Capítulo 19

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Pueblo chico y chisme grande, ese sería más o menos el titular de la semana

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Pueblo chico y chisme grande, ese sería más o menos el titular de la semana.

Una semana más tarde luego de que apareciera Leonore Vinter toda la academia y las familias de Greenfield se habían enterado. Todos habían intentado ofrecer su apoyo, pero Erik Vinter le cerró las puertas a todo el mundo que quisiera chismear respecto a su familia. Después de cinco días en el hospital pudimos traerla a casa con el compromiso de que el señor Vinter siguiera el tratamiento al pie de la letra, además de permitir que una enfermera viniera en ciertos horarios para revisarle. Estoy segura de que con todo esto no celebraremos acción de gracias, es una lástima porque sería la primera vez que lo celebraría.

Para ser sincera he tenido muchas ganas de entrar en su habitación, pero las caras de cada individuo que sale de ahí me dan algo de miedo, pareciera como si salieran del cine después de una película de terror. Ni siquiera he podido hablar con Oleksandr o Eros, que se han encerrado con ella o en sus habitaciones, apenas los he visto en clases.

El señor Vinter es el más demacrado por la noticia. El entender la seriedad de sus heridas, supongo, le debe proporcionar un sufrimiento adicional que ni sus hijos deberían ser capaces de comprender.

No estoy segura de por qué, pero la apareciendo de Leo trajo consigo algo de temor en el pueblo. Con todos sospechando sobre casos de secuestro o cosas casi de ficción es difícil mantener la curiosidad estable. Y menos luego de que Bri me escribiera a las tres de la madrugada.

Bri:
Por favor no entres donde Leo. O no se lo cuentes a Milos si lo haces.

Yo:
¿?

Bri:
Hazme el favor.

Fue básicamente como echar bencina a lo que ya tenía.

Es tan fácil colarse en los pasillos, manipular la vieja perilla de la cual no tengo llave y entrar. Es que no querría hacerlo de no ser que hasta cuando la trajeron en la casa nos pidieron privacidad. ¡Y yo no pensé en comprar binoculares al venir a América! La han ocultado tanto que tengo más preguntas que preocupación.

Cuando me desocupo de mis quehaceres con los que me he estado distrayendo me acerco hasta la ventana, pero desde aquí la ventana de la habitación de Leo está siempre con la cortina corrida. Y el pestillo puesto, lo verifiqué.

Me quedo pensando en ese día, el día que Leo apareció. Su aparición no fue lo único memorable que ocurrió ese día. Primero, Dryl me golpeó.

Llevo mi mano hasta mi labio donde la costra aún me impide pintarme los labios.

Segundo, Flynn Millard me hizo recordar que son una familia de asesinos y que debo cuidar mi espalda. Tercero, y lo más obvio, apareció Leonore. Y finalmente, llevamos a cabo nuestro plan de extorsión.

LA TENTACIÓN DE MILLARD ACADEMYDonde viven las historias. Descúbrelo ahora