Capítulo 38

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—¿Este es tu auto? —volteó a ver a Denzel— No me mal entiendas, es muy bueno, pero ¿Es tuyo?

—¿Porqué lo preguntas?

—Vas en autobús a la escuela.

—Apenas me lo dieron ayer.

—Oh, bueno... —trago saliva— eso explica muchas cosas.

Entramos al auto, su olor era diferente al de cualquier otro auto, era ese olor especial a nuevo que tienen con un toque de árboles de Pino con un toque de flores silvestres y plantas exóticas.

—¿Te gusta algún tipo de música en especial?

—¿Porqué lo preguntas?

—Bueno... quería poner música que te agrede, me gusta conducir con música ¿A ti no?

—Nunca he conducido un auto, bueno... últimamente George me ha enseñado y dejado conducir, pero no he ido a diferentes lugares.

—Podríamos ir a algún lado juntos, si es que no te desagrada la idea —esquiva mi mirada fingiendo ver las calles.

Podría ser que quiere evitar un choque automovilístico, pero estamos estáticos frente al semáforo, y las calles están completamente despejadas.

—Si pudieras ir a cualquier lugar, en este preciso instante ¿A donde irías?

—¿Cualquier lugar?

—Que este en este mundo, y podamos sobrevivir, por si pensabas irte a una isla desierta...

—Me gustan los bosques.

—¿Por eso tu auto huele a uno?

—¿Que? —habla por reacción automática.

—No, es que... tu auto... tiene un aroma especial, ¡No me mal entiendas! Huele delicioso, no, solo... ¿Qué aroma es?

Solo sonríe de una manera genuina y sigue conduciendo, un silencio incómodo se crea en el lugar, sujeto mi celular fingiendo estar ocupada para desestresarme un poco.

—¿No tienes hambre? —pregunta de manera repentina.

—Acabamos de comer en el hospital.

—¿Realmente puedes saciar tu hambre con eso?

—¿Tienes alguna comida o lugar en mente para comer?

—¿Haz probado la comida turca-alemana?

—Por supuesto que no —respondo riendo—, ¿Venden comida turco-alemana?

—No, pero su combinación es increíble.

Había trabajado todo el día, entrenado, y mañana tenia la agenda tan llena como hoy, pero, algo me hizo aceptar la invitación.

Tal vez, el echo de que soy joven, pero no estoy viviendo la vida como tal, me preocupo por cosas que, a veces pienso que no deberían porque preocuparme, o en ocasiones es al revés, me preocupo tan poco en cosas que tienen mucha importancia.

—Te prometo que te gustará —afirma mientras acerca un recipiente con comida turca—, o tal vez no.

—¿Cómo que tal vez no?

—Tu tranquila, confía en mí.

—Apenas y te conozco —balbuceo.

Pruebo un bocado, soboreo por unos instantes en mi boca, siento su mirada sobre mi la cual me hace voltear a verlo, trago lo que esta en mi boca.

Denzel me sigue observando esperando una respuesta, sus ojos están iluminados, al parecer es un poco importante mi opinión sobre este platillo.

—No está mal —digo cubriendo de frente mi boca con el puño de mi mano.

—Que bueno que lo pudiste dijerir, es un avance —trata de ocultar su sonrisa, agarra otro recipiente de comida y lo acerca a mí—. Ahora prueba esto.

—¿De verdad me harás comer de todo?

—Por supuesto que no —responde sencillo—, los berliner pfannkuchen son míos.

Ya habían pasado varios minutos, posiblemente 2 horas, antes de que empezará a conducir pude observar una cajita de comida, no podía dejar de observarla.

—¿Haz probado los berliner pfannkuchen? —me pregunta.

—¿Que es un... ber... phanshuher?

—Oh, Panqueques de Berlín.

—¡¿Y porqué no solo dices "Panqueques de Berlín"?!

—Lo estoy diciendo —masculla con inocencia—, solo que en alemán...

—Yo no hablo alemán, y eso parece francés ¿Los Alemanes no gritan siempre?

—No —ríe un poco fuerte, al instante trata de disimular la gracia que le causó mi comentario—, y tampoco creas que es fácil hablar con uno, más si no vives allá.

—Espera, ¿Sabes alemán?

—Imagina una conversación con un padre alemán, y una madre turca, en un país que habla inglés —agranda los ojos de manera graciosa—; a veces cometo errores de pronunciación o confundo idiomas.

—Aunque no lo creas, te comprendo más de lo que querría.

—¿Porqué? ¿Por tu acento inglés?

—¿Se nota? —pregunto angustiada.

—De vez en cuando pides "Agua" y nadie te entiende.

—Oh no... —cubro mi rostro con ambas manos.

—Entonces... —acerca la caja de panes hacía mí— ¿Quieres probarlos?

Alzó la mirada para encontrarme con unos pequeños panes muy apetecibles, sin dudarlo dos veces agarró uno y lo pruebo, definitivamente en este mismo instante cambio mi comida favorita, o postre, no se como llamarlos, pero estos pequeños panes son la gloria.

—Oh por Dios, están deliciosos ¿Que tienen los Panqueques de Berlín que los hace diferentes al resto del mundo?

—Y no los haz probado con más ingredientes, puedes echarle lo que sea y van a tener un sabor increíble.

—Ahora entiendo por que no querías compartirlos.

El camino sigue transcurriendo, ahora en silencio con música de fondo, al llegar a casa me despedí con un pequeño beso en la mejilla y camine hasta la puerta, al darme la vuelta aún seguía ahí.

Me quedo para en la entrada de la casa con la mano en la perilla, agitó mi mano sobrante en forma de despedida viendo a Denzel, espera unos segundos y avanza; termino de entrar a casa y al instante me encuentro con alguien.

—¡¿Sigues saliendo con...?! —grita Nelly, al instante tape su boca con ambas manos.

—¡Shhh! Baja la voz —le susurro frente a ella.

—¿Porqué Denzel Rustow te trajo a estas horas de la noche? —habla en un hilo de voz—, ¿Acaso sigues viéndote con él? Pensé que habían terminado cuando se esparció el rumor de tu embarazo.

—Primero que nada, nunca estuve embarazada, y ¿Quién te dijo que yo tenía algo con Denzel?

—Eso hasta Lily lo sabe —confiesa.

Analizando eso a fondo, podría ser algo en beneficio, Lily no sabe que supuestamente fui novia de Axel ¿No?, y no me gustaría tener más problemas con ella, mucho menos tener algo en común.

Además, últimamente me han estado emparejando con varios compañeros y personas jóvenes que ni siquiera conozco, no estaría mal seguir la corriente.

¡¿Te estás escuchando?! ¡¡¡No!!! Para nada, ni siquiera lo sigas procesando.

—Estoy cansada  —manifiesto—, iré a dormir, deberías hacer lo mismo.

Voy hasta mi habitación, tomo una ducha para después recostarme cómodamente en mi cama, observo el techo recordando todo lo de hoy; había experimentado cosas nuevas, y sabores.

Esperaba que fuese el peor cumpleaños, pero sin duda, no lo fue...

—Gracias, Denzel... —sonrío.

Finalmente un destinoDonde viven las historias. Descúbrelo ahora