Midoriya salio del baño después de lo ocurrido dentro de este. Permaneció adentro hasta que las ganas de echarse a llorar como un niño se fueron disipando poco a poco. Y salio cuando su esfuerzo inmenso de mantener su mente en blanco funciono.
Ahora parecía como una marioneta. Su cuerpo funcionaba pero, sus ojos no podían reflejar nada.
Caminaba por el silencioso pasillo, con dirección a su salón de clases, en donde debían seguir sus cosas, y como adivino, justo estaban en el mismo lugar de siempre.
Cuando se acerco a su pupitre, no pudo evitar echarle un vistazo al lugar de en frente. Donde se sentaba Bakugou.
Aquellos ojos esmeraldas que reflejaban vació, se empezaron a llenar muy despacio de agua que nublaba su vista.
Y entonces Midoriya retiro su mirada y la giro haca el lado contrario, como si hubiera sido un error desde un principio mirar los objetos que le pertenecían a cierto rubio ceniza.
No quería llorar. ¿Con que derecho lo hacia?, si él mismo había dicho palabras hirientes a un tercero que no se lo merecía. Y solo por un arrebato de emociones que consideraba absurdo que no pudiera controlar a estas alturas.
No esperaría menos si Bakugou comenzara a tratarlo mal, se lo debía. Y tal vez era lo correcto que esa distancia se volviera a levantar entre ellos.
En el pasado se decía que no debía acercarse a nadie para cumplir su objetivo, que solo mantendría la comunicación necesaria con ciertas personas para lo mismo.
Solo era un año. Un maldito año en el que tenia que fingir ser el sucesor adecuado para el legado de All Might.
Solo eso.
Y ni siquiera llevaba la mitad del tiempo que se estipulaba, y ya tenia ganas de abandonar el barco.
"Mamá, me necesita", pensó mientras que sacaba su teléfono de nuevo. Paso el dorso de su mano por sus ojos para limpiar las lagrimas que aun no habían salido, pero que quería evitar que salieran y a su vez, se trago el nudo que se formaba en la garganta y que muy probablemente no le dejaría a su voz salir correctamente.
Marco nuevamente al numero que se comunico con él y que le había dado aquella horrenda noticia, esperando que después de tantas veces, por fin pudiera hablar con alguno de sus aliados de L.A.
"Tengo que volver", fue lo que formulo en su cabeza apenas escucho el sonido que indicaba que la llamada estaba conectando.
De forma inconsciente miro otra vez la mesa de enfrente y tuvo el vago impulso de colgar la llamada.
Pero apretó tan fuerte el teléfono y al mismo tiempo los ojos para que cualquier estimulo que le dijera que no tenia que hacer lo que estaba a punto de hacer, estaba mal. Y que tenia que quedarse.
"¿Para que quieres quedarte Izuku?, solo te engañas a ti mismo..."
Izuku no se daba cuenta, pero desde hace unos segundos atrás, había comenzado a temblar desde la punta de sus pies a la cabeza.
Que irónico.
Justamente el día de hoy no soporto mas la indiferencia de Todoroki y la carga que le hacían caer a Bakugou, y era lo que exactamente hacia consigo mismo.
Que fácil era identificar los problemas de los demás, pero que difícil identificar los propios y trabajar en ellos.
Estaba entrando en una crisis de ansiedad, pero el peliverde era incapaz de percatarse.
—¿Si, Midoriya?— se escucho del otro lado de la linea.
Izuku soltó un jadeo y abrió los ojos y la boca por la sorpresa.
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WE ARE LEGENDS, WE ARE DIAMONDS
Teen FictionKatsuki Bakugou era un ser invicto ante todo lo que hacía; deportes, actividades artísticas, y su vida familiar tampoco se encontraba tan mal. También, era popular entre chicas y chicos, lo que resultaría extraño debido al explosivo temperamento con...