—¿Así que...? —habla Kendall detrás de mí.
—¿Que quieres? —digo con fastidio.
—¿Que hacías ayer con Tyler?
—¿Y tu que hacías con Hanna?
—Pregunte primero.
—Y yo después.
—Supongo que, a ninguno de los dos nos conviene que sepan lo sucedido la noche anterior.
—Yo solo asistí a la pasarela, me encontré con Tyler, y casualmente me encontré contigo, ni siquiera lo conocía, apenas supe su nombre por ti.
—Mierda, me delate.
—¿Delatarte en que?
—Escucha, solo hagamos como que ninguno estuvo allí, y nadie saldrá herido.
—¿Herido? ¿Pero de que hablas?
—Tu, solo, Shhh... —dice nervioso.
—¿De qué hablan? —habla Denzel apareciendo de repente.
—Nada —decimos Kendall y yo al mismo tiempo.
No logré comprender del todo sobre lo que hablaba Kendall, pero siento que en algún momento lo deducire como si fuera Sherlock Holmes.
De vuelta a casa me encuentro con mi madre en su modo de desesperación, se ve demasiado frustrada pero con estilo, en cuanto me ve su aspecto se envuelve en asombro y preocupación.
—Ahg, que horror, no me gusta tener cosas pendientes, detesto tener cosas que vigilar, por eso no fui doctora.
—¿De qué estás hablando?
—Que hasta hoy inician tus clases, aún tengo que organizar varios eventos y diseños, por lo que Greta te explicará todo, George podrá llevarte.
—¿Que quieres decir con clases?
—Tus clases —dice normal—, Piano, Esgrima, Francés, Ajedrez, Música, Baile, Teatro, Modelaje, clases de etiqueta, de Ballet, Pintura, introducción al diseño de modas y ciencias sociales.
—¿Disculpa, que?
—Cada una durará una hora, dos clases por día, una vez a la semana cada una, a excepción de Esgrima, Teatro e introducción al diseño de la moda, tendrás varias clases extras de esas.
—¿No te falto alguna?
—De hecho si, Chino.
—¿Porqué tantas clases? Pensé que con la escuela era suficiente.
—Eres de una familia de prestigio, además, eso te ayudará en la universidad, y las clases extras son las más importantes.
—¿Esgrima? ¿En serio? No me servirá para nada, ¿Porqué no mejor Ballet?
—Pensé que tu padre odiaba el ballet y todas esas cosas.
—¿En serio vas a respetar lo que dicte mi padre? ¿Ahora?
—No, mas bien yo odio el ballet, y lo hice odiarlo a él también, pero te dará más delicadeza así que solo por eso tendrás que llevarla, y como ya dije, te ayudará en la universidad.
—¿Y Teatro?
—Tu madre es actriz, claro que no puedo meterte tan pronto a actuación, yo primero hice Teatro.
—Madre...
—Greta tiene tu horario —habla en un modo seco—, y creo que ya se te está haciendo tarde para tu primer clase.
Me quedo con todas las palabras en la boca, ella me ignora sin importarle mi opinión, en parte esto era a lo que le temía, estar lidiando con mil actividades que ni siquiera me gustan o conozco.
A como pude me trague mi orgullo, fui con Greta la cual ya me estaba esperando para explicarme todo mi nuevo horario, y George me explicó a detalle mi nueva vida.
—Detesta que hablen con emoción, se lo más inexpresiva —habla George con la mayor normalidad del mundo—, sino creerá que no tienes el control de ti misma.
—Y yo que pensaba que ya me estaba acostumbrado...
—¡Y no hay estornudos!
—¿Eso que significa?
—Odia los gestos que se hacen al estornudar, por lo que nunca lo hace, o mínimo no en público, tampoco lo hagas, ni aguantes el estornudo, eso hará más ancha tu cara.
—¿Si sabes que algunas de las cosas que me dices solo tienen sentido para mi madre?
—Si, pero con el tiempo te acostumbras.
—Bueno, y ¿Que come?
—Su dieta es privada.
—¿Tan siquiera come?
—Nunca agarres nada del refrigerador si no esta la cocinera, a menos que sea agua, pronto los medios estarán acosando tu vida, y no puedes mostrarte con una mala figura.
—¿Lo del acoso es metáfora?
—No.
—Ay Dios, ¿En donde me he metido? —digo tragando saliva.
—Tranquila, por el momento tienes un perfil bajo, y solo buscan información de tu madre, así que no menciones nada de ti, podrían hacer especulaciones de la más mínima cosa.
—Me quiero ir —digo intentando bajar de la camioneta.
—Señorita Armstrong, no tiene más familia que la Señora Kirchner, ¿A donde iría? Además que la Señora Kirchner me pidió llevarla a puertas cerradas, por si intentaba huir.
—Mierda —mascullo al tiempo en que tiro mi cuerpo sobre el respaldo del asiento—, estoy secuestrada.
—Usted accedió a vivir con su madre.
—Lo acabas de decir, no tengo familia, o sea que no tengo opciones.
Suspiro con poco entusiasmo, el auto se detiene frente a un estudio de música; me bajo del auto junto con mi mochila para la clase de música.
No hay nada interesante, más que mencionar que mi madre ni siquiera conoce bien mí horario ya que son 2 horas de clases de música, todos fingiendo ser los mejores cuando solo son unos creídos.
No hace falta intentar interactuar con las personas de esta clase, en cuanto dices una palabra te hacen gestos, mi estrategia es aprender e ignorar a los demás, siempre funciona.
—¡Muy bien, Armstrong! —dice la Maestra de música— Muchos inician de peor manera.
—¿Gracias?
—Te espero la próxima clase, practica para que mejores e investiga, la música es un mundo extraordinario.
Solo asiento con la cabeza, agarro mi mochila y me subo a la camioneta para ir a mi siguiente clase, Baile, estoy esperando mil y un cosas de esta clase, pero haré lo mismo que en la anterior, ignorar al mundo y concentrarme en aprender para después olvidar que tuve estás clases.
ESTÁS LEYENDO
Finalmente un destino
Ficção AdolescenteKeila tenía una vida feliz a lado de su padre, pero ahora es tiempo de estar con su madre, una mujer famosa y adinerada; su vida tendrá muchos cambios... ¿Su destino?