Capítulo I: Él Prodigio.

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El ambiente del verano era palpable en las calles de Musutafu en Japón. Se percibía un ligero viento que soplaba haciendo juego con el caluroso cielo azul despejado, pero con alguna que otra nube blanca que adornaba ese manto claro, lo que a cualquiera le daría la sensación de querer disfrutarlo.

Era un día perfecto para salir con tus amigos e ir a un karaoke, tener una cita, o ir de compras.

Marcaban las 11:30 de la mañana y Katsuki Bakugou se encontraba en su habitación haciendo ejercicio con sus mancuernas, con la ventana completamente abierta por el calor, y la puerta cerrada para evitar ser interrumpido, pues era un poco de la rutina que había adquirido desde que se encontraba de vacaciones.

Por supuesto, a veces también se ponía a estudiar, aunque no era realmente que lo necesitara, era más bien para mantener su mente activa, y sinceramente, el chico odiaba no estar al día con lo que fuese que el considerará un acontecimiento importante, ya sea intelectual, cultural, literario o artístico.

En la escuela ya de por si hacía bastante ejercicio, al participar en todas las actividades deportivas, pero al no ir a UA, tenía que mantenerse ejercitado para no perder condición.

Se preguntaran porque no entonces, Katsuki se metía algún gimnasio o algún equipo local de su comunidad, bueno, eso era muy sencillo de responder, pues a opinión del chico talentoso y explosivo: "Ningún lugar tiene el nivel de UA, y mucho menos el mío. Solo perdería mi tiempo".

Katsuki era bastante complicado de complacer si es que se trataba de intelecto, o algún otro tipo de actividad. El había nacido con un don que muchos logran envidiar: ser bueno en todo.

Desde pequeño había sido bastante alabado por los adultos, debido al desarrollo de sus brillantes e incalculables habilidades.

Todo lo complicado, el lo resolvía en segundos. Su mente parecía trabajar a mil por hora sin algún tipo de esfuerzo. Era rápido, flexible e ingenioso para ser un buen elemento para cualquier deporte. E incluso, tenía conocimiento sobre danza y era bueno en ello, pero irónicamente, ese era el aspecto que menos le gustaba presumir.

Y bueno, también tocaba la batería, y si él quería, hasta podría tocar todos los instrumentos, sin embargo, al parecer en UA no se hacían muchos festivales que implicarán alguna actividad artística, además de que la misma escuela prefería dejar a Bakugou en los aspectos en los que resaltaba naturalmente, y claro, también darle mérito a alguno que otro prodigio que existía en esa escuela élite.

Y si que había demasiados talentos. Por mucho que le costó aceptar a Katsuki, la competencia en UA era palpable desde el primer día que piso el suelo que solo "los dioses pisaban", como decían muchas personas que evidentemente, le tenían respeto y devoción a la institución.

Simplemente Japón estaba liderado por las mejores identidades, por las mejores mentes, por personas que antes estudiaban en UA.

Entrar ahí era solo un pequeño logro. Salir de ahí, te convertía en alguien respetable. Pero ser venerado como uno de los mejores de la generación, te abría puertas a otro mundo complemente diferente.

Y es que, desde hace algunos años, UA decidió crear una ley, que reconocía a los 5 mejores estudiantes de cada generación, a los que llamaban: "The Big 5". Esta ley, aunque fue creada con buenas intenciones, causó mucho furor y estrés en los estudiantes. Pues miles de adolescentes, ahora no sólo se tenían que esforzar por obtener un título descente entre miles de dotados.
Si no que ahora, se mataban entre exámenes o competencias de intelecto, actividades deportivas, artísticas, culturales, y extracurriculares, solo para estar dentro del top.

Y desafortunadamente, la estadía dentro de la escuela por muy dotado que fueras, era bastante complicada. El plan de estudios básicamente se basaba en exprimir cada parte de su ser y llevarlos al límite. Muchos estudiantes no lograban soportar la presión, o seguir el ritmo de las lecciones tan estrictas tan características. Por ello, permanecer en UA sin que, en algún momento, se les ocurriera abandonar la institución, o caer en la presión y el estrés, incluso no dejarte llevar y ser parte de la competencia del top, era un poco difícil.

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