Capítulo 32

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El domingo de las chicas transcurrió tranquilo, Lupe al fin decidió quedarse con su hija, Valeria disfrutaba del domingo, por primera vez en mucho tiempo disfrutaba un día sin fingir, sonreía sinceramente, cuando la tarde caía Lupe tuvo la idea de ir de compras y Valeria decidió ver una peli.

Ya en la habitación de Juliana.....

Tendrás que irte ya?...---- Preguntó la morena abrazada a la Castaña---

Solo si quiero...--- se volteó para quedar de frente a la Morena--- y si tú quieres!!...

Por mí te tendría siempre así!..----respondío dándole un beso en su frente--- porque no te quedas a cenar?..

Lo pensaré!.. además aún queda mucho para la hora de la cena!!..---- tomo las mejillas de la Pelinegra y la beso tiernamente, el beso fue tomando otro rumbo en el momento en que Juliana metió su mano dentro de la playera de la Castaña, sintiendo así su suave piel---- si sigues haciendo eso entonces no querré irme en mucho tiempo....

Juliana simplemente sonrió y volvió a besarla--- Eres tan hermosa Val,...

No lo soy!.....

Si lo eres!.. además, mi concepto de belleza es diferente al tuyo!..--- le dijo besándola de nuevo---

Ah sí?..---- sonrió--- y cuál vendría siendo ese concepto?...

Puessss..... Tú..... Siempre has sido tú!!...---- volvió a tomarla por su cintura pegándola más a ella, porque ya empezaba a sentir el calor que tenía dentro y que amenazaba con derretirle hasta los huesos, quemaba a través de las venas recorriendo cada uno de sus órganos. ¿De dónde salía todo ese fuego? Juliana no lo sabía, pero era algo que sentía cada vez que la tenía cerca, y ahora ahí, en su cama abrazada a ella se retorcía sin cesar intentando apagar ese súbito ardor que la consumía. Y en un momento Su piel estaba cubierta de sudor, el Castaño y precioso cabello revuelto de Valentina, hacia que su cuerpo ardíera de deseo ahí entre sus piernas. Era una sensación tan extraña, que aunque quisiera compararlo no podía, porque no había nada que ella pudiera comparar con la presencia de Valentina.

Juls, si sigues, no vamos a poder parar!!...---- dijo con la voz entrecortada---

Quieres que me detenga?..--- preguntó mirándo fijamente en ese azul que la volvio loca desde el primer día en que los vió---- Quieres que....---- pero sin dejarla terminar Valentina atacó sus labios, mientras Juliana en un intento desesperado de apagar la llama que la consumía, pasó las manos por su cuello, palpando las minúsculas gotas que brotaban sin cesar regando su epidermis. Pero aún así ese fuego interno que seguía consumiéndola, no se detenía, así que cuidadosa pero también desesperada apartó la playera de seda carmesí que tenía la Castaña, exponiendo su extraordinario dorso desnudo al aire templado que había estancado en su habitación.

Valentina abrió los párpados que hasta entonces mantenía cerrados y sus pupilas dilatadas buscaron los senos de Juliana, Se sentó en medio del amplio colchón intentando que sus pulmones absorbieran un poco más de oxígeno, no las cantidades miserables que la hacían sentir como si estuviese asfixiándose. Cuando su respiración se reguló un poco, todo su cuerpo pareció calmarse unos segundos, permitiéndole pensar con algo más de claridad, recordando que la Madre de Juliana y Valeria estaban en casa, y que probablemente el Padre también llegaría en cualquier momento..----- no crees que es inapropiado?...---- preguntó más para ella misma, pero antes de concluir siquiera una línea de suposiciones coherentes, su centro latió de manera apremiante, al ver a Juliana quitar la prenda que la cubria dejando así sus caderas al aire, de nuevo la acercó a ella y la beso Con un gemido ronco y profundo, Juliana se lanzó de nuevo encima de ella. Sus manos hambrientas y guiadas por una corriente desconocida recorrieron sus senos amasándolos con urgencia logrando que sus rosados pezones se elevaran casi en un pedido angustioso. Sobó sus pechos aún encima de su sostén, mientras sintió como su garganta se abrió nuevamente para dar paso a una serie de jadeos que casi parecían animales, nacían de lo más profundo de su alma, bueno.... al menos esa era más o menos la sensación.

A La Primera Persona.Donde viven las historias. Descúbrelo ahora