Rhym me pega de cara hacia la pared haciendo que me golpee la cien y todo el costado de mi cuerpo en la pared de la bóveda.—Ya me cansaste, pequeña bastarda. Deberías dejar de hacerte la lista —me amenaza, hablando junto a mi oído—. ¿Por qué crees que te dejaríamos ver algo sabiendo sobre tus habilidades? ¿Aún no lo has pensado?
—Creo que no son más que unos aficionados —contesto escupiendo la sangre de mi boca en su máscara de luces neón moradas.
Me agarra del cuero cabelludo y golpea mi cabeza una vez más contra la pared.
—¡Ya basta! ¡Le haces daño! —grita Bri en mi defensa.
—Ustedes no se resistan, ¿si? —pido, y la mayoría me observan furiosos con mi decisión. Quieren pelear.
Rhym gira su cabeza hasta ella con una sonrisa de lado a lado.
—¿Cuál crees que es la idea, idiota?
Una carcajada brota desde mi pecho por lo bajito, llamando su atención, pero mi sentido del humor me impide contener la risa.
—¿Qué es tan gracioso?
Intento buscar algo de aire en mi risa auténtica.
—Tú. No tienes idea de lo ridículo que es el que intentes dañarme si no sabes ni cómo hacerlo.
Rhym se esfuerza por no explotar de rabia frente a mis ojos. Fracasa elevando su puño para volarme la cara de un golpe. Un grito de advertencia la detiene.
—¡Hey! —llama el comandante Idiota—. No tenemos tiempo para esta mierda. Debemos salir ya.
Los ojos de Rhym me abandonan y los dirige hacia la salida donde ella se dirige segundos más tarde.
Escucho como nos gritan que nos arrodillemos con vista hacia la pared del fondo y yo me quedo petrificada junto a la pared intentando enfocar mejor. Siento un pitido en mi oído que me distancia un poco de lo que ocurre a mi alrededor.
¿Qué tan fuerte me habrá golpeado?
Bri tiene los ojos llorosos y Yung la fuerza a voltearse y a obedecer lo que los hombres armados nos dicen, pero nadie se fija en la chica que sangra, nadie me obliga a moverme. Milos, por otra parte, se encuentra con los ojos muy apretados murmurando algo que parece y Kaisser se encuentra a su lado obedeciendo las órdenes de nuestros asesinos.
Vamos a morir.
Por primera vez siento algo de miedo y frío, mucho frío. Puede que en el fondo morir suene algo tranquilizador, aunque no es lo que deseo, no estoy lista.
¡Váyanse a la mierda!
Con esa desesperación en mi corazón y el deseo de defendernos, miro en cámara lenta como uno de los ladrones me mira desde el otro lado de la puerta y no deja de observarme aun cuando arrojan lo que creo que es un gas somnífero dentro de la bóveda y la cierran luego.
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LA TENTACIÓN DE MILLARD ACADEMY
Mistério / SuspenseHISTORIA TERMINADA ¿Has probado el sabor de un delito? Este sabe a adrenalina fresca y su sabor es capaz de petrificarte en tu lugar o capaz de liberarte finalmente. Robo, asalto a mano armada, irrumpir en una propiedad, secuestro, tortura, asesina...