St. Paul's School (Terminada)

Capítulo 21 -maratón 2/2

-¿Nerviosa, Carvalho?

Lavo mis manos con jabón y lo miro a través del espejo, negando.

-Ansiosa, mejor dicho.

Didier sonríe. Se cruza de brazos aún observándome, sin apartar su mirada de mis movimientos.

Termino de lavar mis manos, las seco y volteo apoyándome en el lavabo.

-¿Y? ¿Se te perdió algo o...?

Se aparta de la puerta y se acerca a mí lentamente, mirándome a los ojos. Alzo una ceja cuando se queda delante de mí sin decir nada.

-Nada, solo venía a ver cómo estabas.

Frunzo el ceño, lo aparto cuando se acerca más a mí y le paso por un lado.

-Eres realmente extraño, Couture. Raro con cojones.- resoplo.

-Espera...- me detiene colocando una de sus manos en mi antebrazo.- ¿Tienes algo que hacer esta noche?

Lo miro realmente extrañada, ¿me está invitando a salir?

-Depende, si quieres invitarme a salir... sí, estoy ocupadísima.

Rueda los ojos y me suelta, bufando.

-No se trata de eso, Carvalho, ya quisieras tú.- cómo no, Didier.- Daré una fiesta en mi casa para celebrar el triunfo de hoy, venía a avisarte por si querías ir.

Vale, he quedado como una presumida. Y lo soy con cojones, de hecho.

Ladeo la cabeza pensativa, pero finalmente niego.

-Gracias, pero paso. Tengo planes para hoy. Otra vez será.

Le sonrío, me giro y salgo del baño de chicas.

Me desvío del camino cuando recibo un mensaje de River, así que cuando llego hasta donde está él me quedo en silencio cuando hace una seña.

-Peige y Demian.- susurra bajito señalando uno de los salones vacíos.- Le está cayendo un regaño monumental. Para ser la otra se toma muchas libertades, beba.

Hago una mueca. La otra. No me gustan esas palabras, como no me gusta que Peige se quiera tan poco para permitirlo, o no quiera a su mejor amiga para hacerlo.

Apoyo la oreja en la puerta y regulo mi respiración dispuesta a escuchar, y vaya que sí escucho.

-¡No mientas, Demian! Vi las fotos.- buena idea enviarle las fotos a ella, me hizo el trabajo completo.- Los vi, tú y ella desnudos... diablos, no me toques.

Miro a River, el cotilla tiene una gran sonrisa en su rostro. Es que ama el cotilleo, así que feliz me ayuda grabando todo esto en su móvil.

-Tranquilízate y escúchame. Lo que yo hago o no, no es problema tuyo, ¿vale? Si a alguien le debo explicaciones es a Marie, tú no eres nadie siquiera para enfadarte. No te atribuyas cosas que no correspondan, Peige. Tenemos sexo, no una relación.

Ouch.

-¿Y qué, quieres que esté saltando de un pie? ¡Estamos hablando de Hela! Marie la odia. ¿Sabes cuánto se molestará cuando se entere?

-No se enterará, en todo caso.

-¿Y si yo se lo digo?

Se quedan en silencio unos tres minutos, minutos en que River y yo nos miramos divertidos.

-No seas estúpida, Peige, y no me amenaces. Si le dices algo a Marie...

-¿Qué?