Las noches eran más largas desde que se la pasaba haciendo la recopilación de todas las instituciones y organizaciones de seguridad pública, criminalidad y sus derivados. Así como los objetivos que tenían y si estaban ligadas con sucesos en los que se haya tenido éxito, o casos extraños.
Izuku no sabía que tan seguro podía ser el llenar su ordenador con toda esa información, y saturando su historial de miles de búsquedas de esa índole dentro de las instalaciones de la escuela.
Suponía que hay alguien encargado el cual, de vez en cuando, mira todas esas direcciones cibernéticas. Y si no, podía calificarlo como un punto malo. Ya que no se sabía cuándo alguien podía estar dentro de una misión encubierto, como él.
De todas formas, si alguien llegara a cuestionarlo simplemente se excusaría en su posición como estudiante de U.A. y futuro agente. Pues su responsabilidad era saber los campos a los que podía aspirar.
El peliverde debía comenzar su plan antes de que las vacaciones de invierno llegaran.
Dos semanas y media, ese era su límite para poder encontrar a Hawks. Prácticamente su plan dependía de su participación, de lo contrario, todo podría irse a la mierda.
Empezando porque muy pronto Nighteye se pondría en contacto. Claro que Izuku quería hablarle porque justo ahora que ciertas cosas sucedían con él, era necesario saber si en su proceso de entrenamiento en la GDIA, algo le sucedió para tener migrañas y sangrados nasales.
De hecho, que él no supiera si algo paso, ya era suficientemente sospechoso.
Sin embargo, necesitaba esperar. Lo primero que el hombre le preguntaría sería acerca de su misión con su padre y Stain.
Y siendo que no había mucho que contar, le pediría que regresara inmediatamente.
Por eso debía apresurarse y encontrar a Hawks. Necesitaba pruebas y los argumentos bien fundamentados para que Nighteye lo dejara continuar con su plan, y en el mejor de los casos, le brindara su apoyo.
Pero todo comenzaba siendo difícil como lo era también el resto del plan.
No sabía por dónde empezar a buscarlo. Y volver a Meguro, a la dichosa arena de peleas clandestinas no era buena opción considerando su situación con Chisaki.
Lo que iba a hacer, era una apuesta de suerte.
Esa misma noche en que le salió sangre de su nariz, aunque su pelea con Katsuki lo deprimió, junto toda la voluntad que le quedaba para empezar con la lista.
Al día siguiente salió para "visitar" algunas de las que recopiló en el periodo de tiempo que se propuso. A pesar de que la distancia entre el peliceniza y él era una ventaja para no distraerse ni mentir, tampoco quería dejar de lado sus responsabilidades escolares ni que lo vieran llegar tan tarde a los dormitorios.
Hasta ahora ninguna de las que ha visto le ha parecido particularmente especial o espeluznante. Las eliminaba de la lista después de estar parado frente a sus fachadas y quedarse ahí por un tiempo, esperando que algo mínimo hiciera que lo inquietara. Y si no lo hacía, entonces se iba.
Podían pensar que la forma en la que Izuku estaba descartando sus opciones era una manera muy vaga de hacerlo.
No obstante, el pecoso seguiría haciéndolo de esa forma porque su instinto le decía que Hawks y el eran iguales en algo. Es más, el mismo hombre misterioso se lo insinuó una vez.
Y si ese "algo" era lo que creía que era, entonces debía esperar que alguna de las instituciones le diera una sensación a lo que la GDIA le daba.
Si algo era escondido bajo esas oficinas lujosas, y esas personas bien trajeadas, lo sabría.
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WE ARE LEGENDS, WE ARE DIAMONDS
Novela JuvenilKatsuki Bakugou era un ser invicto ante todo lo que hacía; deportes, actividades artísticas, y su vida familiar tampoco se encontraba tan mal. También, era popular entre chicas y chicos, lo que resultaría extraño debido al explosivo temperamento con...