Capítulo 16

861 169 38
                                    

Volver a clases y precisamente a esta academia es un acto heroico a mi parecer

¡Ay! Esta imagen no sigue nuestras pautas de contenido. Para continuar la publicación, intente quitarla o subir otra.


Volver a clases y precisamente a esta academia es un acto heroico a mi parecer. No descarto que podría ser también el acto de mayor estupidez de mi semestre académico, pero la cantidad de estupideces que he hecho últimamente me hace dudar. Digo, ¿quién vuelve al lugar donde podría estar el culpable de tu intento de asesinato? Siempre que, claro, hayan intentado asesinarme a mí en primer lugar.

Estoy caminando por el patio central en dirección a mi sala de clases cuando un hombre de traje se cruza en mi camino. En otra vida habría dicho que trata de algún problema, pero aquí parece bastante común. Lo que no luce trivial es que Gila está acompañándole.

—Lamento entorpecer sus actividades, señorita Becker, pero no había tenido el agrado de presentarme ante usted —se excusa el desconocido, sonriendo con amabilidad, y me ofrece la mano—. Abraham Koch, ex alumno aquí en Millard Academy. Esta es mi hija, Gilandria Koch.

Le recibo el saludo tan cordial como puedo, sin saber el motivo de su entusiasmo.

—Papá, ya la conozco. Tengo clases con ella ahora —le aclara Gila con malestar sin querer dirigirme la mirada. Su padre de inmediato se voltea a verla con el rostro deformado por el enojo, hace que Gila se encoja sumisamente en señal de disculpa. Se recupera con rapidez para retomar la conversación.

—Señorita Becker, cuando supimos de su llegada... debo admitirlo, tal vez le guardé algo de rencor. Pero en cuanto nos enteramos de sus habilidades sentí un profundo alivio. Sin duda, usted será una alumna reconocida. Su habilidades son sumamente provechosas y esperamos todos fervientemente que consiga con éxito llegar a la cúspide de su futuro profesional —habla el señor Koch casi sin dejar de elogiarme—. Sin duda, de entre todas las nuevas familias que se integraron a la academia, usted será la que llegará más lejos.

—Gracias... por la bienvenida —contesto y recupero mi mano del saludo.

Gila pone mala cara y se queda de brazos cruzados mientras su padre queda sumamente atento a mis palabras, para nada molesto por mi falta de efusividad.

—Fue muy extraño que hubiese alumnos este año que no hayan tenido parientes que hubiesen asistido a Millard Academy —continúa diciendo el señor Koch, como si fuese cosa de cada día—. Muchos exigimos respuestas ante ello, pero fue bastante favorable que todos los alumnos nuevos resultaron ser Inusuales o Peculiares sumamente destacados. De entre ellos usted, que resultó ser una Inusual.

—Papá...

—¿Quieres callarte, Gila? ¿No ves que estoy conversando con Hailey? —gruñe e inmediatamente se da cuenta de algo. Vuelve la mirada hasta mí otra vez—. Disculpe, señorita Becker. ¿Le molesta si la tuteo?

Antes de que mi mandíbula inferior caiga al piso, siento unas manos posarse sobre mis hombros. Me encojo visiblemente, llevando mi mano hasta el cinturón como reflejo, pero me calmo enseguida al sentir el aroma del perfume varonil de Oleksandr. Supongo está aquí para rescatarme. Eso espero.

LA TENTACIÓN DE MILLARD ACADEMYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora