Teacher S.M

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Andrea salio, lo hizo sin razón alguna, no sabia por que lo hacia normalmente era la empleada la que iba por el correo.

Iba aun en pijama, ¿la razón? Debía aprovechar que sus padres no estaban para verla en ese estado.

Y como ellos le habían dicho que volverían tarde no dudó en estar en pijama toda la tarde.

Busco en el buzón esperaba que hubiera algo, al menos así no quedaría como tonta.

Vio algo sin importancia seguro para su padre, aun así lo tomo.

Dio la vuelta para entrar a casa, detuvo su andar al ver de re ojo un auto conocido ¿era posible? Claro que lo era el sábado pasado estuvo con él todo era posible.

Se alarmó al recordar que estaba en su peor estado.

Se recodo que podía ser una simple coincidencia y no era quien ella creía.

Ignorando su curiosidad siguió andando, quería ver con sus propios ojos quien era, pero si era un desconocido quedaría muy mal.

Si era quien ella creía posiblemente llegaría ahí, si no llegaba supondría que se equivoco.

Antes de entrar escucho un bocinazo, se sorprendió, al igual que Shawn, el nunca hacia eso.

Giro lentamente agradecía que estuviera el gran portón cerrado.

—P-profesor Mendes — fue lo primero que salió de su boca al estar cerca.

—Andrea...

Ella se apresuró a abrir al ver que era tan descortés tenerlo hablando ahí afuera.

Él se adentro, sin decir nada, atravesaron el gran jardín.

—¿Hay alguien?— pregunto con precaución antes de cometer un error más grande.

—Solo los empleados — se encogió de hombros sin darle importancia.

—¿Aún así vas a invitarme?— él le pregunto, aún con cierto coraje.

—Antes de responderle, ¿usted que hace aquí? ¿a esta hora?— ella elevo una ceja cruzándose de brazos, provocando que el profesor mirara directo a su pecho.

—Si no te importa quisiera hablarlo en un lugar donde no estemos a la vista.

Ella no contesto simplemente, siguieron avanzando.

Andrea rezaba a cualquier santo para que ningún empleado la viera con su profesor, era una lastima apenas puso un pie adentro y la que se encargaba de la limpieza apareció.

Su ceño estaba fruncido al verla entrar en compañía de alguien, y se fruncio más al ver era mucho mayor.

—¿Si Sol?— Andrea Ale preguntó harta de solo verla ahí parada sin decir nada.

—Preparare la comida ¿algo que quiera en especial?— dijo sin dejar de ver a ese hombre.

—Eh lo que sea esta bien, estaré en el despacho de mi padre.

—Señorita no es de mi incumbencia pero ¿quien es el hombre?

—Sol deja las preguntas, no te importa, la comida puedes prepara en un rato.

—No puedo dejar que suba con ese hombre— dijo directa, se arrepintió al ver en rostro de Andrea.

—Te pagan para limpiar no para meterte en mis asuntos, para que estés tranquila es un amigo de mi padre, lo mando para acá ahora dejen de meterse.

—Señorita...

—Y no interrumpan ¿entiendes?— la empleada asintió aún poco convencida de dejarla subir con ese hombre.