Andrea caminaba despacio por el pasillo de su casa, todo estaba en total silencio, siempre estaba así de sólo, pero por alguna razón ahora le parecía que algo iba mal.
Sus padres no estaban y eso era por que su madre ya le había avisado que llegarían tarde.
Ni Lola se encontraba y eso su era raro, solo los sábados y domingos era cuando no asistía en esa casa.
Fue al patio trasero, se encontró a todos los empleados hablando incluso Lola, suspiro, no había sucedido nada malo.
—¿Que hacen ahí? — preguntó curiosa, ellos siempre se reunían en la cocina.
Ellos la miraron raro como ya era costumbre hace un mes.
Si hace un mes, que ya había pasado y presenciado la separación de su profesor con su esposa.
De ella ya no supieron, si acaso solo sabía del niño por que estaba unos días con los padres de su profesor y él le contaba.
Si, seguía viéndose con él a pesar de todo lo que paso, pero fue por que Shawn le había pedido no separase de él.
Ya había perdido a su hijo y esposa, mínimo quería que por la razón que los había perdido permaneciera a su lado.
Ella no dudo mucho, ella ya hace un tiempo había aceptado que le gustaba su profesor, y tenia la esperanza de gustarle un poco.
Y si le había pedido que se quedara con él era por algo ¿no?
Despejo su mente al acercarse aún mas a los empleados.
—Nada señorita ¿se te ofrece algo?— Lola le preguntó, quería asegurarse de que no gritara como siempre.
—No, por ahora nada, solo que adentro no hay nadie me pareció raro ¿que hacen?— se inclino hacia delante quería saber que hacían, no era normal en ellos estar ahí afuera.
Parecía incluso una conspiración contra de ella, se daba tanta importancia que creía que todo mundo hablaba de ella como si fuera el centro del universo.
—Nada, no hacemos nada ¿quiere salir a algún lugar? El chofer ahora mismo la lleva.
—No Lola, hoy me quedo en casa— hablo cansada de tanto misterio, pero no rogaría por información.— Mamá les dio la tarde libre, a eso venía.
—Estamos enterados de ello, el jardinero se quedara un rato más.
—No,no si quiere que siga el día de mañana, por hoy todos pueden irse.
Ella actuando así de bien, definitiva algo iba mal.
Ellos aun más extrañados la miraron, pero no la dejarían sola.
Les parecía raro que desde hace un mes, un hombre algo grande (mas que la hija de los dueños) entrara a la casa como alguien ya conocido.Cuando iba dicho hombre se encerraban en el despacho del dueño de la casa, y no salían después de varias horas.
En la habitación de la chica, y hasta en la pequeña biblioteca.Los mas raro que el hombre llegaba serio, y salia de buen humor.
Y un par de veces la chica llorando, a los empleados no les gusto eso, había algo oscuro ahí, a pesar de todas las veces que Andrea les había dicho que era amigo y socio de su padre.
Los empleados preocupados no le creían, asuntos del trabajo el señor Aldo, los atendía en la oficina, y si tenía mas socios ninguno andaba yendo a casa.
No querían creer lo que imaginaban pero, era demasiado sospechoso.
—Señorita no es por contradecirla, pero aquí Juan tiene que terminar con su trabajo.
—Miren son las cuatro de la tarde, no importa si no termina el día de hoy puede ser mañana no hay ningún problema.
Intentaba controlarse, lo que quería era quedarse en casa sola todo el día, su madre le dio autorización para decirle a los empleados que tenían tarde libre, le costo convencerla pero lo logro. Y no insistió tanto por nada, eso se los dejaría claro.
Ellos no convencidos asintieron, despejaron el jardín trasero, entrando de nuevo.
Andrea satisfecha subió a su habitación tirándose en la cama.
Se sentía tan cansada, sus exámenes finales la dejaron así, agradecía que ya no tuviera ningún deber que hacer.
Alguien toco la puerta de su habitación, solo un adelante tuvo que decir para revelar a Lola con su bolsa en mano y las llaves de la casa.
—Dime Lola.
—Deje algo de comida en el horno señorita, también le dejo las llaves de la casa.
—Gracias, pero las llaves te las llevas tú, tengo las mías, ten linda tarde.
Hablo aun tirada sobre su cama, a Lola le causo algo de gracia su desfachatez, imagino al padre la chica viéndola con total reproche.
Sonrió nostálgica, ella no merecía los padres que tenía, al menos no al hombre que se hacia llamar padre.
Gracias a él ella eran cruel, tan calculadora, e incluso tenía el presentimiento que andaba en malos pasos.
—Tu igual niña, no abras a desconocidos.
—Claro que no Lola, se cuidarme sola.
Lola se despido de la chica, salió directo al patio trasero, habían quedado con los empleados que ella se quedaría a cuidar, no la quería dejar sola a la chica.
Ella se quedaría en el pequeño garaje, donde guardaban instrumentos de trabajo.
Lola intentaba distraerse limpiando o haciendo algo, Andrea estaba completamente dormida, sus padres le habían avisado que saldrían a la ciudad vecina por dos días, así que tendría la tarde sola, quizá mañana también les daba el día libre a los empleados.
Después de quizá una hora, o más, despertó por el sonido de su celular, alarmada lo miro, se sentía desorientada por levantarse de manera repentina.
Busco por toda la cama, hasta que lo encontró en su mesa de noche, al tomarlo, se dio cuenta que perdió la llamada.
Paso de estar desorientada a horrorizada, estaba en problemas, Era el profesor quien la había llamado.
Bajo lentamente con el celular en mano, ¿le regresaba la llamada?¿lo dejaba pasar? Se preguntaba pero no llegaba a una conclusión.
A mitad de las escaleras, escucho la puerta, llamaban a esta con un poco de violencia.
¿podrías abrir? No tengo todo el jodido tiempo? Leyó en su celular, si antes estaba en problemas, esto era superior.
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Teacher S.M
RandomDonde Andy se propone llevarse a su lindo profesor a la cama, llevándose varias negativas y varias consecuencias Esta historia es mía.