—¿No dirás nada?
Lo miro, tratando de no reir al verlo molesto. Ladeo la cabeza como si fuera estúpida y no entendiese lo que dice, ante lo que bufa aún más frustrado.
—¡Responde, maldita seas!
Suelto un leve suspiro desganada.
—¿Qué quieres que te diga?— me encojo de hombros restándole importancia.— Ojo por ojo... ya sabes, el refrán.
Didier lleva sus manos a su cabello y tira de él exasperado, me fulmina con la mirada pero se queda callado sólo deseandome la muerte.
—¡Pusiste una jodida bomba de humo en mi habitación! y para colmo, no sé como mierda, ¡Hiciste que mi armario explotara!
Alzo una ceja ante su furia, confusa.
—¿Y?
—¡Maldición!
Golpea la pared detrás de él con fuerza, no me inmuto y sigo sentada igual de tranquila que al comienzo.
Y es que Didier lleva quejándose, maldiciéndome y gritándome aproximadamente una hora, desde que llegó y yo le abrí la puerta en topless.
Miro la camiseta casi tres tallas más grande que me puse a las apuradas, que me llega hasta las rodillas y por fortuna me cubre lo necesario. Fue lo único que pude ponerme antes de que Didier tomara mi mano y me jalara hasta llevarme a su habitación, casi a rastras.
Así que aquí estoy: sentada en el sofá individual de su habitación, finjiendo que he puesto atención a sus gritos de enfado mientras no hago más que felicitarme al ver que el humo todavía inunda el aire del lugar y que su armario está destrozado, con la ropa calcinada desparramada por el piso y un intenso olor a quemado emanando de las prendas.
—Hela, esto no es un juego.— ruedo los ojos al oír la voz de Louis al volver a entrar.— Pudiste ocasionar un incendio, o algo peor.
—¡Está loca, jodidamente loca de remate!— Didier se detiene, nuevamente me fulmina con la mirada.— Quiero que la expulses, Louis.
—Será mejor que te calmes, Didier.— Louis se mantiene firme al hablarle, aunque trata de apaciguarlo.— No hay que ser tan extremistas.
—¿Extremistas? ¡Si mi padre se entera que mi vida corrió peligro aquí dentro y tú no hiciste nada, date por despedido!
—Joder contigo, bebé.— me burlo de él, ya cansada de sus quejas.— Deja de quejarte y amenazar, idiota, ¿O qué, Didier Couture sólo sabe llamar a su papito para que solucione sus problemas?
Gruñe con cólera. Le lanzo un besito al aire disfrutando sus reacciones.
—Cállense los dos. Didier tiene razón, Hela, no puedes salir de esta así como así.— Louis me mira reprobatoriamente.— Pero dime algo, ¿Cómo hiciste para desactivar la alarma de incendio?
Alzo una ceja perfectamente depilada y me encojo de hombros, restándole importancia.
—No lo diré, un secreto es un secreto.
—¿Y cómo mierda entraste a mi habitación? Nadie que no sea yo tiene una llave, ¿me la robaste, zabandija? Sabía que no eras trigo limpio, pero ¿ladrona?
Bufo indignada, llevando una mano a mi pecho.
—¿Nunca has visto películas de espías, Ken de plástico?
—¡Ya basta!— me sorprendo ante el grito de Louis, al igual que Didier.
Me quedo en silencio, Louis pasa ambas manos por su rostro suspirando cansado, y casi me compadezco de él al recordar que se tuvo que levantar de la cama para venir aquí.
ESTÁS LEYENDO
St. Paul's School (Terminada)
Любовные романыHela Carvalho tenía una sola cosa en mente al aterrizar en Paris, Francia: Venganza. Iba a vengarse por todo el daño que su madre le causó a su fallecido padre, iba a hacer que su vida perfecta se fuera al carajo, igual que la suya. Con lo que no co...