WE ARE LEGENDS, WE ARE DIAMONDS

Capítulo XIII: A proximidad de fragmentar.

Katsuki se había ido temprano porque no soportaba más el aire nuevo que había adquirido Yuuei.

Todo mundo ahora parecía mirarlo con desdén, con furia, pero sobre todo con lastima.

Y por supuesto que estaba enojado. Si antes le era difícil estar cerca de aquel sujeto, ahora simplemente verlo a la distancia le causaba conflicto.

Hace unos días había prometido destruirlo, y sin embargo, el que estaba cargando con todo el peso de un fracaso ahora era él.

Al principio no podía creer en su derrota. ¿Donde habían quedado todos sus antecedentes que lo mantenían invicto?... En la mismísima basura.

Era innegable lo dolido que estaba su orgullo y su reputación. Se sentía endeble.

Izuku en estos nuevos días, estaba gozando de la atención y la admiración de su conquista. Él niño extranjero, extraño y melancólico, adquirió en las siguientes horas, el consentimiento de pertenecer a la comunidad un porcentaje más. Cada día la cifra crecía y crecía, y Katsuki parecía ser ajeno.

Y sabía que él otro lo disfrutaba. Lo creía cuando lo miraba como si fuera Bakugou el que estuviera sobrando. Y vaya que eso lo enfurecía aun más, tanto, que ahora en serio luchaba por dejar su temperamento verdadero al margen para no echarsele encima cual animal salvaje y despedazarlo trozo por trozo. 

Pero, muy dentro de él. Katsuki sabia que el resultado del encuentro pasado fue resultado de su mente inestable que simplemente no lo dejaba descansar. Aun así, creía ridícula la situación porque en el pasado también se había enfrentado a situaciones poco convenientes para él y había mantenido su postura intocable. 

¿Porque ahora era diferente?. 

Su respuesta de nuevo era dirigida al chico de 17 años que se sentaba detrás de él, con cabello verde alborotado y algo rizado. Era absurdo echarle la culpa de sus desgracias a una persona que apenas y conocía, pero para Katsuki era lo único que podía darle explicación a sus fallas.  Porque a pesar de las habilidades evidentes de Midoriya, seguía dudando de su origen. Simplemente todos los nuevos sucesos se le hacían tan sospechosos y era ridículamente más cuestionable que estuvieran relacionados hasta ahora, de manera indirecta con Midoriya. 

Bakugou pensaba que el no poder olvidar el asunto era debido a que All might también podía llegar a estar involucrado. Pues el día anterior, antes de irse a dormir, se había mantenido pensando en como Nezu había planeado traer al peliverde solo para quitarlo a él del camino, y lo siguiente lo dudaba fuertemente, pero la rara coincidencia de Yagi estando en el mismo condominio en el que residía Midoriya, solo incluían a All might como participe de está. 

¿De que? o ¿porque?. Ambos hombres sabían que Katsuki apuntaba a involucrarse en las Fuerzas Mayores. Tal vez en este momento, las cosas estaban empeorando y querían protegerlo. ¿Pero que hay de Todoroki?, bueno el tenía a Endeavor. Y, ¿los demás de sus compañeros que también en el futuro se estarían involucrando?, posiblemente las organizaciones o agencias en donde hacían sus pasantías hablarían con ellos y no tenían que preocuparse demasiado, ya que seguramente ellos entenderían, muy opuesto a lo que el haría, que sería involucrarse más. Como ahora. 

O simplemente, querían deshacerse de él. 

Ese pensamiento hizo que se detuviera por un momento de golpear el costal de boxeo que estaba en el sótano de su casa, donde se había instalado un mini gimnasio para uso personal de Bakugou Katsuki, y en realidad, el adolescente no lo usaba demasiado. Solo bajaba cuando realmente deseaba que nadie lo molestara. 

Tomó aun con los guantes puestos el costal, que se continuaba balanceando con pequeños movimientos de un lado a otro, para detenerlo y empezar nuevamente a golpear.