Capítulo 6

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¿Hermanas? Mierda, me olvidé de que existía Liliane, espero ella también allá olvidado mi existencia ¿Ella sabrá de mi existencia?

—¿Y tu quien eres? —cuestiona Liliane—, ¿Y que haces en MI casa?

Al parecer no sabía de mi existencia...

Doy media vuelta con un poco de lentitud y nerviosismo, al parecer aquí se acostumbra a preguntarle a alguien quien es cuando esta de espaldas.

En cuanto la tengo de frente me doy cuenta de quien es, su mirada emana odio y repugnancia, baja un poco de las escaleras sin quitarme la mirada de encima; con esa mirada me doy cuenta que estoy dentro de mis pesadillas.

—¿No piensas responder?, ¿Quien eres y que haces en mi casa?

—Disculpa la molestia —digo acercándome un poco—. Soy Keila Armstrong.

Doy algunos pasos para acercarme a donde se encuentra, después extiendo la mano con una sonrisa en el rostro, lo único que recibo de respuesta es una cara de despreció.

—¿Qué haces aquí? ¿Quien te dejó entrar? ¿Acaso eres alguna hija de alguien famoso? ¿Porqué mi madre te llamó hija? ¿Tan especial eres? —hace una pequeña pausa para observarme a detalle de pies a cabeza— Porque no lo pareces.

—Soy Kirchner.

—¿Disculpa? —dice antes de estallar a carcajadas en mi cara— Que buena broma, bueno, ya puedes irte.

—También es mi casa, y ya que me presente creo que tengo el derecho de preguntar ¿Quien eres y que haces en mi casa?

Papá siempre fue alguien humilde y gentil, pero recuerdo bien una frase que me dijo una vez "A veces debes ser como un gato fino, calmada, educada, sencilla, pero en cuanto quieran arrojarte al agua saca las garras de tigre salvaje".

Podre ser gentil, pero no tanto para dejar que me insulten.

—¿Qué es lo que dices? —habla con rabia.

—Señorita Armstrong —dice Greta acercándose firme y seria a donde estoy—, la mesa esta lista.

—¡Greta! —grita Liliane sofisticada intentando llamar la atención.

—Señorita Devine, disculpe, no la había visto.

—¿Me explicas que hace... esta... en casa? ¿Quien es y porqué cree que puede presentarse como una Kirchner? No creo que mi Tío tenga una hija bastarda ¿O me equivoco? Dudo que sea mi prima.

—En efecto, la Señorita Armstrong no es hija de su Tío, ni es su prima.

—Entonces que se largue, una mentirosa como ella no puede estar aquí.

—Es que la Señorita tiene la misma progenitora que usted —Greta no tiene expresión alguna, por lo contrario de Liliane que ni siquiera puedo deducir que tipo de expresión tiene—. Sin embargo no tienen el mismo progenitor masculino, por lo cual son medias hermanas.

—¿Qué tipo de broma es esta? —Escupe Liliane la pregunta.

—No es ninguna broma, Señorita Devine.

—¡Tu no puedes ser mi hermana! —Me dice con un semblante de despreció.

—Si lo necesita, podría mostrar las muestras de ADN.

Ahora pongo en duda el porqué tenía que hacerme esas pruebas en el hospital, ¿Realmente eran por mi padre o mi madre solo queria confirmar?

—Disculpen que me entrometa —habla la chef—, pero, la cena se está enfriando...

—Esta platica aún no termina. —dice Liliane caminando sin quitarme la vista de encima.

—Gracias por avisar, Greta —digo al estar cerca.

—A sus servicios, Señorita Armstrong.

Sigo el camino hacia la mesa a pasos ligeros, no tenía prisa en llegar al mismo lugar que Liliane; en cuanto Roma asiento su mirada vuelve hacia mí.

—No puede ser posible —dice Liliane con su mentón sobre sus manos entrelazadas—, mi madre me cuenta todo, no es posible que se le haya olvidado decirme... tan pequeño detalle.

Ahora resultó ser un "pequeño detalle", creo que para algunos fui un "grande error"; supongo que los tamaños siguen siendo los mismos en cantidad de calidad que se tiene de afecto.

—Jamás espere que mi madre tuviera una hija fuera de matrimonio. —continúa hablando.

—Ella no cree en esas cosas —digo simple sin verla, seguro me esta matando con la mirada—. "Prometo ser fiel, amarte y respetarte". No no sabe cumplir promesas como esas, prefiere actuar en el momento antes de estar atada a realizar su palabra.

—Tal vez en eso tengas razón. Ese fue uno de los motivos por los cuales se divorcio de mi padre —Toma un pequeño respiro—. Pensé que serias menor.

—De hecho, soy tres años mayor que tú.

—Entonces fuiste un tropiezo del pasado.

Se supone que debería tener una familia, en donde mis padres sean felices juntos y yo sea un fruto de su amor, pero ni siquiera están mis padres conmigo, y ahora mi media hermana dice que yo fui "un tropiezo del pasado".

—Solo nuestra madre puede dictar eso.

—Te diré algo desde ahora —me observa —. Yo no busco ser tu amiga, mucho menos tu hermana, aunque te vea por aquí seguirás siendo lo mismo que hace un par de días, nada.

—Tampoco podríamos evitarnos todo el tiempo. —respondo con indiferencia.

—Serás como un fantasma, a veces estarás sin que lo note, y en otras ocasiones tendré que verte o hasta interactuar contigo, eso no significará nada.

En cuanto me levanto de la mesa me voy directo a mi habitación con nerviosismo y supuesta seguridad por fuera, al fin de al cabo solo estoy acatando ordenes, aunque me esta costando más de lo que pensé, jamás creí que mi media hermana me odiaría tanto, o que le pareciera tan insignificante mi existencia.

Veo que mis miedos se están haciendo realidad...

Finalmente un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora