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Andrea

Nash al dejarme en casa se fue, decidí meterme rápido pues sentí algo que no me gusto, sentí estar en peligro así que le dije a Nash que mañana no viéramos.

El tan lindo lo acepto, quite mis zapatos lanzándolos a donde fuera, no había nadie así que no me preocupaba que mis padres vieran.

Me tire al sofá como un saco de papas tanta fue mi fuerza que caí.

—Maldición, estúpido sofá.

Caí de costado así que todo mi lado derecho dolía.

Me levanto quejándome, justo cuando estoy de pie, suena el timbre. ¿Nunca podre descansar bien?

Arrastro los pies hasta la entrada, antes de abrir, suelto mi cabello, lo amare antes de acostarme pero sea quien sea no quiero que me vea en un desordenado moño.

De nuevo el timbre... Maldita gente desesperada.

Juhm debería esperar a que se cansen y se vallan, así tal vez dejen de molestar, me recargo en la puerta, y otra vez el timbre.

No, no me dejaran descansar si no abro ¿quien sera? Es decir nadie toca la puerta tanta vez... A menos que sea una... emergencia.

¡Dios pudo pasar algo y yo con mis cosas! Abro rápidamente y apenas lo hago y retroceso hasta casi caer de culo.

Shawn... Shawn mi profesor en la puerta de mi casa ¿que hace aquí? Ni siquiera puedo formular bien una frase.

Él no dice nada, pero se le ve molesto, reacciona entrando a mi hogar, me alarmó ¡Mis padres son impredecibles! Bien pueden llegar en minutos o en horas.

Si se les ocurre llegar ahora estoy muerta, tengo que sacarlo de aquí.

Si bien lo extrañe solo un poco, no es motivo para que venga.

—P-profesor Mendes...

—Se suponía que no verías a ese chico.

Oh ahora entiendo viene en plan de reclamo, pues no, aquí a mi casa no viene a mandar.

En dos semanas me ignoro o fui yo, no lo sé, pero no le da derecho a venir ir decirme con quien salir y con quien no.

—¿Quien dijo?— dios soy tan idiota, quiero que se valla y lo único que conseguiré sera tenerlo aquí hasta que me diga todo su rollo de nadie más.

Pero por favor ya tenía dos semanas creí que era el fin, además que Sarah ahora era un peligro.

—Te lo dije yo...

—Usted dice muchas cosas.

—No juegues conmigo, no te conviene.

Valla sus músculos se marcaron más con esa camisa tan apretada, quisiera tocar sus brazos, o su abdomen.

No, no Callate no pienses esas cosas.

—Profesor, le pediré esto... Vallase mis padre podrían volver en cualquier momento.

—No me iré...

Teacher S.MDonde viven las historias. Descúbrelo ahora