Capítulo 7

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Me he preguntado siempre por qué no soy capaz de hablar con completa franqueza, por qué soy de esas personas a las que nunca se llega a conocer realmente

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Me he preguntado siempre por qué no soy capaz de hablar con completa franqueza, por qué soy de esas personas a las que nunca se llega a conocer realmente. Es molesto porque a veces oculto cosas hasta de mí misma.

¿Será que lo hago para ocultar quién soy o soy solo así en realidad, una verdad a medias?

Miro por la ventana hacia el patio de la casa Vinter, lleno de globos plateados y rojos. Los garzones uniformados elegantemente se pasean de un lado a otro revisando que todo vaya acorde a lo planeado.

Todo luce impecable. Hicieron que todo tuviese un estilo bastante moderno y sofisticado. La puerta de vidrio corrediza que da hacia el interior de la casa principal estará oficialmente abierta durante todo lo que la fiesta dure, dejando un espacio amplio por el que todo el mundo pueda estar cómodamente. Ubicaron en distintos sectores del patio varias series de mesas con manteles blancos donde la comida ya está a la espera y hay toda una plataforma roja al ras del suelo que supongo empareja el terreno para que cómodamente pueda andar la gente en tacones.

Me siento sedienta nuevamente, con picazón y molestias en la garganta. El gas somnífero aún tiene desagradables repercusiones, aunque admito que fue mucho peor cuando me desperté. Toda una experiencia.

Cierro mis ojos para recordar aquel momento.

Auch.

Sí, el dolor es el recuerdo más vívido al despertar.

Este dolor de cabeza hace que quiera continuar descansando, pero la sed me lo impide.

El sonido de mi pulso suena a mi lado en la máquina haciendo un ritmo en el que me permito concentrarme.

Es lo único que me distrae del dolor de cabeza.

Quiero quejarme cuando me doy cuenta que hay más de un ritmo sonando en la habitación, no me permite descansar en paz.

Intento llevar mis manos a mi cara, pero no llego ni a medio camino y algo impide el movimiento de estas. Abro los ojos lentamente para saber qué es lo que ocurre y me siento indignada cuando noto que estoy esposada a la camilla.

Me sonrío ante tal recuerdo, no me lo podía creer.

¿Años evitando ser arrestada exitosamente para ser acusada de algo que no cometí? Estás de broma.

¿Qué mierda?

—¡Lee Lee! —escucho a Jeremy llamarme. Llevo mi vista hacia su pálido rostro. Los años nunca le han pasado la cuenta, pero parece haber envejecido aquí en el hospital.

—Creía que era imposible que alguna vez estuvieses menos que perfecta, prima.

Me aprieta las manos y su cara se relaja por completo. Se nota que esto ha sido difícil.

LA TENTACIÓN DE MILLARD ACADEMYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora