Genial.
Además de no tener un verdadero corpiño ni abrigo, lo que ya es un problema grave cuando hay apenas dos grados Celsius, también un grupo armado de gente decide entrar a una academia a robar.
¿Robar qué?, me pregunto.
Pongo los ojos en blanco y mantengo mi expresión seria mientras miro a todos los allí presentes. La verdad esto es algo cómico. Nos sentaron a todos los rehenes junto a la fuente de agua y nos ataron de manos. Incluso se atrevieron a sacar nuestros celulares de nuestros bolsillos para lanzarlos a la fuente.
Agradezco ser fan de los desechables.
—¡Por favor, déjennos ir! —grita una señora de treinta y tantos que reconozco como la secretaria de finanzas de ojos saltones y sonrisa espeluznante. Nadie le responde, sino que continúan hablando entre sí de forma ansiosa y mirando hacia una pantalla de iPad.
—Algo les salió mal —asegura Kaisser a mi lado.
—Sus trajes cubren sus cuerpos completamente y las máscaras no me permiten reconocer a nadie —comenta Yung—. Al menos sus ojos quedan a la vista. ¿Crees que puedas reconocerlos luego?
—No es suficiente. Tengo que escucharlos hablar —contesto en un susurro—. Me preocupa que si están nerviosos podrían actuar con mayor impulsividad.
Miro a los hombres frente a nosotros que sin duda parecen afectados por algo. Me quedo observando extrañada que miren hacia nosotros de reojo.
—Saben quienes somos —comenta Kaisser—. ¿Serán de Millard?
No hay cómo saberlo.
—Puede que algunos, al fin y al cabo alguien les dijo, ¿no? —responde Milos muy seriamente, concentrado en aquel que teclea sobre el iPad—. No consigo distinguir qué hace.
Frunzo el ceño.
—¿Qué hay en Millard por lo que sea digno entrar?
—¡Hey! —nos llama la atención uno de ellos, acercándose a nosotros mientras sujeta firme el arma entre sus manos—. No quiero que hablen, ¿entendieron?
Asentimos de forma obediente.
Esto es lo que sé: tienen audífonos para comunicarse con alguien fuera del establecimiento, asumo que el líder o alguien que sea capaz de desactivar seguridad externa. También tienen trajes blindados, sin embargo, no portan casco. Aunque me preocupan más las máscaras antigases que cada uno tiene colgando de sus cinturones.
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LA TENTACIÓN DE MILLARD ACADEMY
Misterio / SuspensoHISTORIA TERMINADA ¿Has probado el sabor de un delito? Este sabe a adrenalina fresca y su sabor es capaz de petrificarte en tu lugar o capaz de liberarte finalmente. Robo, asalto a mano armada, irrumpir en una propiedad, secuestro, tortura, asesina...