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Andrea no tuvo tiempo de apreciar la habitación, solo tuvo unos cuantos segundos para saber que tenia una cama gigante, cortinas azules con solo un escritorio.

Rió al imaginar a su profesor sobre  cama no tan grande.

Shawn la miro extrañado, el no había dicho palabra alguna para hacerla reír, sonrió sin evitarlo.

Sin previo aviso la tomo en sus brazos, ante la sorpresa y para sostenerse enrollo sus piernas al rededor de la cintura de él.

A pasos lentos camino hacia atrás, Andrea sonrió con maldad.

Le succionó el lóbulo del oído, shawn suspiro esa no la esperaba.

Se sentó sobre la cama con ella en su regazo, tocando descaradamente el trasero de la chica.

Ella se dedicaba a comerle el cuello, acariciando sus brazos y tórax.

Shawn lentamente desabrochaba los botones de la camisa de Andrea, esta dejo de tocarlo para poder sacar la prenda.

Sus labios encontraron los de él, gustoso le correspondió con la misma efusividad.

Bajo rápidamente la falda, quedo sin aliento de solo ver la lencería que ella usaba, ¡tan solo era una adolescente! Y usaba eso.

Pero también le encanto verla usar eso.

Andrea no pudo apreciar el rostro de Shawn ya que estaba tan sumida en sus caricias.

Enseguida el ataco su pecho sobre la tela de encaje negra, sintiendo sobre su ropa la humedad de ella.

Ella sobre el se movía quería que supiera que estaba lista, estaba cansada de juegos.

Tomo la iniciativa bajando rápidamente los pantanos de él, lo quería ya y sus movimientos lo decían todo pero Shawn simplemente quería hacerla sufrir.

—P-profesor por... Por favor.

—¿Por favor que baby girl?— sonrió burlón al verla hacer un leve puchero.

—Tomeme, folleme.

Sus palabras fueron directas y suplicantes ante eso Shawn ya no pudo negarse.

Era tan fácil hacerla rogar, y eso le gustaba.

Sin saber ya estaba desnudos, recorriendo con sus manos los cuerpos desnudos.

Shawn la embistió tan fuerte que ella apenas pudo tener algo de aire.

Gimió fuerte no había nadie que pudiera escucharlos y si lo hacían por el momento no les importaba.

La cama rechinaba ante tales movimientos brutales del hombre.

Andrea mordió el hombro de él, gruño al sentir los dientes de ella.

Los dos rodaron, ella quedo arriba de él a horcajadas.

—Quiero que me montes muñeca.

Su voz fue entre cortada, sólo verla de semejante manera y sentía correrse pero tenia que aguantar.

Ella sonrió con suficiencia subía y bajaba lentamente quería hacerlo sufrir como lo  había hecho con ella.

El gruño tomándola por las caderas encajando sus dedos en la piel de ella.

—Mueve... Muevete bebé.

—Lo estoy haciendo profesor —hablo inocente, subió a tal punto de hacer que el saliera de ella.

Él la miro molesto, no estaría pensando en dejarlo así ¿verdad?

Andrea al ver su cara sonrió y se dejo caer en el nuevamente.

Soltó un grito, no esperaba sentir tanta satisfacción, él suspiro valla que era increíble esa joven.

Se movía sobre él con movimientos contantes y rudos, a ella le gustaba así a fin de cuentas.

—M-me voy a correr.

—Hazlo muñeca vente para mi... Solo por mi.

Fueron palabras mágicas probablemente pues ella llego al esperado orgasmo.

El guió los movimientos de ella, pues apenas se recuperaba.

Después de unos minutos Andrea se volvía a sentir húmeda con necesidad de más.

Shawn acelero mas movimientos no quería que ella obtuviera otro orgasmo se veía tan cansada.

A el le parecía increíble y le encantaría generar otro orgasmo pero tuvo compasión de ella.

Apenas para Andrea que estaba empezando a sentir esa bola de fuego dentro de ella cuando el salio de ella descargando todo.

Claro pues a los dos idiotas se les olvido la protección.

Ella lo miro mal, él la atrajo así mismo acurrucandola en sus brazos, raro siempre se iban.

Hacia caricias en la espalda de ella, sentía la respiración pausada sobre su pecho.

—Te gusta que te follen duro ¿cierto?

—Solo tu sabes hacerlo.

—No soy el único cierto.

—Eres el único mayor y me encanta— mordió su labio inferior, tocando a lo descarado el miembro apenas erecto de él.

—Pues en todo seré el único, con él que llegaras como lo haz echo hoy, el único que te follara hasta partirte en dos— demando él acordándose del ojiazul.

Ella asintió no quería discutir con él a pesar de que no le haría caso, ella libre de hacer lo que quisiese, aparte el era casado no tenía derecho a exigirle algo.

—Vistete, tienes que ir a casa.

Se alarmó al ver llamadas perdidas de su madre, tenía al menos quince llamadas, seguro la matarían.

—¿Hay un lugar donde tomar un taxi o algo?

—Yo te llevó a fin de cuentas vamos para donde mismo.

—Podría ser rápido no quiero morir.

—Sera a mi debido tiempo muñeca— mordió jugetonamente la mejilla de Andrea adentrándose al baño.

Dejando a la chica desconcertada pero igual con su ceño fruncido, el no iba a mandarla y hacer lo que el quisiese.

Era una mera emergencia y no tenia que lidiar con alguien como su profesor.

Salio de un salto de la cama buscando su uniforme regado por todos lados.

Rió estrenduosamente al ver sus bragas rotas, en serio que no tenia límites.

Shawn la observo desde el baño, mordió su labio al verla con su ropa interior en mano, añadiendo que estaba desnuda.

Dejo de verla si nos quería tomarla nuevamente y no irse de ahí, hasta haberla destrozado por completo.

El camino fue silencioso, aja Andrea no pudo huir de su profesor, descubrió que estaban encerrados, y él tenía la llave.

—Nos vemos profesor— guiño saliendo del auto, shawn solo le sonrió de lado, la vio caminar, tenía que prevenir y la dejo una cuadra después.

El retomo su camino a casa.

Antes de entrar se escuchaban gritos y risas, se toco su sien no estaba de humor para lidiar con ruido ahora.

Entro y apenas lo hizo su pequeño hijo corrió a él, tomándolo en brazos sonriendo cansado.

—¿Papi jugamos?— negó lentamente viendo el rostro lleno de decepción de su hijo.

—Ahora no puedo campeón tengo trabajo, pero mañana prometo jugar toda la tarde.

Sonrió el niño con ilusión, su pareja lo veía seriamente tenía días rechazando a su hijo y el no era así, estaba distante y eso no era buena señal, tenía un mal presentimiento de eso.

Teacher S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora