Camino despreocupadamente por los pasillos del Saint Paul's, agradecida de lo vacíos que se encuentran tras una hora de acabar la última clase del día.
Voy casi veinticinco minutos tarde a entrenar con las porristas, y estoy cien por ciento segura que Lara me regañará por el atraso, pero no es mi culpa haber sido enviada a la oficina del director. ¿Cómo iba a saber yo que era secreto que la profesora de Literatura se acostaba con el profesor de Historia universal? No tenía cómo saber que no debía decir nada, menos aún que este último estuviese casado con la sobrina de la profesora de Modales. Vaya enredo.
Sea como sea ya voy tardísimo, así que ni siquiera me apresuro en caminar más rápido. Al llegar a la cancha veo a los de futbol americano corriendo alrededor, los de rugby hacer lo suyo (que no entiendo nada) y a las chicas practicar la rutina nueva que nos ha venido enseñando Lara hace algunos días.
Trato de pasar desapercibida entre los demás como si fuera algo fácil, por lo que cuando paso frente a los chicos de americano estos comienzan con sus típicos gestos unineuronales, ante lo que Lara se gira a mirarme de brazos cruzados.
Compongo mi mejor sonrisa mientras me acerco a ella.
—¡Lara, corazón! Estás guapísima, ¿te lo he dicho antes?
Rueda los ojos, bufando.
—Treinta minutos tarde, Carvalho. Si no fueses buena ten por seguro que estarías fuera. A la fila, ahora.
Asiento y le lanzo un besito al aire, antes de ir a mi lugar para comenzar a entrenar.
Lara se toma demasiado en serio todo esto de las porristas y ser su capitana. Nos hace repetir la rutina al menos cincuenta veces, hasta que todas terminamos agotadísimas y con los músculos entumidos.
Me lanzo al césped cuando da por finalizado el entrenamiento, riñéndonos por parecer demacradas, que lo estamos.
—Me quiero morir.— murmura Steffy junto a mí bebiendo agua.— ¿Quieres?
Niego, rechazando el agua. Cierro los ojos un segundo para tratar de calmar mi corazón pero los abro en seguida cuando siento un líquido helado caer en mi espalda.
Me levanto mirando a Steffy con una sonrisa, creyendo que ha sido ella, pero mi sonrisa decae cuando me encuentro con los ojos maliciosos de Marie.
—Ops, te he tirado un poco de agua sin querer.— hace un puchero mirándome.— Soy una torpe, déjame ayudarte.
—No es necesario, yo...
Me callo de golpe.
La miro, con las cejas fruncidas al sentir el chorro de agua en la cara.
Vamos, que me refresca mogollón y eso, pero qué mierda.
—¿Pero tú de qué vas, tia?— le pregunto apartandome cabello mojado de la frente.
Marie suelta una carcajada seca, mirándome con sorna.
—Pensé que te hacía falta algo de agua para refrescarte, con lo caliente que eres.
Aprieto mis labios para evitar soltar la risa que muere por salir de ellos. Supieras tú, bella.
—Uuh, yo creo que el que necesita un poco de agua es otro.— aparto la mirada de ella y la clavo en Demian, que se ha acercado al igual que otras personas al ver que Marie me ha lanzado agua.— Pero bueno, da igual.
Le sonrío y me giro a mirar a Steffy para ignorar a Marie, la ayudo a levantarse del césped y comenzamos a caminar.
—¿Ya te vas? Pero si aún queda mucha agua.
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St. Paul's School (Terminada)
RomanceHela Carvalho tenía una sola cosa en mente al aterrizar en Paris, Francia: Venganza. Iba a vengarse por todo el daño que su madre le causó a su fallecido padre, iba a hacer que su vida perfecta se fuera al carajo, igual que la suya. Con lo que no co...