no podremos. Haría la sopa yo pero se me quema hasta el agua.
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St. Paul's School (Terminada)
RomanceHela Carvalho tenía una sola cosa en mente al aterrizar en Paris, Francia: Venganza. Iba a vengarse por todo el daño que su madre le causó a su fallecido padre, iba a hacer que su vida perfecta se fuera al carajo, igual que la suya. Con lo que no co...